Una Receta Para Más Violencia
Una Receta Para Más Violencia
Por: Erreh Svaia
CRANEOSCOPIO
“En teoría”, con gran parte de la población confinada en sus
hogares debido a la emergencia sanitaria derivada de la presencia del nuevo coronavirus,
los índices referentes a los homicidios, debería disminuir en México, “en
teoría”, en el caso mexicano, es algo que dista mucho de la realidad, ya que al
cierre de Marzo se sigue rompiendo de forma desafortunada récords con respecto
a éste indicador, que oscila en torno a más de 3,000 victimas por mes, dato que
sin duda ha causado gran preocupación al presidente Andrés López, que seguramente
esperaba que el confinamiento implicaría una reducción en dicho índice, dato
que podría sin duda “presumir” como un “punto de inflexión” en su supuesta
estrategia contra la violencia en el país, una vez más, la realidad se convierte
en la principal opositora del presidente.
La realidad ha ido revelando poco a poco deficiencias graves
en el sistema, el crimen organizado sigue operando en el país de forma
rampante, ante la falta de acciones reales por parte del gobierno, y es un
hecho que la crisis derivada del nuevo coronavirus, ha replanteado el tablero
de actores nacionales dentro del espectro del narcotráfico, con escuelas,
bares, estadios, centros nocturnos, y discotecas cerradas los espacios de
acción de los narcotraficantes se han ido reduciendo, adicional a esto, las afectaciones
fuera del país han puesto grandes retos e inclusive bloqueos a la cadena de
suministro de los traficantes de droga, lo cual sin duda ha enrarecido el
panorama, intensificando la competencia y endureciendo las estrategias de los
participantes de éste giro negro, algunos traficantes incluso, cambiando sus actividades por el secuestro y la extorsión, lo cual coadyuva aún más a la intensificación de la violencia.
El acceso a los “clientes” se ha vuelto complicado y la
disrupción en el abasto y distribución ha activado una intensa pugna entre los
distribuidores, quienes han vuelto sus “estrategias” más duras y violentas, se
trata de eliminar a la competencia, proteger territorios e invadir otros
nuevos, incluso, de irrumpir en las cadenas de distribución de los
competidores, lo cual se traduce en un exacerbado aumento en la violencia en el
país, los jugadores se están volviendo más violentos ya que las condiciones de
operación se han complicado, todo esto ante la mirada impávida del gobierno que
no alcanza ni a vislumbrar la situación completa, ni a comprender las implicaciones
futuras en lo que todo esto derivará en algún momento.
Por si esto fuera poco, delitos como el feminicidio y la
violencia intrafamiliar, siguen al alza, de sobra sabemos que los delitos
violentos aumentan a la par de la llegada del verano y las temperaturas más
altas, si a esto sumamos el tema del confinamiento, y la posible crisis económica
que derive en despidos, un fuerte coctel de violencia, inseguridad y
descontento social parece asomarse en el futuro del país, con un gobierno pasmado,
sin actuar, sin restringir realmente la movilidad, y con un presidente que
parece que se ha puesto del otro lado de la ley, al no establecer estrategias
de mano dura en contra del crimen organizado, con una violencia desatada, que
todo parece indicar, seguirá tristemente batiendo récords y enlutando al país,
superando ya incluso los malos resultados de administraciones anteriores, si a
eso, todavía nos atrevemos a considerar las estadísticas que apunta a un mayor
consumo de alcohol en la población debido al confinamiento, las dinámicas de
violencia y del crimen organizado sólo pueden manifestarse a la alza y de forma
más grave.
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