Brasil y El Veneno Viral

 


Brasil se ha convertido en un laboratorio inquietante para el poder oscuro de las redes sociales, un espacio donde la verdad se diluye entre mareas de desinformaci贸n y campa帽as manipuladas. No hablamos de errores aislados, sino de olas orquestadas capaces de moldear el destino pol铆tico y cultural de millones. El triunfo de Jair Bolsonaro no fue casualidad: fue la consecuencia directa de una maquinaria de bots y mensajes t贸xicos que reconfiguraron la realidad. Sin esas redes, Bolsonaro nunca habr铆a llegado al poder; hoy enfrenta juicios, pero el da帽o ya est谩 hecho. 


Este fen贸meno no se limita a la pol铆tica. El a帽o pasado, el camino a los premios Oscar evidenci贸 otra batalla silenciosa y atroz: la pel铆cula “Emilia Perez” y su protagonista, Karla Sof铆a Gasc贸n, fueron v铆ctimas de una campa帽a brutal que us贸 videos y declaraciones antiguas para eliminar cualquier posibilidad de reconocimiento. Mientras la cr铆tica se cegaba ante estas manipulaciones, la principal competidora, “A煤n Estoy Aqu铆”, con Fernanda Torres como s铆mbolo brasile帽o, navegaba tranquila en el otro extremo. ¿Casualidad o estrategia?


El deporte no escapa a esta guerra invisible. Ramon Rocha Queiroz, alias Dino, bodybuilder brasile帽o del Classic Physique, ejemplifica la chispa dentro del incendio. Su dominio en redes es innegable: cada minuto es un hito, una noticia, un rumor. Detr谩s de esta constancia, hay m谩s que admiradores; parece un equipo dedicado a mantenerlo en la cima medi谩tica a cualquier costo, incluso cuando los resultados de 2024 mostraron un desplazamiento real. 


Cuando surgi贸 la pol茅mica en torno a la relaci贸n entre estatura y peso en la divisi贸n Classic Physique, la tormenta lleg贸 con acusaciones masivas dirigidas a Mike Sommerfeld, campe贸n del Arnold Classic. Lo m谩s revelador: la mayor铆a de estas campa帽as salieron de cuentas brasile帽as, en portugu茅s, como si hubiera una red pagada para manchar a un extranjero y elevar a su compatriota. No es casualidad; es el mismo guion que vimos con Bolsonaro, Gasc贸n, y que ahora reaparece en el espejo del deporte.


Sommerfeld sigue siendo el favorito para el Mr. Olympia, pero Dino y su ej茅rcito medi谩tico parecen dispuestos a todo para sacarle la corona. Ignoran la realidad visible y se enredan en mentiras corrosivas que buscan minar la legitimidad de un esfuerzo arduo y sincero. Hay comentarios irresponsables incluso que se帽alan una cirug铆a a la que se someti贸  Sommerfeld para ganar altura. Urs Kalecinski, otro contendiente clave, ha quedado fuera de esta disputa medi谩tica, un pe贸n silenciado en un tablero donde solo unos pocos controlan las piezas. En la 茅poca del seis veces ganador del Mr. Olympia, Chris Bumstead, tambi茅n hubo este tipo de cr铆ticas, en aqu茅l tiempo, curiosamente, Ramon, era el segundo lugar tras Bumstead. 


Lo que est谩 en juego no es solo la fama o la victoria deportiva, sino el tejido mismo de la realidad. La batalla es por qui茅n controla la narrativa, qui茅n define lo que la mayor铆a ver谩 y creer谩. En esa pelea, la verdad es la primera v铆ctima. Por eso, en este juego de sombras, solo queda que Sommerfeld deje que su trabajo hable y, con cada m煤sculo forjado, cierre de una vez los canales de la mentira.


Este no es un caso aislado, sino el s铆ntoma acelerado de algo m谩s profundo: la sociedad viralizada que premia la manipulaci贸n y castiga la autenticidad. Brasil es solo el tablero donde se ensaya el futuro dist贸pico del control masivo de la informaci贸n. La pregunta que queda es cu谩nto tiempo m谩s permaneceremos atrapados en este ciclo antes de reclamar esa verdad que nos pertenece.


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