Laurel Halo-Quarantine
Sin duda la disquera Hyperdub a cargo del buen Steve Goodman aka Kode9, este año está de manteles largos, disco de los ex Hype Williams, Dean Blunt & Inga Copeland y ahora disco nuevo a cargo de la estadohundidense Laurel Halo, son sendas muestras de la inquieta naturaleza de Goodman de establecer su disquera como punta de lanza no sólo del dubstep, esto ya de sobra demostrado, sino también del pop vanguardista, ese que busca combinar abstracciones con lo accesible y experimentar y probar, cual científicos nuevas teorías musicales.
Halo nación en Ann Arbor, Michigan, ese inhóspito lugar que también vio nacer a una de las bandas más salvajes y legendarias de la historia, claro, hablamos de los Stooges, pero no hemos venido a hablar aquí de una de mis bandas favoritas de todos los tiempos, sino de uno de mis discos favoritos de estos últimos días, Quarantine, disco que continúa la inusual evolución den Halo hacia la cima de la música vanguardista, habiéndose metido en ondas electrónicas instrumentales, y otras veces en un rollo electro más accesible en otras, Halo regresa con un disco que continúa dándole forma a su sonido, pero que sin duda refina su dirección y la vuelve más compleja aún, por ejemplo Airsick, que nos muestra esos pasajes vocales influidos por cantos africanos, puestos par en par con un fondo electrónico impresionante, Halo se las arregla para conformar una pieza multidimensional que suena épica y a la vez sencilla, difícil combinación pero esta es sólo una de las muchas corrientes incongruentes, que Halo busca conciliar en este disco (basta con ver la portada, que a simple vista podría irradiar felicidad, ya viéndola a detalle, nos pone en shock), Years es un tema luminoso, con sintetizadores que descienden de manera graciosa, para después irse repitiendo y mutando poco a poco, es curioso la proficiente que Halo se ha vuelto tanto en el aspecto instrumental, como en el aspecto vocal, un tratamiento vocal que sin duda es prominente, tal vez esta sea la ocasión en que la Halo le ha concedido el estatus protagónico a su voz, la cual se escucha clara como el agua, con poco o nada de los modernos arreglos de voces que hace “vocalistas” a gentes que no pueden ni sostener una nota, aquí Halo trata las vocales como un instrumento más, agrupándolas, intercalándolas o simplemente dejándolas fluir libremente.
Si hay algo que recalcar de este Quarentine es lo preciso de sus composiciones, Laurel no pierde tiempo con arreglos superfluos o estrafalarios, como Thaw, con un peculiar intro a manera de collage sónico que poco a poco va irradiando luz propia con singular intensidad, para después presentar esos fragmentados y vanguardistas arreglos rítmicos, perfecto marco, o ataque? Para sus vocales empalmadas a manera de coro, Halo suena en completo control de su obra, como piloto sobre un tablero con absoluto poder sobre cada uno de los intrincados sonidos que le acompañan, y es que si muchos hemos disfrutado esos “ritmos, fuera de ritmo” del dubstep, la Halo los aplica directamente a estas sublimes piezas pop sin volverlas tan prominentes, haciéndolas sutiles, transformándolas en algo más y no solamente en un objeto rítmico.
Joy introduce algo del mundo el drone en esta enorme paleta de sonidos, loops eternos al más puro servicio de Laurel, quien los recombina con sintetizadores luminosos y texturas vaporosas para lograr una soberbia compleja y ligera (nuevamente estas dicotomías) pared de sonido, colocada magistralmente en una posición que no empaña o ensombrece para nada su voz, como lo demuestra en la robótica y futurista MK Ultra (clara referencia a teorías de conspiración y control mental), en dónde su voz se posiciona de manera central, en el ombligo de una serie de sonidos que van apareciendo alrededor suyo, en una pieza de una belleza indiscutible, que van desde los sintético a lo abrasivo del feedback, el cual sin duda domina a la perfección.
En Wow, juega con su voz, como un instrumento más, como un objeto más en su sendo laboratorio de sonidos, para después traernos esas percusiones profundas en Carcass, que van transformándose en claras líneas de bajo sintético al más puro estilo acid, algo de esa vieja magia que solía traernos el buen Richard aka Aphex Twin, que no les sorprenda si en el corto tiempo Laurel invita a Bjork ha echarse una cantadita, ya que esta mujer sin duda está presentándonos en este disco los sonidos que dictaran la pauta en el pop del futuro, como en Holoday, en dónde la Halo pareciera ponernos bajo sendas antenas y golpearnos con una gama inusitada de sonidos provenientes de mil extrañas fuentes, un ejercicio de profundidad y superficialidad a la vez, demostrando otra vez la capacidad de Halo de jugar con los extremos y de unir lo aparentemente irreconciliable, Tumor es nuevamente una pieza que apoya la propuesta de Halo, uniendo su desnuda voz con su pared de sonido electrónico, en una extraña y surreal mezcla de imágenes sonorosas que se quedan con nosotros tiempo después de terminada la pieza, música cerebral? Si, totalmente, si algunos mencionaban la estúpidamente nombrada intelligent dance music, en este Quarantine, Laurel nos trae una suerte de hiper intelectualizada propuesta musical, dónde cada segundo cuenta, dónde cada detalle cuenta para lograr un resultado final y dónde Halo aprende a congraciar por un lado, su lado musical y por otro lado su lado científico, una tarea nada fácil, pero que en piezas como la increíble Morcom, nos deja bien claro que si en años anteriores ha quedado muy cerca, este puede ser el año en que la Halo pueda proclamarse como la autora del mejor disco del año.
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