Red Hot Chilli Peppers, Freaky Styley, 1985, Una Reseña




Red Hot Chilli Peppers, Freaky Styley, 1985, Una Reseña

Por: Erreh Svaia

CRANEOSCOPIO

El Freaky Styley, es un disco que data del año 1985, un disco extraño, muy extraño si consideramos que en aquellos hablar de “funk” bajo un contexto del mundo del rock, era pensar en James Brown, Parliament o Sly & the Family Stone, y no de un grupo de 4 jóvenes blancos de California, el primer disco de los Red Hot Chili Peppers, a pesar de la producción del Andy Gill de los Gang of Four, había sido todo un fiasco, haciendo que los RHCP perdieran su primer oportunidad de crear una gran impresión, la banda, inteligentemente consideraron al legendario músico George Clinton de los Parliament y de Funkadelic, como productor para su segundo disco, con la banda moviéndose a la ciudad de Detroit, Michigan para vivir e integrarse de mejor forma con Clinton, el resultado sería un disco de funk casi en su totalidad, que los consolidaría como una promesa poderosa en el “underground” estadounidense, poseedores de una propuesta totalmente nueva en aquellos años del glam metal.

Sin contar aún con la genialidad del guitarrista John Frusciante y del baterista Chad Smith, el dueto de Anthony Kiedis y Flea consiguieron crear un disco bastante sólido, sin genialidades instrumentales excepto el robusto bajo “slap” de Flea (que más adelante impondría su estilo en otros músicos de hard rock y heavy metal) y el estilo vocal de Kiedis, parte Iggy Pop, parte H.R., parte Grandmaster Flash, que sería imitado por gente como Mike Patton, abriendo con la poderosa y resonante Jungle Man, que exhibe el bajo profundo de Flea, podríamos encontrar algunas semejanzas con el post punk de los PIL, aunque la banda se centra principalmente en los ritmos funk, dándose algunas oportunidades a través de la guitarra de Hillel Slovak, guitarrista fundador que sería una gran influencia para John Frusciante, su remplazo años más tarde.

Hollywood es un entrañable “cover” de un tema original de los geniales The Meters (titulado Africa), la banda más importante de funk después de James Brown y de Sly Stone (y una gran influencia en Flea), con la banda apartándose de la escena de punk rock de Los Ángeles (de la cual provenía Flea precisamente, después de su época con los Fear) y creando su propio universo, totalmente contrario a las corrientes prevalecientes en el “mainstream” de aquellos años, apoyado fuertemente por metales, interpretados por músicos reunidos por Clinton, quienes también aparecen en la extraordinaria American Ghost Dance, otra carta fuerte de funk puro, y aquí cabe también destacar el “cover” que la banda hace del monumental If You Want Me to Stay, éxito enorme de Sly Stone y su banda, tema que en lo personal me parece una de las grandes canciones de la historia, una de mis favoritas.

Nevermind es un tema de dinámica bastante extraña, pero que resulta mostrar un infeccioso ritmo, que iría forjando la identidad musical de la banda, y que permanecería con el tiempo, recuerdo escuchar ese bajo insistente y esas guitarras totalmente contrarias al hard rock o al heavy metal, y quedar gratamente fascinado con ellas, considerando que éste fue el primer disco que escuché de la banda a finales de los 80s, con el genial tema que da nombre al disco y las tremendas guitarras de Slovak, que daban forma definitiva al peculiar y entonces totalmente innovador sonido de la banda, que empezaría a cruzarse de forma discreta con el mundo del hard rock en temas como Blackeyed Blonde, que la misma banda describiría como una mezcla de Isaac Hayes y Aerosmith, con un intenso trabajo de bajo por parte de Flea y las vocales urgentes de Kiedis.

La banda voltea a tras un poco, a observar su pasado en el mundo del Punk Rock con dos temas, la furiosa Battleship, y la poderosa y controversial Catholic School Girls Rule, que los pondría al nivel de obscenidad subversiva de un Frank Zappa y su Catholic Girls, existen otros temas, que merecen menor mención, y que realmente parecen más pequeñas bromas o guiños rebeldes de la banda, heredados de su afición por el funk y el rap, que poco a poco irían desapareciendo del catálogo de la banda, el cual con Freaky Styley encontraría realmente su primer paso en sólido y su primer grupo de canciones verdaderamente destacables de la mano de un Clinton, todo un monstruo de la música funk con quien los Peppers harían una memorable mancuerna en la elaboración de éste sorprendente disco, que muestra a la banda en una etapa embrionaria, primitiva y excitante.
  

           

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