Black Music Disaster (2012)

Black Music Disaster (2012)

Black Music Disaster es un alucinante ejercicio de música libre el que nos traen estos cuatro músicos, conjuntados aquí de manera sorprendente, y provenientes de diversos campos de la música, una pieza colosal, con un sendo intro del GENIAL pianista Matthew Shipp que aquí cambia su piano por una lúgubre y rebosante  farfisa, con esos acordes como de pesadilla de nuestra niñez, un Steve Noble, uno de los bateristas más salvajes y potentes del avant garde, siempre violento y brutal rompiendo la tensión, masacrando su batería aporreándola con todas sus fuerzas como queriéndolas destruir, ambos entablando un intenso dialogo desde el principio de esta larga pieza improvisada en vivo, con un Shipp incansable y un Noble simplemente brutal, es así como empiezan los fuegos artificiales  en este mutante festín de sonidos, poco a poco las guitarras de John Coxon y del ya conocido J Spaceman comienzan a abrirse paso entre el caso sonoro de los dos grandes titanes primeramente mencionados, hasta aquí llegamos a un punto en que la música se torna candente, con las guitarras eléctricas en pleno e intenso ascenso, apareciendo y despareciendo esporádicamente, con un J Spaceman sonando como debió sonar hace muchos años para poder creerle en verdad que Peter Brotzmann es su ídolo, con una semejanza impactante al trabajo que alguna vez hicieron los locales The Julito Castrillon Experience hace ya varios años, tornando esta Fire Music en un ritual musical sangriento y oscuro, preparándonos para le ceremonia vudu en el interior de la densa y espesa jungla, es aquí dónde la magia de Shipp se desata y nos asombra, como un hombre con una ejecución tan generosa, para este disco se enfrasca en un grupo de notas, repitiéndolas como poseído y aún así consiguiendo una ejecución emocionante de principio a fin.

La pieza va mutando con las aportaciones de cada uno de los participantes, de inicio con un ritmo amorfo y libre, después va tomando forma y definición, por momentos el sonido adquiere dimensiones cómicas cercanas a los de unos oscuros y espaciales Pink Floyd en sus más alucinantes épocas, nos deleitamos con el GENIAL y sorprendente trabajo de Matthew Shipp, quien en todo momento desata momentos eléctricos sin cesar y Noble sin duda disfruta como verdugo de sus percusiones, Coxon y Spaceman desatan una tormenta de atmósferas difíciles, crean una suerte de free jazz radiante que desafía toda forma, limitante o regulación, aquí Spaceman deja un lado su lado religioso para llegar más alto a una parte espiritual que no reconoce bandera alguna, y que decir de esos inolvidables momentos en que el cuarteto alcanza temperaturas ardientes en su más pura forma, cercanos a los legendarios Ash Ra Tempel

Como testimonio del tremendo profesionalismo de cada uno de los individuos aquí y de su genial química entre ellos, sonido llega extremos sonoros importantes sin caer en el caos anárquico, con un Noble por momentos tomando la batuta y dirigiendo las acciones consensos ritmos, o con un Matthew Shipp soberbio, intercambiando las inimaginables cantidades de notas que nos suele disparar por un ritmo denso y contundente que de alguna manera se las ingenia para mantener unido todas las aportaciones, es para agradecerse infinitamente el equlibrio que cada uno de los individuos y que probablemente, el más conocido de estos ejecutores (no el más importante cabe aclarar) J Spaceman tenga la capacidad de hacer a un lado su ego y convertirse en uno más de los participantes con equitativas participaciones, por momentos recordándonos los mejores tiempos de la música de fuego de Europa (y de otras partes del mundo), con enromes protagonistas como Peter Brotzmann, Derek Bailey, Sonny Sharrock, Sun Ra, Han Bennink y Pete Kowald.