The Strokes, The New Abnormal, 2020, Reseña




The Strokes, The New Abnormal, 2020, Reseña

Por: Erreh Svaia

CRANEOSCOPIO

Quien se volviera fan de Julian Casablancas porque cantaba “como Lou Reed”, no es nada más que un alma descarriada, sin duda que la producción de aquel memorable Is This It, estaba hecha con el fin de que Casablancas sonara como Lou Reed, y mucha de la música de los Strokes en aquel disco apuntaban a la reivindicación de la original banda de vanguardia de Nueva York por parte de un grupo de chicos burgueses en busca de convertirse en la siguiente “gran moda”, cabe reconocer que Is This It es un disco que vale la pena apreciar, seguido regreso a él, en lo personal me causó bastante emoción escuchar el legendario sonido de Lou y su banda, actualizado y apreciado en años recientes, aunque el sonido de los VU estaba tan adelantado a su época que nunca sonó obsoleto y aún hoy en día continua sonando moderno, en parte, ese fue el éxito inicial de los Strokes, la apropiación de un sonido siempre vigente, y cabe mencionar también, que fue un evento tan superficial que los Strokes nunca pudieron repetir tal hazaña, a partir de su disco debut, la banda fue incapaz de hacer algo más con ese sonido del que se había apropiado de forma tan descarada.

A pesar de la portada, que lleva una pintura del legendario pintor Jean Micael Basquiat, The New Abnormal no es una obra de vanguardia, en el caso de la banda, sigue siendo el sonido de un grupo que perdió el rumbo, que sigue viviendo de su fama y que de forma muy ocasional consigue uno que otro tema apenas memorable pero nada más, aquellas guitarras insistentes y abrasivas que el grupo había tomado de los VU, ha sido cambiado por guitarras famélicas que buscan más al post punk moderno como una inspiración, más apropiadas para uno de esos decepcionantes discos nuevos de los U2, nada que ver con las guitarras de Lou Reed, de Sterling Morrison o por lo menos de un Tom Verlaine o de Jonathan Richman, en The Adults Are Talking, tal vez lo único rescatable sería la poderosa línea de bajo que conserva algo de la esencia primitiva de la banda, aunque la banda se inclina más por la New Wave que por el Proto Punk, mientras que el alguna vez popular Casablancas, lejos de “sonar” como Lou Reed, parece más aburrido que su baterista que no deja de ejecutar ritmos que suenan patéticos hoy en día, considerando que los New Order los crearon décadas atrás.

Tema como Selfless son incluso deprimentes, tratando de mostrar de forma inútil el lado “sensible” de la banda, continuando con guitarras que parecieran incluso no querer estar presentes para presenciar a un vocalista de rango limitado y perdido, incapaz de encontrar una identidad propia y alejado del confort de imitar a otros vocalistas, y para cuando llegamos a Brooklyn Bridge To Chorus, las cosas aún se ponen peor con teclados extraídos de los peores lugares de los 80s (el fetiche/obsesión de la banda durante éste disco), y sonando lastimoso en extremo, sin el carisma de un Morrissey, declarando que “quiere nuevos amigos, pero ellos no lo quieren a él”, en una pieza que de inmediato se vuelve objeto del olvido, mientras que Bad Descions, alcanza apenas a salvarse, a pesar de ser un mal coctel de sonidos más o menos rescatables de los 80s (como el Dancing With Myself de los Generation X de Billy Idol), apenas resucitando parte de la nostalgia explotada en su disco debut.

El gran pecado de The New Abnormal, es que The Strokes no suenan listos, ni inspirados, ni motivados, suenan aburridos, y esto es algo que perdió encanto a partir de su primer disco, muchos temas salen sobrando o están de más en un disco en el que apenas se pueden rescatar un par de temas, Why Are Sunday´s So Depressing pareciera otra vez hurtar la actitud de Morrissey como inspiración, aunque nuevamente cae en el robo descarado, considerando que Morrissey mismo ya se adentró en el mundo de los sonidos sintéticos en su más reciente grabación, aunque aquí el tema apenas y consigue llamar la atención, sin mostrar a la banda realmente decidida a intentar algo 100% convencidos, por si fuera poco, la banda confirma su total ausencia de inspiración con un tema titulado Ode to the Mets, una broma bastante mala al final de un disco que aturde con su total falta de animo y ganas, considerando que hay bandas que suenan gloriosas aún en sus peores momentos, los Strokes consiguen sonar tristes, aburridos y patéticos, y lo peor, es que parecen estar conscientes de esto y poco se esfuerzan por demostrar lo contrario, en éste disco que seguramente reforzará el aburrimiento para aquellos confinados a no salir de casa, increíble me resulta incluso, que Rick Rubin haya producido esto, un hombre encargado de hacer que artistas se reencuentren con su esencia, aquí sólo vemos a los Strokes igual de perdidos que cuando trataron de continuar su Is This It.

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