Dean Blunt & Inga Copeland-Black Is Beautiful
Sweet Leaf? A caray, y esos sintetizadores y esas baterías free jazzeras de dónde salieron? Dónde esta Tony Iommi, nuestro original Iron Man, que ya se nos anda oxidando, por cierto, no señores, este no es un disco de esos clásicos primeros discos que sacaron los ingleses más macabrones de la historia del jeby metal, este es un disco de Dean Blunt and Inga Copeland, pero bueno, y ahora esos quienes son? Tal vez una mejor respuesta sería, quienes eran, porque Blunt y Copeland solían usar el nombre de Hype Williams, el que les hace los videos luminosos a Kanye West y a Nicki Minaj? NO.
Pues mira que confuso se ha vuelto esto, pero ni tanto la verdad, porque Blunt y la Copeland han causado tanto revuelo musical que mejor prefirieron hacer un lado el nombre de su proyecto, principalmente para ahorrarse alguna demanda por parte del reconocido director de videos, así de fácil, pero la música, o la anti música que nos han recetado y que continúan recetándonos estos dos, sigue tan presente como de costumbre y esta vez con el afamado sello Hyperdub, por si esto
Ahora bien, sabemos que a Blunt y a Copeland les encantaba evadir los reflectores, viajar bajo los radares y manejar un bajo perfil, permitiendo que la música hablara por si misma, pues bien este Black Is Beautiful abre con baterías como de concierto de Miles Davis, Venice Dreamway es una llamativa fusión de esos teclados de ensueño y baterías ultra veloces y agresivas, que sirven más para colorear que para llevar el ritmo, cabe mencionar que aunque las dinámicas baterías desencajan un poco con lo que nos han traído estos dos ingleses anteriormente, los sintetizadores, samples inusuales y voces bizarras, están bien fijos, dónde deben estar.
Cuando inicie con el rollo de las grabaciones caseras, una gran influencia para mi siempre fueron los Residents, su capacidad de olvidarse de cualquier conocimiento musical e intentar hacer algo nuevo con lo que tuvieran a al mano, estrategia que no le resultará ajena a Blunt y Copeland, que echan mano de música y sonidos de cualquier fuente que les quede cerca o que se les antoje para crear estos pasajes musicales, difícilmente me atrevería a decir que estas son canciones y siendo muy claros, DUDO, que este dúo quiera ver sus composiciones como cualquier otra canción o tema tradicional.
Pop Hipnagóguico? Bueno tal vez el track 2, con su sonido a balada de los 80s y tal vez el track 3, aunque este resulta pervertido por golpes certeros de sintetizadores, ya para el track 4, pareciéramos extra situados en algunas de las piezas más enigmáticas del Another Green World de Brian Eno, con luminosidades sintetizadas y vocales apenas susurradas, una pieza de ensoñadora belleza que sobresale impecable dentro de este disco, para el track 5 ya hay una notoria evocación a la música de los Residents, vocales en un idioma desconocido (extraídas de j-pop o algo así), algo que a pesar de ser ensamblado de varias partes, suena de una sola pieza, agréguenle a esos las granuladas texturas de los discos de estos Hype Williams o Dean Blunt e Inga Copeland, y es que es precisamente en este disco dónde estos dos no sólo buscan conservar su anonimato, sino que además buscan confundirnos asumiendo un sin fin de identidades, como en el track 7, que repentinamente pareciera llevarnos del viaje al electro de los 80s, o el track 8, que pareciera llevarnos a esos soundtracks de películas baratas de los 70s, o el track 9, con sus vocales “chopeadas y escurridas”, como de grabación del célebre DJ Screw, un infinito loop que se hace presente y que nos señala irónicamente que no volteemos atrás, al que posteriormente se le añade un ritmo como de la vieja escuela del hip hop, esa tan ligada al electro de un Afrika Bambaataa, el track 10 es una pieza oscura y confusa que probablemente haría felices a los ya mencionados Residents, mientras que el track 11 pareciera uno de esos temas olvidados de Yoko Ono, luego de que había pasado la tormenta proto punk de sus primeros dos discos (Plastic Ono Band y Fly), un tema que no voltea a los 80s, sino que muy probablemente se va hasta los 70s, pero como suele suceder, esta banda nos saca nuevamente de balance y toma parte del futuro y nos lo presenta mutado como algo proveniente del futuro, o que otra cosa podríamos decir del track 12, un tema con toda la influencia “técnica” del footwork de Chicago, pero presentado con samples y atmósferas más de un viejo y oscuro club de los 70s-80s, en una pieza que no deja de resultar brillantemente concebida y ejecutada.
Se podría decir que Blunt y Copeland cada vez pierden más ese halo misterioso que los rodeaba como Hype Williams, que el dúo se escucha expuesto, y hasta cierto punto es correcto, pero si bien Blunt y Copeland se han expuesto hasta cierto grado y se han quitado sus disfraces, han dispuesto de una fascinante atmósfera oscura y llena de humo que de alguna manera sigue protegiendo sus identidades y que inclusive, nos hace llegar a dudar, de que esas dos figuras, que nos presentan este disco, en realidad sean humanas.
es el mejor disco de los Hype Williams...er..perdón de los Dean Blunt & Copeland, yo diría...
ReplyDeleteVic