Paradojas del Trabajo en Medio de la Contingencia




Paradojas del Trabajo en Medio de la Contingencia

Por: Erreh Svaia

CRANEOSCOPIO

zGran parte de la forma de trabajar que muchos conocía hasta hoy, está en plena transformación, hasta las empresas más conservadoras en aspectos laborales han tenido que implementar el trabajo desde casa o “home office” con el fin de poder continuar con sus operaciones en la medida de lo posible, y verse lo menos afectados debido a la crisis por la pandemia del nuevo coronavirus, la casa se ha convertido en la nueva oficina, en el nuevo lugar de operaciones, pero no ha sido uno del todo amable, considerando que el servicio doméstico, para los que cuentan con él, o contaban, ya no es parte de la ecuación, los empleados domésticos por cuestiones de seguridad han sido despachados a sus casas, así que la limpieza de los hogares y el cuidado de los hijos y las mascotas han quedado al 100% a cargo de los empleados que laboran desde sus casas, incluso, sin el apoyo de los abuelos, parte fundamental del cuidado de los hijos de muchas parejas, quienes ahora son puestos como grupo de alto riesgo, permaneciendo aislados de los nietos.

El home office no debe ser como muchos se lo esperaban, en pleno verano, se tiene que hacer uso del aparato de clima (si se cuenta con uno, si no, a sufrir), el cual al final tendrá que ser pagado sólo por empleado como parte de la tarifa de electricidad (incluir también la electricidad demandada por la computadora, impresora o escáner), algo similar si uno requiere hacer llamadas telefónicas (y el uso de internet) y no se cuenta con un teléfono móvil pagado por la empresa, considerar también el gasto de agua por el uso del baño y por el constante lavado de manso requerido por la contingencia, de ésta forma, el home office se ha vuelto un tema que tuvimos que abordar con anticipación, pero muchos no estaba preparados para ello, muchos hemos trabajado en home office en circunstancias muy distintas, sin hijos en la casa, con servicio doméstico y sin el distanciamiento social, lo cual sin duda ha replanteado el reto.

Varias veces he señalado lo incómodo que resultan las llamadas de trabajo fuera de horarios de oficina, y esto sin duda incrementa con el home office, las llamadas obviamente aumentan y los horarios de trabajo se distorsionan en ocasiones, hay quienes respetan los horarios de trabajo y quienes no, hay quienes trabajan en horas “no de oficina” y generan trabajos para otros, lo que obliga en ocasiones a salirse del horario (interrumpiendo horarios de comida o de salida), lo cual sin duda se convierte en un inconveniente que poco a poco irá siendo más notorio y se tendrá que abordar de manera importante para definir lineamientos más justos y de respeto al tiempo y vida personal de cada quien, con el fin de evitar posibles abusos.

Un cuestionamiento importante también sería con respecto a las actividades esenciales, las cuales han sido definidas como necesarias se sigan realizando con el fin de no causar graves daños al funcionamiento de servicios básicos para la sociedad y para enfrentar la crisis, para muchas de ellas, la imposibilidad del trabajo en casa, y la necesidad de acudir al centro de trabajo, lo que nos hace preguntarnos, si, ¿El realizar una labor esencial, me vuelve dispensable? Es decir, tengo que seguir trabajando a pesar de la contingencia, porque mi trabajo es muy necesario, ¿Pero mi vida no? Y así vemos casos extremos como el de los médicos, posiblemente una de las profesiones que más valor requieren, y cuya labor en éstos momentos, por la condiciones actuales, poner en alto riesgo sus vidas, incluso sin contar con las medidas adecuadas que garanticen, por lo menos, algo de seguridad al enfrentar a la información, así que, trabajar desde casa no era lo que muchos esperaban, y los que se consideran esenciales, en realidad parecieran ser los menos indispensables.


    



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