Eco Interferencia


Eco Interferencia

Por: Erreh Svaia

Dispersi贸n Caprina

Recuerdo un sue帽o hace apenas un par de semanas en el que pertenec铆a a una especie de guerrilla urbana que se dedicaba a la siembra de 谩rboles en la ciudad, si, resultaba un tanto extremo el modus operandi ya que la guerrilla localizaba casas abandonadas, terrenos sin usarse o dem谩s espacios privados para llegar de improviso, romper el concreto en el piso, cavar una zanja profunda, sembrar un 谩rbol y salir r谩pidamente de ah铆, todo en cuesti贸n de apenas unos minutos, con una exactitud parecida al de los equipos que alistan a los autos en los “pits” durante las carreras de autos, o como un set musical de los Ramones, antes de que llegue la polic铆a.

Hay un proyecto llamado “Reforestaci贸n Extrema” en la ciudad, desconozco si sus t茅cnicas incluyan 茅ste tipo de acciones, lo dudo, pero he visto tantas casas abandonadas, espacios privados desperdiciados, parques o lechos de r铆o que pudieran ser utilizados como amplios espacios verdes que pudieran convertirse en pulmones para la ciudad, en el sue帽o resultaba oscuramente gracioso sembrar tres o cuatro 谩rboles en el frente de una vieja casa abandonada, darle ese empuj贸n a la naturaleza con el fin de que nos pudiera devorar y volver el curso de la civilizaci贸n atr谩s, sin la seriedad ideol贸gica de un John Zerzan o la violencia de un Ted Kaczynski.

Recuerdo un parque por casa de mis padres en el cual los vecinos debat铆an acaloradamente si convertirlo en un parque con 谩rboles frondosos, o uno con canchas deportivas para los j贸venes, sin poderse poner de acuerdo y con una discusi贸n cada vez m谩s acalorada, en una ocasi贸n recuerdo que se pusieron dos porter铆as de f煤tbol soccer en cada uno de los extremos del parque y se delinearon las zonas de una cancha de 茅ste tipo, la reacci贸n del otro bando fue llenar el parque con j贸venes arboles por la noche, de forma furtiva, fue un espect谩culo parecido a ver el ataque de una guerrilla, aquel espacio amaneci贸 con decenas de 谩rboles plantados que nadie se atrevi贸 a quitar, el respeto por la naturaleza se impuso, quedando solamente un espacio perimetral para una pista de trote y un peque帽o espacio para una cancha multiusos peque帽a.

Tenemos una batalla contra la misma civilizaci贸n, no estoy en contra del desarrollo de nuestra ciudad, pero si en contra del desalmado avance del concreto sobre la naturaleza, la conservaci贸n de espacios como el R铆o Santa Catarina es primordial, la posibilidad de crear un espacio m谩s apropiado y m谩s resguardado en esa zona es imperativo, debemos usar una zona que es por derecho de la naturaleza y ayudar a que se convierta en un espacio m谩s propicio a manera de santuario para algunas especies de animales o plantas que ya habitan ah铆, la misma naturaleza nos lo ha reclamado ya varias veces y de forma furiosa.

Veo colonias enteras d贸nde no hay un solo 谩rbol, mis hijos me preguntan a veces “¿Por qu茅 aqu铆 no hay p谩jaros?” La respuesta es sencilla, “Porque no hay arboles”, hay plantas temerarias que sobreviven con facilidad a las temperaturas extremas de la ciudad, hay plantas que de plano ser铆a imposible propiciar su aparici贸n y que demandar铆an demasiado cuidado, en lo personal, ya he constatado que plantas pueden sobrevivir en el clima de la ciudad y que no requieren de tanto cuidado, al fin plantas, y al fin una manera de recuperar un poco a la naturaleza lo que salvajemente le hemos robado, definitivamente no me veo en acciones violentas como las de Kaczynski, tampoco en esas un tanto en plan de broma pesada como las que vimos en la cinta 12 Monos, pero si me veo en plan de guerrilla forestal, rompiendo cemento, cavando r谩pidamente una zanja y dejando un 谩rbol en casi cada esquina de la ciudad, aprovechar todos esos espacios abandonados, p煤blicos o privados, lo que necesitamos son m谩s 谩reas verdes, m谩s pulmones para 茅sta ciudad, esto antes de que sea demasiado tarde.
   

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