Terry Riley-Aleph

El maestro minimalista Terry Riley y Tzadik, la disquera del buen John Zorn suenan como una extraña combinación de principio, pero, si recordamos que Terry Riley es un fiero experimentador y que Tzadik es una disquera para fieros experimentadores, la alianza no pudo ser mejor (de hecho esta es su segunda grabación para el sello), y esto si tomamos en cuenta que Aleph es uno de los discos más experimentales y arriesgados que Riley ha hecho en años recientes, si recordamos en el 2010, Riley grabó Autodreamographical Tales, un disco arriesgado, si, que incluso incluía la voz del mismo Riley en algunos temas, y aunque obviamente basadaza sus pieza en el minimalismo y en la electrónica que siempre han caracterizado a Riley, Autodramographical Tales no era precisamente un disco minimalista en toda la extensión de la palabra, por el contrario, Aleph es un disco bastante minimalista, en el más puro estilo de Terry, aquí Terry se despoja de superflua instrumentación, se concentra en sus sintetizador y así es como construye un singular disco, inesperadamente experimental y que se antoja bastante abstractos para algunos escuchas.

Aleph es una grabación compuesta por dos temas, los cuales fueron compuestos principalmente de manera improvisada y completamente ejecutados por el mismo Riley, Aleph es un trabajo de dimensiones monumentales en dónde Riley acude a su reconocido interés por la meditación, Aleph es un disco en dónde Riley nuevamente busca la trascendencia, se utiliza a si mismo al máximo y desde la primer pieza va creando progresiones minimalistas con su instrumento, creando densas capas de sonidos a los cuales va dando velocidades peculiares para crear efectos alucinantes, Riley, un maestro de los sonidos compactos, hace aquí uso excesivo de estrategias minimalistas como el drone, la repetición, entre otras, Riley consigue crear por momentos intrincados y oscuros pasajes de un épica belleza, y nos resulta por de más increíble que Riley consiga estos por si mismo con un sólo instrumento, Aleph es un disco en dónde Riley se muestra tal cual lo necesitamos, sin orquestaciones excesivas y sin músicos adicionales, sólo Riley y la magia de crear algo en el momento, de la nada.

Riley desafía cualquier estructura o forma preconcebida y se enfrenta a su mismo inconciente, invoca su poder creativo instantáneo y mueve sus dedos sobre el teclado de su instrumento, el resultado son interminables bucles de sonido que terminan adquiriendo un curiosos efecto psicodélico,  que consigue atraparnos, nublar nuestros sentidos y basta con cerrar los ojos para conseguir emular los poderosos efectos de alguna droga alucinógena a través de las notas de Riley.

Mi tema favorito fue escrito en los 70s por Pete Townshend de los Who, su nombre es Baba O Riley, Townshend nombró de esta manera homenajeando simultáneamente a Terry y al gurù Meher Baba, el tema se caracterizaba por el uso de una línea de sintetizador creada de manera aleatoria que se ejecutaba a manera de loop, de esta manera haciendo una clara alusión al estilo de composición de Riley, basado en loops y en la electrónica, estilo que en aquellos tiempos fascinará a Townshend.

Riley muestra más coraje que muchos de sus contemporáneos minimalistas (tal vez siendo Tony Conrad la obvia excepción) enfrentándose de manera frontal al instrumento y a su reputación para seguir creando música nueva, música viva, romper con formas y estructuras y enfrentarse a si mismo una vez más para dejarnos maravillados con un disco de alcances hipnóticos.