Apuntes Post Electorales

Apuntes Post Electorales

Por: Erreh Svaia

Dispersión Caprina

Los mexicanos optaron el día de ayer por un nuevo golpe de timón, más radical que el de ocasiones anteriores (año 2,000 con Vicente Fox), mientras que el resto del continente ha optado por virar a la derecha (Brasil, Argentina, Chile, Colombia), la mayor parte de los votantes han decidido que para los próximos seis años sea un gobierno de izquierda quien dirija los destinos de la nación, no estoy muy convencido de que sea precisamente un gobierno de izquierda (de ser así, es una izquierda muy conservadora y muy movida al centro), pero para la gran mayoría, eso quieren pensar que lo sea, cabe apuntar aquí, que las mayorías no siempre están en lo correcto, pero es el tiempo siempre el mejor juez.

Más un voto de castigo que un voto inteligente, más un voto desesperado que un voto cauto, se dirá que era lo necesario, solo después de un par de años sabremos si la decisión fue la correcta, como en otras ocasiones, mis deseos son estar equivocado y que la decisión haya sido la correcta, aunque hay más indicios a mi juicio de lo contrario, mi deseo de mantener la alternancia como palanca real del avance del país va con que haya un cambio de gobierno, pero la siempre latente sospecha de una mala jugada está en alerta, ya que el triunfo de Morena es un regreso pleno a las épocas de la ideología justiciera del “nacionalismo revolucionario” del viejo PRI, de ese que llevó a la quiebra al país en los 70s-80s, más un triunfo de una oleada de enojo global, que un triunfo de un partido, más una derrota de sistema de partidos que requiere un cambio, que el triunfo del candidato que México requiere realmente.

3 candidatos que salieron rápidamente a reconocer que los números no les daban y que felicitaron a quien se vislumbraba como ganador, algo no visto anteriormente en nuestra imperfecta democracia en la que todos los candidatos solían declararse ganadores la noche de las elecciones, el mismo Andrés López de haber aplicado esa estrategia en el 2,006, sin duda alguna hubiera triunfado de manera arrasadora en el 2,012, pero le costó 12 años más aprenderlo, un Ricardo Anaya que se adelantó a su momento, que tal vez debió usar sus dotes de operador para respaldar a Margarita Zavala, una Zavala que cedió al embrujo del los triunfos del PAN en el 2,016 y que por ello no construyó su plataforma de manera adecuada dentro del PAN, un Anaya que sin duda, por su edad, no dudará en tomar una segunda chance en el 2,024, y que ahora contará con la experiencia dejada por Andrés López sobre campañas de más de 6 años, y que al igual que Andrés López, sabrá “blindarse” de los ataques del oficialismo.

El PRI perdió ya que no supo comunicar las virtudes de su administración, que tampoco supo resolver la impunidad dentro de su gobierno, y que fueron clave para ser explotados ampliamente por la oposición representada por López, se vio desesperado con la elección de un candidato externo, cabe mencionar aquí la fuerte derrota de un José Antonio Meade, el candidato con mayor preparación de la contienda, un mal candidato que pudo ser un buen presidente fuera del esquema del PRI, esto mientras un sistema de partidos que cede paso, como ya habíamos señalado, a un voto encabezado por los candidatos, y una segunda vuelta que, de haberse aprobado por el gobierno en salida, pudo haber hecho de la elección algo muy diferente y más conciliatorio.

El triunfo de Andrés López sólo confirma nuestra convicción de que, aunque imperfecta, México ya estaba practicando una vida democrática desde el año 2,000, quien lo niegue, sólo estará restando valor al triunfo de López, imposible que una cosa no vaya de la mano con la otra, como también imposible negar que una vez más se llega al poder con alianzas incómodas que pudieran representar todo un reto para gobernar, sumado a la amenaza presente de un Donald Trump que sin duda se convertirá en la primer prueba de fuego para el presidente electo, su primer trago amargo o su primer victoria.   

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