Para que haya Desilusión, se Requiere haya Ilusos




Para que haya Desilusión, se Requiere haya Ilusos

Por: Erreh Svaia

CRANEOSCOPIO

El domingo el presidente López anunciará su “plan de contingencia económica”, con miras a enfrentar la contingencia del coronavirus y la crisis económica que se ve venir, y el aviso parece haber creado gran expectativa entre muchos mexicanos, la realidad es que como hemos visto muchas otras veces, la ideología hace que la mente del presidente sea rígida, que carezca de flexibilidad y de pragmatismo, que se aferre a una realidad que parece anclada en otra época en otro mundo, y lo peor es que lo hace proceder en formas que ya hemos visto en otros países (incluso en el nuestro 40 años atrás) con pésimos resultados, inmersos en un fundamentalismo nefasto y por demás peligroso.

Para quien piense que el presidente hará algo nuevo, innovador o disruptor, que espere sentado, porque eso no va a pasar, a lo largo de su presidencia hemos visto que el presidente no cambia, que su pensamiento está estancado y que nada ni nadie lo puede convencer de lo contrario, que él sigue viviendo en los 70s, y sigue atascado en un la peor concepción del marxismo que pudiese existir, por un lado, aferrado a la utopía de la soberanía nacional, al petróleo como su palanca de desarrollo, al clientelismo de la vieja escuela, al “empobrecimiento” de la población en general como herramienta de la “igualdad”, y al paternalismo más aberrante, por otro lado, López sigue viendo la “lucha de clases” como su principal herramienta para el cambio, esa polarización de la sociedad que pone en práctica cada minuto de su vida, sin cesar.

Difícilmente veremos al presidente salir al rescate de los empresarios, que verán afectados sus negocios durante esta contingencia, difícilmente lo veremos estimulando la economía con el fin de proteger los empleos formales, ¿Quién más “neoliberal” que el presidente López, que se negará a dar una mano a quienes más impulsan al crecimiento del país?, Si, la crisis actual, no la creó él, pero nos ha hecho llegar á ésta en pésimas condiciones, con una economía estancada, con un PIB por debajo del 0%, con desconfianza, caída en la inversión, y recortes presupuestales brutales en el sector salud, la crisis no la creó él, pero ya lo ha dicho, “Le ha venido como anillo al dedo” ´para someter más a varios sectores del país a su sistema clientelar.

En el “plan”, no veremos otra cosas que cero apoyos fiscales, el presidente dejará “morir” a aquellos que pueden crear riqueza y activar la economía, les pondrá una bota al cuello en caso de que surjan despidos, a pesar de que él mismo lo hizo al inicio de su gobierno, condenará a gran parte de la economía formal a cargar con el peso de la crisis, y muchas de ellas sucumbirán, las que tomen medidas extremas serán perseguidas y castigadas, las que se vengan abajo serán “asimiladas” por el gobierno, y las largas filas de desempleados pasarán a ser parte del sistema clientelar que tanto atesora el presidente, así es, la crisis le ha venido “como anillo al dedo”.

La oportunidad es histórica para un hombre de demostrar su verdadera valía en tiempos de crisis, pero no para el presidente López, incapaz de dar un “golpe de timón”, incapaz de cambiar su forma de pensar, incapaz de ir contra su fundamentalismo, incapaz de hacer lo que se debe hacer en tiempos de crisis, todo parecería abonar a su plan en el corto plazo, debilitar al país para asumir una posición de poder y mayor control, la conquista de Tenochtitlán no se hubiera dado si no hubieses sido por el brote de viruela (enfermedad, como el coronavirus, de origen animal) que diezmó a la población y debilitó al imperio azteca, está en la historia y la historia se repite de forma cíclica y sin misericordia, un nuevo brote de un virus podría poner al país de rodillas e incapaz de defenderse ante la ambición desmedida de un populista autoritario.

Ya lo escribí anteriormente, la contingencia derivada por el coronavirus, en el corto plazo podría fortalecer al populismo autoritario, en el corto plazo podría presentar un escenario de debilidad económica de la que sólo un personaje sin escrúpulos podría sacar provecho bajo la excusa de “ayudar y rescatar al pueblo”, de expandir el imperio de la informalidad, de la cual se saca provecho de forma furtiva, de la cual se saca provecho por medio de la extorsión y el chantaje, ¿Cómo puede hablar el presidente de luchar contra la corrupción, cuándo tolera e incluso celebra la informalidad, suelo fértil para todo tipo de corruptelas? ¿Cómo pueden muchos hablar de un gobierno humanista, cuándo se está apunto de permitir que se destruyan miles de empleos para sacar provecho propio de la situación? ¿cómo podemos hablar de bienestar cuando el mismo presidente va en contra de las más mínimas medidas de seguridad y de protección en plena emergencia sanitaria?

No esperen nada del domingo, y prepárense para lo que viene.

  
  

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