Body / Head, The Switch (2018)
Body /
Head, The Switch (2018)
Por: Erreh
Svaia
Rock N Roll Animal
De inmediato al empezar a escuchar los primeros segundos de
The Switch, el nuevo disco de Body / Head, dúo conformado por la ex Sonic Youth,
Kim Gordon y Bill Nace uno puede detectar el hecho de que la textura se vuelve
una prioridad sobre la técnica estricta para éstos dos artistas iconoclastas,
sonidos escalofriantes y lejanos a la lógica común poco a poco nos van
transportando a las entrañas de un universo sónico equivalente al estilo visual
de un atormentado e intoxicado Jackson Pollock, frente a nosotros se
materializa un sombrío ballet de sonidos que parecieran ser extraídos de una
mente como la de David Lynch o de David Cronenberg tal vez, Gordon y Nace dan
rienda suelta a sus más oscuros instintos y por momentos pareciera que su
visión musical tocara de manera tangencialmente aquellos gloriosos y grotescos
universos creados por los legendarios Throbbing Gristle, y es que Las Time, por
momentos me recuerda poderosamente a Genesis y compañía, aunque la banda no
sólo libera esas descargas aterradoras de sonido, también se da tiempo para
crear algunos extraordinarios pasajes muy al estilo del enorme Dylan Carlson y
su extraordinaria banda Earth, la voz de Gordon apenas aparece de forma sutil,
muy alejada de su rol un poco más predominante en su antigua banda, Gordon aquí
parece más obsesionada con sus guitarras y el sonido puro, que con su pasado
como estrella del rock underground, aquí Gordon es simplemente una artista tras
un pincel sónico y llevada de forma totalmente libre por su intuición.
You Don´t Need regresa un poco a esos pasajes amenazantes
estilo Earth y su obsesión con el gótico americano, que precisamente Gordon
había visitado ya alguna vez con los Sonic Youth durante su disco Bad Moon
Rising de 1985 (¿Una alusión a los Credence Clearwater Revival del gran John
Fogerty?), para éste tema, Gordon se centra un poco más en su desempeño vocal,
que por momentos me recuerda a una Nico, aquella legendaria cantante que
participara en el primer disco de los Velvet Undergound, “la estatua que
cantaba” y que una vez que abandonase la banda de Lou Reed y John Cale, se
embarcara en una interesantísima carrera como vocalista y compositora, de quererlo,
Gordon pudiera seguir los pasos de Nico añadiendo también un toque de Patti
Smith y su cruda poesía a la que Gordon aquí parece pagar tributo, mientras que
In The Dark Room deja salir a la superficie una serie de notas tan
escalofriantes como inquietantes, empujando la textura al frente, para después
generar poderosas tormentas eléctricas apenas dirigidas por Nace y Gordon en
una apocalíptica sinfonía.
Chance My Brain es posiblemente lo más cercano que podamos
escuchar en éste disco a una canción, y eso es tal vez decir mucho, ya que la
estructura libre prevalece y los sonidos electrizantes que liberan los
instrumentos de Nace y Gordon rugen de forma intensamente salvaje, al tiempo
que la voz de Gordon se manifiesta casi en forma de un trance, como un mantra,
como parte de una película oscura y vieja, con un terror manifestó que se
percibe hasta debajo de la piel pero que nunca se vuelve evidente del todo, un
triunfo sonoro del que somos testigos y que da una contundencia a éste
proyecto, que previamente no habíamos podido percibir.
The Switch cierra con la formidable Reverse Hand, en dónde
es posible encontrar algo de forma a las guitarras y a un casi fantasmal riff
de guitarra que se amalgama de manera surrealista con las etéreas vocales de
Gordon, nuevamente el dúo triunfa en su concepción de crear algo más cercano al
sonido puro, que a música común y corriente, The Switch obviamente no es un
disco de rock, quizá tampoco lo sea de música en el más estricto sentido de la
palabra, lo que estamos siendo testigos aquí es de un procesos creativo llevado
principalmente por el instinto al que se le ha dado rienda suelta, del cual
tanto Nace como Gordon, más que directores, son meros conductores de ese sueño
o pesadilla traducido a sonido, sin duda un disco más elaborado y mejor
concebido que sus dos capítulos anteriores, aquí Gordon y Nace, aunque no de
manera definitiva, parecen haber hallado su verdadera voz y el verdadero
espíritu de Body / Head, y el resultado es uno que me agrada bastante.
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