Circle Of Ouroborus-The Lost Entrance Of The Just

Yo digo lo siguiente: “Imagínense por un momento escuchar a los Joy Division haciendo covers de Black Metal, liderados por un John Lydon en la época de los PIL, con más influencia de Syd Barrett o John Cale que de Peter Hammill o David Bowie, y por si fuera poco producidos por Brian Eno en la época del Another Green World.” Inconcebible para algunos, pero ante mis oídos esta idea se materializa de una manera formidable, en toda el aura de misterio que siempre han sido estos Circle Of Ouroborus, dúo finlandés de vocalista y multi instrumentalista, que parecieran apegarse a las tendencias black metaleras de salirse de las líneas y desmaterializar el sonido al grado de llevarlo a algo tan etéreo como la música ambient, si, Anti Klemi tiene esa manera de pronunciar “cul”, como Lydon, pero sin caer en el quejido, conservando la clase de un Hammill y un Bowie, pero más cercano a la interpretación de un Syd Barrett o del canto denso de un John Cale, Cast In Clay es una pieza de avance lento, enfundada en una densa niebla de misterio, como siempre ha rodeado a estos COO, con un pie firme en el post punk de los Joy Division y otro en las melodías  ambient de Eno, en un balance difícil de concebirse en papel, pero que en este The Lost Entrance Of The Just funciona a la perfección, medicina justa para expander el cerebro, para dejar de sentir la realidad y que la velocidad se vuelva nada, que no exista el muy rápido o el muy lento, o lo pesado o lo ligero.

Black Hole Womb se mete en un ritmo insistente y después se traduce en una oración oscura, que nos recuerda que black metal no es solamente ritmos acelerados, gritos agudos y guitarras como sierras eléctricas oxidadas, también es oscuridad, densidad y  falta de definición, que si una lección buena nos dejaron los Abruptum es que el fondo se impondrá a la forma y que ellos no necesitaban esos elementos para ser más negros que el más negro de los black metals, y los COO aquí, nos lo reafirman, Bowie, Eno, Lydon vayan y métanse directamente en aquel sótano donde estaba la legendaria Helvete y aprendan los que es oscuridad y densidad y muy probablemente terminaran sonando así.

The Way Of The Will, dominada por tortuosas vocales que intimidan e intrigan, Skyline Painter con su pop narcótico, como de sueño químicamente inducido, muy probablemente lo último que puedas escuchar o sentir antes de dormir luego de que te coloquen cloroformo en la nariz, una pieza digna de un preciosismo post punk, digno de hacer felices (o infelices sería mejor para ellos) a los Bauhaus o a los Cure de Robert Smith (en esa bella época del Seventeen Seconds), una guitarra pulsante que se desdibuja, que aunque sigue un patrón busca huir de la forma y convertirse en algo fantasmal.

Algunos de ustedes recordarán ese enigmático proyecto llamado The Caretaker, ya mencionado en varias ocasiones en este su humilde blog, en el cual Leyland Kirby filtra viejos sonidos de épocas anteriores a la guerra, para lograr materializar lo que el considera el equivalente sonoro a un recuerdo ya no muy claro, que comienza a desaparecer, pareciera encontrar un eco en la obra de estos COO, con el equivalente sonoro a una cinta en dónde luego de grabar y grabar una y otra vez, música tras música, estas terminan mezclándose y perdiendo definición y adquiriendo, luego de mezclar a Darkthrone, Burzum, Brian Eno, PIL, The Cure y Joy Division una mezcla tan tóxica y a la vez tan sorprendentemente adictiva, que resulta tan relevante y tan atractiva cada vez que estos amigos de Finlandia editan material nuevo, cada disco resulta mejor, cada disco inexplicablemente suena más oscuro y más accesible a la vez, que en nada me sorprendería que alguna vez en el futuro estos amigos de COO pudieran colarse en el gusto de las masas, si estás no fueran tan cerradas, y también, si estas estuvieran un poco más dispuestas a perderse en la densa neblina sonora de los COO.