Antony & The Johnsons-Cut The World

La primera vez que escuche a Antony Hegerty, sin duda, su voz me tomó por sorpresa por completo, una voz muy poco usual, un grado de emotividad desbordante, una voz que insólitamente conjuga fortaleza y fragilidad, sin duda aportando al mundo de la música una propuesta poco vista anteriormente y que muchos de los artistas que se encuentran verdaderamente a la vanguardia de inmediato supieron detectar.

Mucho se podrá comentar sobre la sexualidad de Antony, y la verdad es poco trascendente ya que su música realmente trasciende género, y trae ecos a la mente de figuras inmortales como la gran Nina Simone y el pequeño gran Little Jimmy Scott, vocalistas que desnudan por completo su cuerpo y espíritu, llegando más allá de lo masculino o femenino, alcanzando una escala evolutiva más allá del mero pop desechable que conocemos en estos días, convirtiéndose en verdaderos elementos de transformación de una realidad que es abruptamente retada y cambiada por estas figuras.

Gente como Lou Reed, Bjork, Yoko Ono, Ornette Coleman, Nico Muhly, David Tibet, Marc Almond, Laurie Anderson y Marianne Faithful se han acercado a Antony reconociendo en él a una figura con gran fuerza que trae un cambio radical al pop de hoy, haciendo una fuerte infusión de música de cámara y de drama extremo, drama que en vivo alcanza proporciones épicas, razón por la cual Antony nos trae este Cut The World en vivo, grabado con arreglos orquestales sobre temas suyos ya conocidos y alguna que otra sorpresa nueva, como Cut The World precisamente, cuyos delicados arreglos arropan perfectamente la voz de Antony que crece a proporciones interesantes en este concepto, adicional a esto, su presencia escénica a crecido exponencialmente, a pesar de mostrar esa fragilidad que irónicamente se vuelve una característica imponente, que transmite verazmente esa desesperación, esa sensación de represión de un alma atrapada en un cuerpo.

Será que Antony se convirtió en fan del Take No Prisoners de Lou Reed? Ese disco en dónde Reed parecía haberse convertido en uno de esos comediantes de stand up, en lugar del héroe del rock neoyorkino, así mismo, Antony nos entrega Future Feminism, un monólogo que posee cierto encanto, para después pasar al denso drama de Cripple And The Starfish con esos largos pasajes de conjuntos de viento y cuerdas, mi favorita de siempre de su catálogo, You Are My Sister, de la cual Antony se apodera y que en la versión original le acompañara el celebre Boy George, en una especie de “pasada de estafeta” respecto a la imagen andrógena que ambos interpretes manejan, Swanlights es otro tema ya conocido que pasa por el tratamiento de cámara y se ensancha con nuevos bríos, un tema que crece con cada segundo y que Antony recrea sabiamente, como barco que llena sus velas con el viento proporcionado por los arreglos.

Epilepsy Is Dancing no se mueve mucho de la versión original, para que? De alguna manera este es un clásico escrito en piedra por Antony y habría poco que se pudiera hacer para mejorar o cambiar este tema,  pero que tal la sorpresa rítmica con que inicia Kiss My Name, que sufre toda una transformación aquí, algo un tanto inusual para la voz de Antony, pero que con aplomo el cantante saca airosamente adelante.

Temas como I Fell In Love With A Dead Boy, Rapture o The Crying Light sufren poco bajo estos nuevos arreglos, de hecho todos crecen vertical y horizontalmente, con un Antony bien plantado en el centro, lleno de confianza y bien compenetrado en sus temas, para deleitarnos con otro disco más en su carrera, que si bien no representa un nuevo paso adelante, sino un pequeño vistazo hacia atrás, como recuento de los avances, sin duda servirá a Antony para tomar vuelo y sorprendernos la próxima vez.


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