Joe Morris, William Parker y Gerald Cleaver-Altitude

Mas free jazz para los chicos de estas oscuras épocas que sólo quieren escuchar “pop desechable” o música alternativa, que a estas alturas ya no se que es alternativa, ni si en realidad lo que nos quieren vender como independiente, realmente sea independiente, razón de más para apostarle al free jazz, porque aunque puedan disfrazar y maquillar el black metal y querérselo vender a las masas, el free jazz difícilmente podrá ser domado, encasillado, esterilizado y listo para venderse, aunque David S. Ware haya conseguido firmar con una disquera mayor, ténganlo por seguro que en un par de años, desgraciadamente como suele suceder el ejecutivo que lo fichó saldrá de sello y S. Ware tendrá que buscar otro lugar en donde editar sus discos, desgraciadamente quien le apuesta al free jazz lo hace como una labor de amor, difícilmente como algo que redituará económicamente, no por nada Charles Gayle vagó por las calles sin mucho apoyo durante años, no por nada Barbieri le volteó la espalda al genero para irse a otras latitudes más “easy listening”, no por nada Joe Morris indicó que a lo mucho en este planeta una 500 personas se interesarían por un disco de free jazz, así de bajas son las expectativas comerciales en el genero, aunque en las presentaciones en vivo, que son muchas las que hace, no le debe ir tan mal.

Joe Morris parecería salido de la escuela del buen tono de Wes Montgomery, uno de los grandes guitarristas del jazz, y cuya influencia, Morris parece haber recogido y sumado a un curioso interés por la música africana para desarrollar un estilo ágil y sorprendente completamente propio, que de igual manera puede meterse en la abstracción pura, que desarrollar veloces melodías inesperadas.

Para Altitude, nombre de este disco en vivo grabado en el recinto legendario que lleva por nombre The Stone, Morris se hace acompañar por dos músicos tremendos, por un lado el legendario William Parker, quien con su bajo ha acompañado a otras leyendas de la talla del GRAN Derek Bailey y Cecil Taylor, mientras por otro lado en la batería nos encontramos al feroz Gerald Cleaver, baterista oriundo de Detroit, curtido en las duras calles de esta ciudad y con un historial admirable, dentro del cual podemos mencionar el acompañamiento de una leyenda como Roscoe Mitchell, y algunas otras grabaciones que hemos mencionado aquí.

Altitude arranca con Exosphere, pieza en donde de inmediato se muestra el inquieto carácter de Morris, cuyas increíbles líneas de guitarra deben ser escuchadas con suma atención para no perder detalle y poder creer la manera en que sus dedos danzan sobre el cuello de su guitarra, compitiendo en destreza con Cleaver, quien descarga ligero su ataque aéreo, el cual pocas veces toca tierra y se mantiene en todo momento volando casi al ras del suelo, pero fuese cual fuese este ataque de estos dos músicos, todo se vendría abajo sin una sólida base, tan sólida como el granito, y es aquí dónde Parker muestra su colmillo para el bajo, golpeando con ferocidad las cuerdas de su instrumento, el cual nos golpea como onda telúrica desatada de manera monstruosa, Parker es un gigante de su instrumento, su prontitud a lo largo del cuerpo de su instrumento es notable, al igual que el legendario Eric Dolphy, Parker es un sujeto que usa a fondo su instrumento, sube y baja a lo largo de este y lo hace con singular destreza para afianzar en todo momento los frenéticos recorridos de Morris y de Cleaver.

Thermosphere es aún más intensa, con una sublime tracción inicial creada por el veloz Cleaver y por el bajo de Parker, posteriormente escuchamos a Morris, con esas guitarras como serpientes impacientes avanzando frente a nuestros pies, recordarán a aquel legendario músicos denominado Snakefinger que solía tocar con los Residents? Pues bien, fácilmente Morris podría robarle el nombre.

Para Troposhere, Parker y Cleaver consiguen conjurar un curioso ritmo con influencias africanas, que sirvena la perfección de marco para que Morris extienda esas líneas de guitarra tan propias de él, en las cuales la influencia del estilo conocido como kora, salgan a relucir por completo, para cerrar con la espectacular Mesosphere en dónde Cleaver y Parker alcanzan un grado de conjunción inaudito, no sólo mostrándose rudos con un ritmo justo e impenetrable, sino que además mostrándose como grandes prodigios rítmicos en sus instrumentos demostrando que el free jazz no es sólo difíciles abstracciones.

El legendario The Stone y estas tres leyendas vivientes creando un juego musical que nos sorprende de principio a fin, con resultados asombrosos que cualquiera de los 500 fans del free jazz que habitamos este planeta debemos agradecer.





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