Danzig, Sings Elvis, 2020, Una Reseña




Danzig, Sings Elvis, 2020, Una Reseña

Por: Erreh Svaia

CRANEOSCOPIO

Para ser muy claros, Glenn Danzig, el legendario compositor y vocalista que inició su carrera con los Misfits, nunca me pareció tener un rango vocal similar al de Elvis, claro, me parecía muy similar al de Jim Morrison, y si, la voz de Morrison en ocasiones daba algunos tonos semejantes a los de Elvis, posiblemente sería muy interesante escuchar a Glenn cantando algunos temas de los Doors, pero Ian Astbury, de los The Cult, se le adelantó, incluso a cantar junto a los 3 miembros sobrevivientes de la legendaria banda de los 60s-70s, y podría asegurar que Glenn buscaría por todos los medios de evitar una comparación que lo pusiera en evidencia respecto a sus influencias de una manera tan obvia, si, Glenn Danzig es más Jim Morrison que Elvis, aunque él jamás lo admitiría, y eso, precisamente es lo que hace Danzig Sings Elvis un disco tan extraño, ya que lejos de ser un Danzig interpretando a Elvis Presley, suena a Danzig imitando a un Jim Morrison ya en decadencia, interpretando algunos temas pocos relevantes de Elvis, en un proyecto que lejos de estelar, parece más el resultado de algo que hacer para entretenerse durante la cuarentena cuidando invertir el mínimo presupuesto, y esfuerzo.

A sus casi 65 años, Danzig ya no tiene esa portentosa voz que sobrevivía de manera espectacular en medio del caos sónico de los Misfits, o que daba una profundidad macabra a Samhain, mucho menos la espectacular voz que descubrimos en los primeros discos de Danzig, que más que traerme a la mente a Elvis, me recordaba, y mucho a Jim Morrison, basta ver la portada de su segundo disco con Danzig, que sin duda era un eco directo de una de las icónicas portadas de un disco de los Doors, y esto es algo notorio en los discos más recientes de Danzig, que ya muestra una voz deteriorada, lejos de su mejor forma, evidente en las grabaciones, cada vez más esporádicas y alejadas de la estridencia, dudo que alguna vez Danzig se atreviera a interpretar algunos temas de Morrissey, el también legendario vocalista de los Smiths, lo cual sería interesante, pensar escucharlo cantar Something is Squeezeing My Skull, no deja de ser una idea fascinante, más incluso, que escucharlo ponerse en evidencia con un disco de covers de los Doors, lo que nos deja aquí a un Danzig aspirando a la trascendencia y el mito, a la explotación de esa figura del “Elvis oscuro”, que pareciera una idea que “vale oro”, en teoría, pero que en éste disco, simplemente no consigue aterrizar de buena forma para nada.

It Is So Strange suena a algo que junto a los Misfits pudo sonar interesante, por momentos Glenn consigue ese tono profundo que recuerda ha llamado “rey del rock”, pero a medida que el tema lo va demandando, va perdiendo fuerza, por lo que la interpretación no deja de ser algo en verdad conservador y no consigue despegar realmente, para después seguir con One Night y sus antipáticos arreglos, careciendo de todo poder y sonando en extremo desganados, con una voz forzada, que pareciera más recordar a un Jim Morrison en una noche de borrachera, que para Lonely Blue Boy, resulta aún más claro y evidente, la falta de energía y pasión que cada uno de los temas demanda, y si mencionamos la nefasta interpretación que hace en First In Line, debería ser suficientes para dejar de escuchar el disco e irnos a dormir, Glenn suena en pésima forma, e incluso hasta poco convencido de su interpretación, apenas rescatando un poco de su dignidad en Baby Lets Play House, sonando cansado y fuera de forma para imprimir la energía suficiente al tema.

No vale la pena invertir mucho tiempo escuchando Sings Elvis, es claro que Glenn jamás debió embarcarse en un proyecto así, y menos imprimirle sólo su apellido, como si fuera un proyecto de grupo, aquí, nuestro “Elvis Zombie” ha fallado miserablemente, y el nombre de su grupo, a pesar de ser su apellido, demanda sin duda una entrega de mayor calidad y mayor devoción, el problema es que aquí lo único que se continua reflejando es la constante falta de interés por parte de Glenn en su carrera musical, su mente distraída tal vez por el mundo de los comics, y una mera explotación del nombre de Elvis para vender un par de discos, que dudo, sean muchos la verdad, Danzig Sings Elvis sólo sirve para demostrar una cosa, que al día de hoy, el alguna vez enorme Glenn Danzig, es irrelevante musicalmente y la obsolescencia lo ha alcanzado, lamentablemente tal vez, sin que el se haya dado cuenta aún.    

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