Animal Collective-Centipede Hz

En la anterior reseña del disco America del buen Dan Deacon, me atreví a señalar que Deacon muy probablemente había arrancado su carrera siguiendo la huella de los Animal Collective (también de Baltimore, la tierra del gran John Waters!) y que al paso de los años, ahora era Deacon quien daba una patada en el trasero a los Animal Collective al editar América, un disco que rockea más duro, desde el lado de la electrónica, que los actuales discos de rock, lo cual resulta irónico, si recordamos que los Red hot Chilli Peppers, por ejemplo, se declaraban enemigos de las maquinas de ritmo y secuenciadores, y que ahora por ejemplo, vemos que Flea hace un disco en dónde se apoya en la electrónica, esto nos dará una señal de cuanto ha cambiado la música en la última década y la mentalidad de los músicos, claro, lo que alguna vez vimos como música artificial y fría, ahora es nuestro principal instrumento musical, la revolución de la máquinas acaso? Probablemente así es, ahora ellas rockean más duro que nosotros.

El caso es que este año podemos presumir felizmente que los Animal Collective le aceptan el reto a Deacon (y a otros post modernos como los Black Dice) y editan este Centipede Hz, disco en el que después del muy celebrado Merriweather Post Pavilion (disco que la verdad no me gustó mucho y que en cierta forma aborrecí) los AC regresan al rock, o por lo menos a su muy personal versión del rock, del lado de la electrónica, para volver al mundo de la disonancia y los volúmenes estridentes de discos como el Here Comes The Indian (mi favorito de ellos), que hicieron una época de oro dentro del underground estadohundidense, aquí los Animal Collective sacan nuevamente su parte animal y verdaderamente rockean duro, olvidándose de ser monedita de oro y buscar agradar a todo mundo, se nota que los AC buscan hacer un disco que principalmente, les guste a ellos y eso es muy notorio, en gran parte de este disco, que más que disco pareciera una fiesta, una muy divertida y a todo volumen, como debe ser (bueno, eso si no eres el vecino que vive al lado de dónde se lleva a cabo al fiesta, y no estas invitado).

Moonjock abre este disco y resulta ser el equivalente a una puerta derribada con el pie de manera estruendosa y poco ceremoniosa, esas vocales tan celebradas siempre se hacen presentes, pero esta vez, la “belleza” se les ha acabado, pareciera que los Animal Collective hayan decidido cubrir la belleza de sus vocales en densas capaz de distorsión, reverb y feedback, baterías y guitarras (aunque bastante procesadas) han regresado a la mezcla del grupo, dando pie en ocasiones a episodios que bien podrían colarse en un buen disco de prog rock, siendo muy honestos con nosotros mismos, que tan alejados están los Animal Collective del prog de los legendarios Yes?

Today`s Supernatural pareciera uno de esos temas psicodélicos de los 60s tocado en teclado, pero con el control de la velocidad al máximo, vuelven esos ritmos absurdos y surrealistas al ceno de esta banda, por lo menos en este tema desaparecen los coros “bonitos” y nos encontramos con una vocal al tope de la garganta por parte de Avey Tare, quien siempre ha parecido representar la parte más salvaje o “punk” de la banda, opuestos a las tendencias “preciosistas” de Panda Bear, quien debido a su éxito como solista pareciese haber tomado más fuerza en las decisiones del grupo en los discos más recientes, pero definitivamente el buen Avey Tare toma el protagonismo en gran parte de las canciones aquí, y eso se nota de inmediato, tenemos aplastantes baterías y guitarras penetrantes, la banda suena hambrienta y más viva que en muchos años anteriores, aspecto que habrá que agradecerlo a la producción, trabajo de un grupo que concibió los temas en vivo, a diferencia del disco anterior que fue hecho con melodías que los miembros del grupo se intercambiaban por correo electrónico, Rosie Oh se caracteriza por un peculiar trabajo de guitarra y esa electrónica subversiva que sólo estos AC saben manejar, combinado sensibilidad pop a flor de piel con rebeldía digital, la combinación, sigue funcionando, aunque muchos ya los dieran por olvidados, me incluyo la verdad, aún y que Applesauce me decepcione un poco, ya que me parece un momentáneo retroceso al aborrecible Merryweather Post Pavilion.

Wide Eyed continúa por la senda ganadora, se nota en los arreglos y en las densamente pobladas construcciones musicales del grupo, en dónde infinidad de sonidos son empleados y usados de manera inteligente, acercándose al pop, pero a la vez manteniendo una saludable distancia, que en verdad se agradece, difícilmente tendremos a unos AC exactamente al mismo nivel que sus primeros discos, pero lo que nos presentan en este disco rescata y de buen manera su credibilidad, la extraña Father Time nos permite reconocer que el grupo ha tomado buenas decisiones y en un momento de difícil incertidumbre, han atinado a tomar el camino correcto, uno que reconecta con su antigua audiencia, pero que no abandona por completo a los seguidores de sus discos más recientes, New Town Burnout es otro punto alto que me confirma mi disparatada teoría anterior, que tan alejados estamos de gente como Jon Anderson en temas como este?, yo creo que no mucho, y no erramos al decir que los AC han logrado consolidar una muy, muy peculiar versión del prog rock, no se asusten si las guitarras de Steve Howe suenan por aquí un día de estos.

Mercury Man se presenta casi al final del disco y se queda a poca distancia de captar la locura de los años pasados y añorados, Pulleys y en especial Amanita se encargan de cerrar en un buen nivel este disco y a pesar de la extraña influencia de oriente en este último el disco sale bien librado y pasa la prueba, recuperando ante los humildes odios de un servidor, algo del brillo musical que tuvieron los primeros días de este grupo.


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