La Construcción de la Narrativa




La Construcción de la Narrativa

Por: Macario Schettino

Tomado de: El Financiero

Como habíamos comentado hace unas semanas, la disputa por la narrativa de la crisis va a estar muy dura. Puesto que los seres humanos somos incapaces de comprender la realidad, lo que hacemos es construir modelos de ella, y con eso vivimos. Esos modelos son narrativos, porque el lenguaje es lo nuestro. La construcción de esos modelos narrativos, cuentos, historias, es determinante en cómo comprendemos lo que ocurre y cómo tomamos decisiones. Por eso el lugar común de que la historia la escriben los vencedores.

La durísima crisis que viviremos durante 2020 va a requerir una explicación, y construirla no será simple. Por ejemplo, no sabemos si el coronavirus es producto de malas costumbres culinarias o de una combinación de eso con experimentos; no queda claro si el gobierno chino intentó esconder el brote inicial, o fueron gobiernos locales, en un fenómeno parecido al que se describe en la miniserie “Chernobyl”; finalmente, las acciones de enero, en las que millones de chinos se desplazan para celebrar su año nuevo, tampoco sabemos si fueron escasas por un error de comprensión o por otras causas.

Después, vienen las respuestas en otros países. Ya aquí le comentamos que hay cuatro tipos de régimen político en el mundo actual, que tuvieron respuestas diferentes. Los gobiernos autoritarios, como China o Rusia; las democracias conservadoras, que son las del lejano oriente, como antes se decía; las democracias liberales, como Francia y Alemania; y las iliberales, o populismos, que incluyen a Italia, España, Estados Unidos, México, Brasil, India, y muchos más.

Parece muy claro que los peores resultados corresponden a este último grupo, pero ahí también hay una batalla por la narrativa. En España, los gobernantes actuales, que permitieron manifestaciones públicas y partidos de futbol el domingo 8 de marzo, cuando Italia ya entraba en cuarentena, ahora quieren convencer a la sociedad de que el problema no fue ése, sino que el sistema de salud había sido desmantelado por gobiernos anteriores. Adivinó: “por el neoliberalismo”. Donald Trump hace algo similar, incluso afirmando que él se dio cuenta antes que nadie del problema y reaccionó de forma maravillosa, como siempre lo hace. Reparte culpas entre gobernadores, funcionarios, el pasado, China, o quien se deje.

En México estamos en lo mismo: el gobierno actual quiere culpar de la crisis de salud al pasado. No a su propio pasado, y a la destrucción que causó en un solo año del sistema de Salud en México, gracias a la desdichada actuación de Raquel Buenrostro. Tampoco a la desaparición del Seguro Popular, reemplazado por una deforme entelequia llamada Insabi, que no sirve para nada. No, nos quieren convencer de que el “neoliberalismo” destruyó el sistema de Salud. El “neoliberalismo” que erradicó el sarampión (ahora de regreso, gracias a Buenrostro) y derrotó la epidemia de 2009.

Pero ni Pedro Sánchez en España, ni Trump en Estados Unidos, ni Bolsonaro en Brasil, ni López Obrador en México reconocerán jamás que son ellos los responsables. Si fueran capaces de asumir una responsabilidad, no serían gobernantes en estos tiempos de populismo, que tiene como descripción de puesto la capacidad infinita de mentir, repartir culpas y provocar polarización y odio. Eso es lo que saben hacer, y es lo que están haciendo en su intento de construir esta narrativa.

Los grupos que respaldan a estas personas no tienen escrúpulo alguno. Como sus líderes, mentirán, provocarán odio, y querrán culpar a quien sea de sus propios errores. No es un tema de México, es global. De cómo termine este proceso dependerá el resto de la década. En eso también estamos repitiendo lo vivido hace un siglo. Entonces ganó el odio, y provocó la mayor conflagración de la historia. Hoy no podemos fallar.

Comments

Popular Posts