Pere Ubu, Dub Housing, 1978, Reseña
Pere Ubu, Dub Housing, 1978, Reseña
Por: Erreh Svaia
CRANEOSCOPIO
No es sorpresa que los Pere Ubu sigan activos y sobre todo
vigentes en éstos días, su música ocupa un curioso territorio entre el proto
punk, gracias a sus raíces en la banda Rocket From the Tombs, el punk rock, por
su cercanía con bandas como los Dead Boys, también de Cleveland, y el post
punk, genero posterior al punk rock, en dónde es más sencillo acomodar a la
banda, principalmente por su inquieta naturaleza compartida con bandas como los
Television, los Stranglers o los Devo, empujando la magia del punk y llevándola
hacia sitios en verdad inesperados, todo esto derivado de sus brutales
influencias que los llevaban desde el rock vanguardista de los Velvet Underground,
a la oscura introspección de unos The Doors, al blues quebradizo del Captain
Beefheart, y a la escuela del rock de arte de los Roxy Music, entre otras cosas,
que darían a los Pere Ubu, una esencia muy diferente a la de grupos
contemporáneos en los EEUU, Pere Ubu, aún en los 70s, ya sonaba por completo a
los 80s.
Seguramente en algún momento, años atrás debí escribir sobre
éste Dub Housing, segundo disco de la banda y que sería por mucho tiempo uno de
mis discos favoritos, motivado principalmente por la habilidad de la banda de
quitarse todo tipo de etiquetas y de navegar sin ningún temor entre un sinfín de
sonidos, tiempos, emociones y ángulos, que harían de los Pere Ubu, una de las
grandes bandas de vanguardia de finales de los 70s, carentes definitivamente de
popularidad, como lo serían los Velvet Undergound, pero siempre fundamentales
en la posterior creación de otros grupos que compartirían ese deseo de hacer
música sorprendentemente diferente, con un espíritu abierto a la aventura, sin
miedo a fracasar, como cada uno de los temas, en éste curioso disco lo demuestran,
enlazando conceptos aparentemente inconcebibles, ya desde el título, que asocia
la música resonante “dub” de Jamaica, con el concepto de las casas de interés
social en los EEUU.
Desde los primeros acordes de Navvy, uno se encuentra de
inmediato sonidos familiares, las guitarras disonantes que adoptarían posteriormente
bandas como los Sonic Youth, ritmos cacofónicos aprendidos de bandas como los Stooges
y del krautrock alemán, proporcionados por el tremendo baterista Scott Krauss, esto
además de las vocales de David Thomas, que van desde el grito punk desafiante,
hasta el gruñido amenazante aprendido de gente como el Captain Beefheart, con
una melodía vocal peculiar que parece anunciar la futura llegada de cosas como
la New Wave, mientras que en On the Surface, nos topamos con curiosos arreglos
de teclados, algunos obviamente inspirados en cosas como The Doors y del mismo
rock alemán, posiblemente de bandas como Faust, con el interesante trabajo del
tecladista Allen Ravenstine (cuyos teclados parecerían adelantarse a los
sonidos de los juegos de videos de los 80s) y del bajista Tony Maimone, ambos
fundamentales en éste tema.
Cabe señalar que los ritmos de los Pere Ubu en éste disco
son brutales, como lo demuestra I Will Wait, infecciosa de principio a fin,
mostrando un rock bastante moderno para la época, integrando todo tipo de ideas
aparentemente disparatadas, pero que conforman un todo sorprendente, liderado
de forma brillante por Maimone, que domina la pieza con su bajo, además de las
guitarras de Tom Herman y las siempre alucinantes vocales de Thomas, que después
se adentrarían en un blues estrafalario en Drinking Wine Spodyody, que revela
de forma descarada la admiración de la banda por el trabajo del legendario Captain
Beefheart y su Magic Band.
Dub Housing es uno de esos discos que uno se encuentra por
casualidad, ya que pocos suelen hablar de él, imposible encontrarlo en una
tienda de música éstos días, pero que sin duda el internet y las
recomendaciones lo han mantenido vigente y en la mente de algunos escuchas, es
un disco que vale mucho la pena escuchar, así como el primer disco de la banda,
The Modern Dance, aunque con los Pere Ubu, difícilmente podríamos hablar de un
periodo de decadencia, considerando que aún en nuestros días, la banda sigue
editando discos y motivando a miles de músicos, como sucedería con bandas como
los Pixies o los Mudhoney, a explotar su lado más salvaje.
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