The Cult-Choice Of Weapon

En 1987 Rick Rubin, inquieto productor de heavy metal y de hip hop, se encontraba inmerso en su búsqueda de la banda de rock perfecta (lo cual me parece un tanto miope, ya que tuvo a los Aerosmith y los puso a rapear, aunque claro, eran sólo Tyler y Perry, y ambos ya estaban muy alejados de sus épocas gloriosas), en ese año Rubin se encontró a dos bandas, una, los ingleses de The Cult, muy metidos en el post punk, la onda gótica y con un vocalista que idolatraba a Jim Morrison (y que no eran los Echo & The Bunnymen, por cierto…), la otra banda sería Samhain, banda del ex Misfits Glenn Danzig, a quienes transformaría en meses en la banda de Glenn, en su soñada “mejor banda de rock de la historia”, en los Danzig que debutarían en el 88, pero bueno, regresemos a los The Cult, que gracias a Rubin descubrieron el poder de la guitarra eléctrica y del hard rock y se transformaron en una potente banda de rock, curioso que la voz de su vocalista Ian Astbury nos recordara a un híbrido entre Morrison y Steven Tyler en su mejor época.

The Cult se montó en la gran ola de hard rock de los 90s, “conquistaron el occidente” con sendos discos como Electric y Sonic Temple, The Cult se convirtieron en uno de los grandes grupos de la época, Astbury trató de conciliar disparatados estilos musicales, reuniendo en giras a grupos como Soundgarden, Ice T, The Cramps, Iggy Pop, The Mission UK y Public Enemy, tristemente era una época aún difícil para conciliar las audiencias tan diferentes de cada banda, y años más tarde, en un  ambiente más tolerante y abierto, su idea sería robada por el Perry Farrell de los Jane´s Addiction para dar nacimiento al celebre Lollapalooza.

The Cult sucumbiría a sus propios excesos tóxicos al grado de pelearse internamente y perder el rumbo, discos fallidos fueron y vinieron, Astbury siempre inquieto y pensante se unió a bandas como los Doors, ocupando el lugar de su ídolo Morrison, grabaría canciones con los Unkle, y posteriormente grabaría un brillante disco con los japoneses Boris, un disco Born Into This aparecería en el 2007, con señales de que The Cult estaban de vuelta, pues bien han pasado 5 años de ese suceso y ahora la banda de Astbury y el guitarrista Duffy nos traen un nuevo disco, Choice Of Weapon, el que definitivamente es su mejor disco desde el célebre Electric.

Honey From a Knife arranca con un riff monstruoso, Billy Duffy toma venganza contra la producción del Born Into This, cuyas guitarras fueron mal producidas y cual bajo de Jason Newsted en el …And Justice For All…sepultadas en la mezcla final, pero aquí, retoman su poder y furia, mientras Astbury hace lo que siempre ha hecho de manera magistral, demostrar porque es uno de los mejores vocalistas de rock n roll de las últimas décadas, sus inclinaciones a Morrison y su voz que trae memorias de Steven Tyler en sus mejores años, agréguenle a eso ese piano inspirado en las aventuras de los Stooges circa el Raw Power, y por si fuera poco un corro tan bizarro como salido de las mejores aventuras musicales del buen Marilyn Manson.

The Wolf arranca con sendas guitarras zen a cargo de Duffy, esas que tanto aprendimos a adorar durante la época del Electric y el Sonic Temple y que servían a Astbury para alzar sus alegatos ambientales, humanísticos, mágicos y políticos, y aquí Astbury suena convencido y seguro de si mismo, aquel viejo cliché con el que tanto le atacaban acusándolo de clon de Morrison, Astubry al parecer, luego de encárnalo con el resto de los originales Doors, parece haberlo exorcizado, utilizándolo ahora a su ventaja en una paleta de sonidos que igual suma algo de la arrogancia que Steven Tyler de Aerosmith metía en sus rebeldes primeros años en los 70s, y ni que decir de Life > Death, balada en la cual Astbury invoca de manera sorpresiva un espíritu más, el de David Bowie interpretándonos una melodía que por momentos se acerca a Creep de Radiohead (Por cierto, sabrán si Bowie ha cantado esa? Sería una opción interesante), haciéndonos eco con el título del disco, mostrándonos de manera magistral haciendo uso de sus opciones de armas vocales.

For The Animals podría sonar a lección de ciencias naturales, pero también es The Cult en el máximo de su arrogancia rockanrolera, una banda a tope, que hace su trabajo mejor que nadie con un vocalista endemoniado, una sección rítmica contundente y guitarras como sierras eléctricas, cual debe ser, mientras que en Lucifer, la banda introduce sendos sintetizadores, recordarán que estos sintetizadores “hundieron” el Turbo de los Judas Priest? No se desmayen, estos sintetizadores sólo sirven de mera introducción para una pieza de puro rock vibrante, al cual Astbury le agrega generosas dosis de pasión, alguna vez Astbury cantó acerca de su American Horse, ahora canta acerca de A Pale Horse, será que la metáfora de Astbury ahora nos señala la situación del vecino país del norte?

Astbury y Duffy nos traen un soberbio ejercicio de hard rock, un disco que en otras épocas los hubieran colocado sin duda en los rangos superiores de músicos, que ahora batallará un poco para encontrar su lugar, pero el genio de Astbury siempre ha sabido sortear tiempos difíciles y encontrar un espacio para seguir dispersando el discurso sónico y traer más adeptos a este culto y a su templo sónico.    


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