Robert Hood-Motor: Nightime World 3

Por supuesto que aquí nos encanta el buen techno minimal Detroit-style, ese que sale directo una de las ciudades más olvidadas del vecino país del norte, una ciudad que amenaza con desaparecer y que lentamente se ha convertido en un fantasma de lo que alguna vez fue, curiosamente es en esta ciudad dónde en décadas pasadas, surgiría la enrome Motown, el rock más duro del vecino país del norte y obviamente su industria automotriz, todas ellas piezas claves para el gran movimiento que estaría por venir, y es que sonidos como el funk siempre fueron bienvenidos en esta ciudad, donde lo comercial fue rechazado a favor de la rudeza, dónde los chicos se enamoraron de la música electrónica de los Kraftwerk, pero jamás olvidaron a Parliament, a Marvin Gaye o a Stevie Wonder, la GRAN colisión con la frialdad electrónica, si señores, así nació este fenómeno conocido como techno, en manos de magos como Juan Atkins, Derrick May y Kevin Saunders, los tres “grandes” de Detroit.

Salido de una segunda generación de artesanos del techno, Robert Hood junto a Jeff Mills y el legendario Mike Banks, anduvieron junto a los Underground Resistance y después se lanzaron en carreras en solitario, cada quien por su propio rumbo, Banks como principal propulsor de la escena,  Jeff Mills convirtiéndose en un virtuoso de la mesa de mezclas y con un Robert Hood poniéndose al frente de todo un movimiento de techno minimal, como si Philip Glass hubiese nacido con Detroit (aunque años más tarde, curiosamente, Hood dejaría también Detroit y se iría al sur.

Motor: Nightime World 3 es el siguiente capítulo en una serie creada por Hood, un capítulo que de inmediato muestra las viejas raíces de Hood, la nostalgia por un lugar que poco a poco va muriendo, The Exodus, pieza inicial relata a su propia manera, como Hood observa su antiguo hogar quedándose sólo, como las calles se van vaciando y como Detroit se vuelve un gran desierto de asfalto, lentamente devorado por la naturaleza, un regreso al origen.

Motor City ofrece una atmósfera menos densa que la pieza anterior, con un ritmo más relajado, Hood va liberando esas líneas de sintetizador que parecieran bailar en la oscuridad de los minimalistas arreglos de Hood, claro, como en el mejor techno, Hood nos pone de inmediato en movimiento, pero es un movimiento parco, uno que no requiere demasiado ornato, frío y oscuro a la vez, después Better Life va construyendo nuevos ambientes sonoros, Hood a pesar de su inclinación hacia el minimalismo sabe como llenar el espacio, sin saturarlo, como construir estructuras sonoras de brillante manera.

The Wheel arranca con un supremo ejemplo del minimalismo de Hood, su música no desperdicia ni un segundo en nada superfluo, la línea de teclado es justa, y las voces apenas y asoman algo humano en la mezcla, la nostalgia y un dejo de desesperación siguen asomándose fuertemente en el trabajo de Hood, el cual en Black Technician brilla por su contundencia y su solidez, la magia de Hood para tejer pequeñas y detalladas estructuras salta frente a nosotros, después aplica sendos sintetizadores para añadir un nocturno brillo a las acciones, nos expone al drama extremo en Learning, pone a girar nuestras cabezas con Drive (The Age Of Automation) y después pone nuestro cuerpo a vibrar con la estupenda Torque One.

El enorme talento de Hood se pone en evidencia durante este relevante disco, una carta de amor al viejo terruño caído en desgracia, Hood termina al final con Show Motion Katrina, haciendo una analogía tristemente interesante sobre la destrucción, “en camara lenta”, de la legendaria meca del auto y después termina con la esperanzadora Time To Rebuild, “un llamado a las armas”, solicitando el rescate de Detroit, con un disco brillantemente concebido y ejecutado, con un concepto desolador, realista y a la vez propositivo.


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