Public Image Ltd.-One Drop

Aunque el sonido de estos nuevos PIL, se presenta mucho más pulido (como sucedió con la reunión de los Sex Pistols que terminaron sonando como una banda de rock profesional, ni más ni menos, en lugar de la temeraria y escandalosa banda estandarte del punk rock) tenemos el regreso de una de las grandes bandas del post punk ingles, a cargo de uno de los entretenedores más increíbles de esa lejana época, y es que One Drop es motivo de celebración John Lydon y compañía están de vuelta y aunque Lydon ya no suena como antes (que el mismo Miles Davis decía, que la voz de Lydon era el equivalente a su trompeta, vaya cumplidote!) , su “chillona” voz, ha desaparecido, su “sonsonete” quejoso (que sería de enorme influencia en incontables vocalistas) sigue prevaleciendo en la mezcla (en una época debemos admitir que casi cualquier vocalista inglés y estadohundidense sonaba como Lydon)y el resto de los PIL ya no sonando como forajidos musicales, sino como un compacto conjunto de rock moderno, si claro, en el tema con que abre este disco (mismo que el título) mantiene los elementos del grupo original casi intactos, las guitarras emitiendo líneas de melodía cristalina, aunque estas ya no cortan los oídos, y el bajo sigue profundo y omnipresente, aunque ya no taaaaan profundo como cuando lo tocaba Jah Wobble, y esas bases rítmicas con profunda influencia reggae, que tanto nos engancho a finales de los 70s, One Drop es poderosa, pulida, pero difícil de derrumbar, un grupo que suena sólido y que sin sonar muy forzado recupera algo de la magia del pasado.

Aunque de los miembros originales, poco queda de la banda excepto Lydon (y dos rescates preexistentes al line up clásico de la banda (Lu Edmonds y Bruce Smith) definitivamente ayudan a recapturar ese viejo espíritu de la banda, y aunque esto sin duda ayuda a temas como I Must Be Dreaming, en actitud queda mucho por demostrar, sin duda un tema que aquella vieja alineación de Levene y Wooble hubiera hecho más con esta pieza de “roots” ardiente que tiende a sonar un poco cansada y necesitada de algo de punch extra.

The Room I Am In de inicio arranca con un extenso spoken word, que me recuerda más a Lou Reed que a los PIL, aunque no olvido que PIL tenía un tema llamado Lou Reed en alguno de sus discos de los 80s o 90s, lo cual me parece bastante gracioso, y la verdad no recuerdo haber escuchado a Lydon nombrar alguna vez a Reed entre sus múltiples e interesantes influencias (Beefheart, Bowie, Hammill, Buckley, etc.) pero podría ser, obviamente Lydon trata de hacer algo “más”, darle ese certificado de arte a su música, que ha perdido un poco con la “profesionalidad” que ahora le imprimen, pero venga, Lydon jamás será Lou Reed, o Bowie o Hammill, Lydon es Lydon, y conoce perfectamente sus limitantes, su poder ejecutivo más que creativo, y lo único detectable en momentos es un cierto tufo a lo que hacía Beefheart vocalmente cuando no se alocaba tanto, y en Lollipop Opera, otro de los puntos altos del disco lo deja bastante claro, el espíritu de Beefheart pareciera posesionarse de Lydon y de una banda que difícilmente puede seguirle la locura, con un procesamiento vocal que pareciera querer recrear ese mito ya mencionado, Lydon hace sonar su voz como un chirriante instrumento de metal (la trompeta de Miles Davis?), con un bajo que pareciera rebotar a cada segundo, Lydon tal vez debió buscar a gente como Jaki Liebezeit, a Irmin Schmidth o a Holger Czukay (a quienes se rumoró se uniría en los 80s), y muy probablemente este disco hubiese sido otra cosa (ni PIL ni Can, eso si.), tal vez Lydon no quiso invertir tanto esfuerzo en esta nueva versión de la banda, y su intención era tener algo grabado rápido con una buena banda “que sólo cumpliera y punto”, si esta era la intención, misión cumplida, Lydon y estos nuevos PIL nos han dejado un disco que cumple a secas, que aunque no supera su anterior legado, no se achica, ni avergüenza, demostrando el enorme encanto que Lydon y su grupo post Pistols poseía, algo dem magia ha quedado ahí, y es un verdadero placer volver a experimentarla.