Squarepusher-Ufabulum
Para este disco Tom Jenkinson aka Squarepusher, debemos olvidarnos de que el chico, o bueno el señor Jenkinson es un bajista extraordinario, ya que en la totalidad de este disco su bajo está ausente, ausente también esa tendencia a actualizar el sonido de Miles Davis en la época del legendario On The Corner, uno de mis discos favoritos del maestro Miles.
Jenkinson tiene años haciéndonos disfrutar con un muy curioso hibrido de las flexiones electrónicas tipo Aphex Twin, con su impecable ejecución del bajo eléctrico y un acercamiento y re interpretación muy personal del jazz, Jenkinson aficionado a la electrónica de recamara, al más puro estilo Aphex Twin nos trae ahora este Ufabulum, que si bien tiene un sonido impecable, se decanta por completo por la música electrónica fría y programada, que si bien resulta sorprendente, se le extraña en gran medida el input humano que solía imponer su bajo en sus composiciones.
En este Ufabulum y en su intrigante 4001, Squarepusher o Tom Jenkinson, como prefieran llamarle, nos deja bien claro su portentoso talento para la electrónica avanzada, música bailable inteligente (el título más tonto de todos los tiempos para un género), drum & bass o dumb & ass, como quieran llamarle, Jenkinson produce una serie de progresiones rítmicas y acompañamientos de impecables teclados que nos llevan por un viaje a través de una carretera futurista, lo cual me dice que Squarepusher bien pudo poner un excelso soundtrack para ese remake de la cinta de ciencia ficción Tron, 4001 es increíble, desorienta con sus veloces cambios de dirección, Squarepusher nos da una lección de delirantes ritmos a velocidades inimaginables, una versión (ahora deshumanizada) de los famosos poli ritmos de Davis en su On The Corner, con unos fríos y elegantes teclados que elevan la pieza de un mero drum & bass a una soberbia demostración de melodía y emotividad, un viaje al futuro con teclados que nos anclan un poco al pasado, estirando la parábola de la relatividad del tiempo al máximo.
Unreal Square avanza con singular cadencia, música con interesantes quiebres y nuevamente apoyados en impecables sintetizadores, cuyo majestuoso sonido nos recuerda que Jenkinson diseñó está música para hacer bailar nuestras neuronas y no nuestros pies, aunque un baile físico ante estas composiciones, propone un ejercicio y contoneo corporal al que difícilmente podríamos estar aptos, aunque una cosa es seguro, cuando esta pieza finalmente se dispara en un loco frenesí musical a toda velocidad, queda muy claro que esto es pura vitamina para el cerebro, una experiencia enriquecedora e iluminadora de música electrónica, y que aunque no este científicamente comprobado, estoy seguro que me hace más inteligente (y no con ello justifico eso de la IDM ).
Stadium Ice nos frena un poco este loco e intenso arranque de disco, una pieza repleta de burbujas de sonido y rapidísimos remates de batería y ataques de platillos, Squarepusher acercándose al prog, como otros músicos electrónicos lo han hecho, el ya mencionado Aphex Twin, Rustie y Hudson Mohawke, aunque claro, hay que aclarar, que cada uno con su muy interesante y personal manera de acercarse a ese genero.
Red In Blue marca un claro paso en la acelerada descarga de este disco, una pieza de electrónica fría y espaciosa que nos remite a la escuela del ambient y a la fría electrónica berlinesa, la cual usa Jenkinson como base para esta elaborada y fastuosa composición, para después tomarnos por la cabeza, sacar nuestro cerebro y arrojarlo sobre la pista de baile, atacarlo con fuertes dosis de rayos sónicos capaces de freír los cerebros no iniciados en esta suerte de chirridos y breaks a velocidades insospechadas, me agrada por un lado que Squarepusher este de regreso con un disco estelar que fácilmente lo pone nuevamente a la cabeza de la electrónica vanguardista de recámara, si bien, difícilmente Aphex Twin regresará en tiempos inmediatos (ya saben que Richard es todo un ermitaño), Jenkinson no nos ha abandonado y aunque ha tenido sus tropiezos, siempre ha sabido sacar su música adelante, corregir sus errores y proporcionarnos material para poner a girar y bailar nuestras neuronas, que el baile cerebral comience, aunque por el momento dejemos el jazz de lado.
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