Ihsahn-Eremita
Ihsahn, mejor conocido como el ex vocalista de la increíble banda de black metal Emperor, ha vuelto con un nuevo disco solista, tan ambicioso como los mejores tiempo de los Emperor, y empatando la poderosa energía demostrada en su disco anterior, de nombre Alter, demostrando con este Eremita, que posee un sonido clásico y más maduro que su carrera como solista va viento en popa.
Eremita es un disco intenso, tan intenso que por momentos alcanza la identidad del black metal, sin ajustarse del todo a la estética demandante del genero extremo, Ihsahn se vale de sus habilidades como guitarrista y tecladista, además de sumar a su ejecución vocal extrema la aportación de otras voces, Arrival primer tema del disco de inmediato nos trae riffs llenos de poder, intensos e insistentes, esto sumado a los poderosos toques de sintetizador que el mismo Ihsahn añade, su voz es como un crujido y la verdad ha perdido un poco esa aura amenazador que mostraba en los Emperor, pero sin duda sus habilidades como líder, compositor, músico y arreglista se han expandido exponencialmente y por si fuera poco el apoyo de vocalistas como Einar Solberg que aporta las vocales limpias en esta pieza hacen de la pieza un tema que fácilmente encaja en el metal más clásico, innovador y progresista de los últimos años, The Paranoid es un ejercicio aún más intenso que trae a la vida el pasado black de Ihsahn, y a la vez lo intercala de manera desconcertante con pasajes acústicos, en una pieza veloz y agresiva de principio a fin, el conocido Devin Townsend aporta las vocales en Introspection una pieza que nuevamente muestra las habilidades musicales de Ihsahn para emparentar la agresión y malevolencia del black metal con un metal progresivo y con tintes clásicos que no quedaría muy lejos de los celebres Voivod, dejando bien plantado a Ihsahn como una de las grandes figuras del metal extremo contemporáneo que en verdad tiene el talento para transformarlo y sacarlo de las aburridas formas tradicionales y evadir esa trampa en la que ha caído el metal y que amenaza con extinguirlo.
Pero para cuando llegamos a The Eagle And The Snake, en verdad las cosas se ponen densas, con un riff compacto y devastador que se suma a un candente saxofón ejecutado por Jorgen Munkeby, en una pieza que añade fuertes toques de jazz, mientras que las guitarras se acercan más al jazz fusión, lo que en un cierto momento no nos dejaría muy difícil el imaginar a un Mats Gustafsson colaborando con Ihsahn (dado que ambos son escandinavos, y es que para cuando Munkeby le mete el acelerador a su saxofón, la atonalidad de Gustafsson no nos queda muy lejana, Catarsis cambia las acciones, con una pieza de naturaleza reflexiva, lenta y con un sax que sigue prendiendo fuego al ambiente, mientras que Something Out There, indudablemente trae de regreso la maldad sonora que alguna vez los Emperor fueron capaces de evocar, con un tema intenso, demoníaco y explosivo con suficientes pasajes complejos para re afirmar la capacidad y talento de Ihsahn.
The Grief será le envidia de muchos que quisieran ser capaces de mezclar estos extremos sonoros con las sensibilidades del jazz experimental (como lo hizo este año Napalm Death junto a Zorn), esta pieza es probablemente la más compleja y amenazante del disco, con un saxofón intenso y destripador, una batería dispersa que deja sufriente espacio para los teclados, y las voces militantes, seguida por una pulverizante Departure, dónde bajos y guitarras se unen como una arma capaz de hacernos polvo, Recollection será la encargada de cerrar este intenso disco, y nuevamente Ihsahn nos expone inusuales arreglos, el sax, las guitarras y las percusiones complejas se hacen presentes, para después adentrarnos a un pasaje relativamente sereno que se encarga de “echar agua” sobre la máquina caliente para empezar a enfriarla.
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