Paradojas del Trabajo en Medio de la Contingencia
Paradojas del Trabajo en Medio de la Contingencia
Por: Erreh Svaia
CRANEOSCOPIO
El home office no debe ser como muchos se lo esperaban, en
pleno verano, se tiene que hacer uso del aparato de clima (si se cuenta con
uno, si no, a sufrir), el cual al final tendrá que ser pagado sólo por empleado
como parte de la tarifa de electricidad (incluir también la electricidad
demandada por la computadora, impresora o escáner), algo similar si uno
requiere hacer llamadas telefónicas (y el uso de internet) y no se cuenta con
un teléfono móvil pagado por la empresa, considerar también el gasto de agua
por el uso del baño y por el constante lavado de manso requerido por la
contingencia, de ésta forma, el home office se ha vuelto un tema que tuvimos
que abordar con anticipación, pero muchos no estaba preparados para ello,
muchos hemos trabajado en home office en circunstancias muy distintas, sin
hijos en la casa, con servicio doméstico y sin el distanciamiento social, lo
cual sin duda ha replanteado el reto.
Varias veces he señalado lo incómodo que resultan las
llamadas de trabajo fuera de horarios de oficina, y esto sin duda incrementa
con el home office, las llamadas obviamente aumentan y los horarios de trabajo
se distorsionan en ocasiones, hay quienes respetan los horarios de trabajo y
quienes no, hay quienes trabajan en horas “no de oficina” y generan trabajos
para otros, lo que obliga en ocasiones a salirse del horario (interrumpiendo
horarios de comida o de salida), lo cual sin duda se convierte en un
inconveniente que poco a poco irá siendo más notorio y se tendrá que abordar de
manera importante para definir lineamientos más justos y de respeto al tiempo y
vida personal de cada quien, con el fin de evitar posibles abusos.
Un cuestionamiento importante también sería con respecto a
las actividades esenciales, las cuales han sido definidas como necesarias se
sigan realizando con el fin de no causar graves daños al funcionamiento de
servicios básicos para la sociedad y para enfrentar la crisis, para muchas de
ellas, la imposibilidad del trabajo en casa, y la necesidad de acudir al centro
de trabajo, lo que nos hace preguntarnos, si, ¿El realizar una labor esencial,
me vuelve dispensable? Es decir, tengo que seguir trabajando a pesar de la
contingencia, porque mi trabajo es muy necesario, ¿Pero mi vida no? Y así vemos
casos extremos como el de los médicos, posiblemente una de las profesiones que
más valor requieren, y cuya labor en éstos momentos, por la condiciones actuales,
poner en alto riesgo sus vidas, incluso sin contar con las medidas adecuadas que
garanticen, por lo menos, algo de seguridad al enfrentar a la información, así
que, trabajar desde casa no era lo que muchos esperaban, y los que se
consideran esenciales, en realidad parecieran ser los menos indispensables.
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