Love Chant: Evan Dando quema el pasado y reinventa el futuro

 


Han pasado casi veinte a帽os. Dos d茅cadas desde que The Lemonheads nos dieron un disco con m煤sica nueva. Evan Dando, el poeta errante del pop punk, se esfum贸 como quien esquiva una trampa: se cas贸, se mud贸 a Brasil, le dio la espalda a la fama. Ahora, con Love Chant, regresa, no con un susurro, sino con una obra curtida y desafiante que escupe en la cara de las expectativas. Esto no es un refrito nost谩lgico ni un disco solista que pasar谩 desapercibido. Son The Lemonheads, crudos, reales, demostrando que a煤n importan en un mundo que ha olvidado c贸mo escuchar.


Dando nunca ha corrido tras la gloria. Es demasiado inquieto, demasiado honesto. Como un Neil Young moderno, graba cuando la musa lo llama, no cuando el mercado lo exige. Love Chant no es It’s a Shame About Ray ni Come on Feel the Lemonheads, esos faros del rock alternativo de los noventa que convirtieron a Dando en un 铆cono por accidente. Aquellos discos fueron rel谩mpagos, este es un fuego lento. No busca revivir el pasado, sino hacer lo que Dando sabe: crear canciones que parecen eternas, como si estuvieran garabateadas en las paredes de un bar donde H眉sker D眉 y Big Star comparten la rocola.


El disco arranca con 58 Seconds, la voz de Dando, ahora m谩s grave, marcada por el tiempo, cabalgando sobre una ola de guitarras el茅ctricas y ac煤sticas. El tema avanza con urgencia, un pulso pop punk que podr铆a haber salido de una sesi贸n de The Replacements o un descarte de Dinosaur Jr. Es Dando en estado puro: sin pulir, sin pretensiones, dejando ver las costuras. Le sigue Deep End, un golpe visceral con ecos de grunge extra帽o, inmediato y crudo, como un Nirvana sin poses. No es solo m煤sica, es una confesi贸n, un mensaje de madrugada que no planeabas dejar.


In the Margin canaliza el caos mel贸dico de H眉sker D眉, pero con una grandeza pop que gui帽a a Kiss en su mejor momento. Es ambicioso pero natural, el tipo de canci贸n que te hace preguntarte por qu茅 ya nadie escribe as铆. Wild Thing juega con el cl谩sico de The Troggs, pero lo retuerce hasta volverlo puro Dando: familiar, pero extra帽o, como un recuerdo que no logras ubicar. Ese es su genio: tomar lo cotidiano, lo ordinario, y hacerlo profundo. No solo escuchas estas canciones, las sientes en los huesos, como si siempre hubieran sido parte de tu vida.


Be-In es donde Dando se pone juguet贸n, rozando el Americana c贸smico de Wilco, pero manteni茅ndolo ligero, sin complicaciones. Es un recordatorio de por qu茅 es un pilar del pop punk y el country alternativo, un alquimista de g茅neros que hace que parezca f谩cil. Togetherness Is All I’m After mezcla guitarras ardientes con una calma despreocupada, capturando la dualidad de Dando: el tipo que incendia un escenario y luego se tira horas mirando el techo, perdido en sus pensamientos. Marauders es un pu帽etazo, una canci贸n tan buena que exige saber por qu茅 Dando no hace esto m谩s seguido. No es solo un tema, es una raz贸n para volver a creer en 茅l.


El cierre llega con Roky, un homenaje inquietante a Roky Erickson, el legendario cantante de rock psicod茅lico cuya alma cruda resuena en la de Dando. En el tema que da nombre al disco hay un eco del pulso hipn贸tico de Neu! aqu铆, un gui帽o a lo raro y salvaje por all谩. Es un final perfecto, una prueba de que Dando no solo es un sobreviviente, sino un mago que transforma el dolor y el tiempo en algo bello. Love Chant no es perfecto, y esa es la clave. Es humano, imperfecto, ferozmente vivo.


Por esto hemos esperado. No por un regreso triunfal, sino por un ajuste de cuentas. Love Chant no compite con algoritmos ni listas de TikTok, es un disco para quienes a煤n creen que la m煤sica puede significar algo. Es para los inadaptados que gastaron su casete de Ray en el ’92, para los so帽adores que saben que la vida es demasiado ca贸tica para el estrellato pop, pero demasiado hermosa para rendirse. Dando no pide aprobaci贸n, solo nos da un f贸sforo y nos reta a encender la mecha. Valieron la pena los veinte a帽os. Pero que no se repitan.



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