MONO-For My Parents

MONO son cuatro músicos impresionantes provenientes del Japón, capaces de provocar un sin fin de emociones a través de su radiante instrumentación, For My Parents es su grabación más reciente, editada este año y que continúa las épicas exploraciones que se devanean entre el minimalismo y el más puro noise, un concepto bastante interesante que busca escapar de las notas, los compases y demás restricciones musicales y huir a crear un universo paralelo propio de puro sonido.
                                                                                                            
La pieza inicial de For My Parents es Legend, dónde el arranque es tímido con lánguidas guitarras que parecieras huirnos de principio y que después se van hinchando frente a nosotros, y es que así es el universo de los MONO, todo emite vibraciones y radiaciones, todo se está desintegrando lentamente frente a nosotros, un colapso total segundo a segundo apenas perceptible, las guitarras de Takaakira Goto y Hideki Suematsu arrasando con todo a su paso, como una marea maldita que no deja nada en pie, que podría arrancarnos la piel, tan detalladamente elaborada que pudiera adentrarse por los poros de la piel, cual virus maldito que se va extendiendo silenciosamente hasta invadirnos por completo.

En este For My Parents es notable la evolución del grupo que cada vez integra un mayor número de elementos clásicos, el apoyo en parte de una sección de cuerdas, y el ataque discreto de su baterista Yasunori Takada, que dotan a esa primera pieza de una intensidad que alcanza un clímax intenso y después se desvanece, para renacer como un ente lleno de luz, esas guitarras de la banda tan empapadas de ecos lejanos, la banda crea un mundo cristalino en medio del circulo polar, el cual azotan sin misericordia con esos vientos huracanados que resultan por demás amenazadores.

Si el estilo de los MONO es post rock o no, es algo que no me interesa discutir, obviamente la única concesión de esta banda con el mundo del rock era el trabajo del productor Steve Albini, cuyo trabajo, para esta ocasión, por primeras vez en un buen tiempo no fue requerido por el grupo, y la verdad, la decisión podemos avalarla como correcta, ya que el grupo adquiere sendas dosis de dramatismo y expresividad que el trabajo un tanto “crudo” de Albini limitaba, Nostalgia es un trabajo de singular belleza creado en el centro de la batalla de las dos guitarras principales, los amantes del rock más tradicional seguramente serán los primeros en levantarse de sus asiento y dejar la sala cuando estas canciones sean presentadas en vivo, ya que estos cuatro samuráis van preparando su feroz ataque poco a poco, lentamente de manera ritual, cada segundo es una eternidad, cada segundo es una vida entera, cada sonido es una oración impenetrable e indestructible que se va elevando al cielo infinito, Takada coloreando las piezas con ligeras líneas de batería, al tiempo que la bajista Tamaki Kunishi se mantiene en las sombras como espíritu en pena deambulando por un congelado bosque embrujado.

Dream Odyssey da variedad al disco, Kunishi aporta el inicio en el piano, mientras las guitarras de ambos músicos comienzan a entrelazarse creando telarañas de cristal, en la pieza más nostálgica de este disco, una pieza tan oscura y triste, que no sería difícil imaginarnos a la gran Billie Holiday, a la gran Lady Day poniendo su voz al servicio de ella, al tiempo que Takada nos presenta lo más cercano a un ritmo tradicional en su batería, dentro de este disco.

A Quiet Place (Together We Go) es una pieza épica, con esas guitarras desintegrándose en el tiempo y liberando luz dentro de sendas cavernas oscuras, los ecos prácticamente se materializan, y nos dejan al final con un angustiante sabor de boca, el mundo derrumbandose de manera épica ante nuestros ojos, una historia llena de drama magistralmente contada por estos cuatro amigos del otro lado del mundo.


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