El Oportunismo de Orbán en Hungría

El Oportunismo de Orbán en Hungría

Por: Erreh Svaia

CRANEOSCOPIO

En Hungría, el primer ministro Viktor Orbán, desafortunadamente, navega en una peligrosa ruta para convertirse en el principal modelo a seguir por los principales líderes antidemocráticos que buscan sacar provecho de la actual crisis del COVID-19, de ésta forma, Orbán, con el apoyo de su partido, el Fidesz, de ala nacionalista y populista, mayoría en el parlamento húngaro, busca extender el “estado de emergencia” declarado con el fin de hacer frente a la crisis de salud, de ésta forma, en el gobierno húngaro, Orbán adquirirá de forma indefinida poderes totales, eliminando todo contra peso y gobernado completamente por decreto, estableciendo una receta que a medida que la pandemia avanza, podríamos empezar a ver en otros países afectados no sólo por el brote del virus, también por gobiernos autoritarios que buscan concentrar y conservar a toda costa el poder.

Parte de los poderes que Orbán tendría durante la prolongación del estado de emergencia, sería el de censurar información que pudiera comprometer las acciones del gobierno para combatir el avance de la pandemia, así como la de castigar a los autores de tal información, abriendo las puertas al libre ejercicio de la censura y la represión por parte del gobierno a la prensa opositora, y no sólo eso, de ésta forma, Orbán podría profundizar su estrategia polarizadora, señalando a sus opositores como enemigos de la salud pública y como una amenaza para el bienestar de la población húngara, estratégicamente aprovechando un momento en que cada país de la Unión Europea está bastante ocupado con sus asuntos internos, como para continuar la vigilancia sobre Orbán y sus ambiciones de poder total.

No podemos olvidar que Orbán y Hungría no dejan de ser un laboratorio a la vista de muchos personajes en el poder con ambiciones similares y que estarían observando con atención a Orbán con el fin de aprender trucos con el fin de aplicarlos localmente en sus país, con el fin de avanzar la supresión de la democracia, aprovechando un momento en que la sociedad está más ocupada protegiendo su salud y preparándose para lo que podría ser un recrudecimiento en el brote del virus, de ésta forma Orbán avanza su tramposa estrategia, incluso aceptando la supuesta “ayuda” de países como Rusia y China, con modelos autoritarios admirados por Orbán, y que pareciera una jugada clave para distanciarse aún más de la mira de la Unión Europea, que lo sigue viendo con sospecha ante sus intentos por reducir el equilibrio de poderes en aquel país.

A medida que el virus vaya avanzando en Hungría, Orbán seguirá aplicando su ambicioso y oportunista plan, con el fin de sacar provecho de la situación, sacando de proporción la crisis con el fin de usar el miedo y la distracción como estrategia para mermar las instancias que lo detienen de adquirir el poder total, presentando un doble riesgo, no sólo para la democracia en Hungría, sino al convertirse en un modelo a seguir, que pudiera replicarse en otros países miembros la pandemia siga presente, poniendo en evidencia, la debilidad no sólo de nuestros recursos para salvaguardar la salud pública, también la debilidad de nuestras instituciones y su presenta incapacidad para mantener fuerte el sistema democrático.