Cuando Ace Frehley Mat贸 a Kiss Para Salvarse
Una idea que parec铆a brillante en el papel: cada miembro de Kiss lanzar铆a su propio disco solista al mismo tiempo. Cuatro discos con el logo de Kiss, pero con cuatro visiones distintas. En 1978, aquello sonaba a innovaci贸n, a una forma elegante de liberar tensiones despu茅s de a帽os de giras, egos y maquillaje, y de saturar el mercado. Pero tambi茅n era una jugada peligrosa: cuando los Beatles intentaron algo parecido durante el White Album, el resultado fue una fractura irreversible. Kiss no ser铆a la excepci贸n.
Parad贸jicamente, el 谩lbum del guitarrista Ace Frehley termin贸 siendo el m谩s fiel al esp铆ritu real de la banda. Mientras Paul Stanley y Gene Simmons buscaban expandir su marca hacia terrenos m谩s comerciales, y Peter Criss se perd铆a en la confusi贸n de su propio personaje, Frehley hizo lo contrario: volvi贸 a las ra铆ces. Y no lo hizo para complacer a nadie. Lo hizo porque necesitaba probar, a ellos y a s铆 mismo, que no era solo “el guitarrista con maquillaje plateado”. Era el alma el茅ctrica de Kiss, el 煤nico capaz de mantener el fuego encendido cuando todo lo dem谩s comenzaba a derretirse.
El 谩lbum Ace Frehley no solo revitaliz贸 el sonido cl谩sico del grupo, sino que lo super贸. Fue un regreso al rock sucio y directo de los primeros Kiss, con un nivel t茅cnico que la banda ya no alcanzaba. La producci贸n de Eddie Kramer, el mismo arquitecto detr谩s de Alive! y Rock and Roll Over, aport贸 esa mezcla precisa entre crudeza y nitidez. En la bater铆a, Anton Fig, un m煤sico de estudio que acabar铆a siendo un miembro no oficial del grupo, sostuvo la energ铆a cuando Criss ya no pod铆a hacerlo. El resto fue pura destreza de Frehley: bajo, guitarras, voces. Todo. Un acto de independencia que sonaba m谩s Kiss que el propio Kiss.
El disco abre con “Rip It Out”, un golpe en la mesa. Riffs afilados, bater铆a seca, un grito de liberaci贸n. A mitad del 谩lbum, “Snow Blind” y “Ozone” exploran el escape: drogas, espacio, velocidad, desarraigo. Son canciones que suenan a huida pero tambi茅n a b煤squeda. Luego llega “New York Groove”, la joya inesperada. Un cover de la banda brit谩nica Hello que Frehley no quer铆a grabar, pero que termin贸 definiendo su carrera. La canci贸n se convirti贸 en himno de Nueva York, adoptada por estadios, comerciales y generaciones que quiz谩 nunca escucharon el resto del disco.
Y entonces llega “Fractured Mirror”. Un instrumental. No hay riffs, ni voces, ni fuego. Solo reflejos. Es la grieta en el espejo, el instante en que Ace Frehley deja de ser un personaje y muestra al hombre detr谩s del maquillaje. Ese cierre cambi贸 la lectura del 谩lbum: ya no era solo un disco de hard rock, sino un autorretrato. Una biograf铆a en c贸digo el茅ctrico.
A partir de ah铆, Frehley dej贸 de ser el “Spaceman” y se convirti贸 en una figura aut贸noma, un artista completo. Su 茅xito individual alter贸 el equilibrio dentro de Kiss. Por primera vez, el p煤blico no solo coreaba al grupo: lo coreaba a 茅l. Y aunque New York Groove se llev贸 la gloria medi谩tica, lo que realmente import贸 fue la transformaci贸n silenciosa que gener贸.
Muchos a帽os despu茅s, cuando guitarristas como Dave Grohl decidieron pasar al frente del micr贸fono o cuando Joan Jett tom贸 el control de su destino despu茅s de The Runaways, esa chispa ya estaba encendida. Ace Frehley fue m谩s que un 谩lbum solista: fue una declaraci贸n de independencia dentro del rock corporativo. El sonido de un hombre rompiendo su m谩scara, una nota a la vez.



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