Pink Freud-Horse & Power
Disco bastante sorprendente a cargo de estos polacos con el curioso nombre de Pink Freud, obviamente nada que ver con los Pink Floyd, excepto el primero nombre, un disco interesantísimo de una fusión que creo que teníamos un buen tiempo sin ver y que vive de manera increíble entre los mundos del jazz y el rock, piezas como Konichiwa que inicia de manera etérea con su sección de metales y después adquiere la forma de jazz ligero, aunque bastante dinámico, con una sección rítmica muy en firme, con un bajo que simplemente nos deja con la boca abierta a cargo de Wojtek Mazolewski, líder de la banda, con una línea más cercana al rock que al jazz, consiguiendo un curioso equilibrio inesperado y ligero, casi con alas en los pies, sumamente proponente, para después trasladarnos a terrenos más peligrosos con Bourbon, tema dónde de inicio nos movemos a través de los túneles sonicos de los metales (trompetas y saxofones) y el bajo, para un tema que va en incremento de intensidad a cada segundo, que deja amplio espacio para el lucimiento del portentoso bajo, el cual se amalgama a al perfección con la batería y que es en ocasiones puesto a prueba por los metales.
Pink Hot Loaded Guns es un tema que ruge con intensa furia rockera, que a mi gusto las primeras notas pudieron salir de un disco de los Red Hot Chilli Peppers, pero que después cambia, si bien los metales no nos dejan olvidar que hay algo de fusión en la mezcla, el ritmo es indudablemente lineal, pesado y dinámico, con unas trompetas que se hacen omnipresentes, que turban la melodía y que la llevan a momentos de portentosa virtud, la banda posee una contundencia admirable, sin caer en las trampas de la densidad, ya que en todo momento la agilidad de sus ejecutantes se manifiesta, el bajo y la batería nuevamente tomando puesto estelares, con una batería que se mueve entre el rock, el funk y algo de jazz y un bajo que destaca por su osado protagonismo retando en todo momento a los metales que buscan despegar, pero que este los mantiene bien anclados en todo momento.
Promised Land es un portento de melodía, con una trompeta a cargo de Adam Milwiw Baron, con esas exhalaciones bien orientadas que terminan arañando las sombras, una pieza en extremo memorable que se va entretejiendo primero con el bajo y después con la batería, que por momentos llega a alcanzar puntos muy altos, mientras que en Flying Dolphy (será dedicada al gran Eric?) el protagonismo se le cede por momentos mayores al saxofón, aunque la sección rítmica no tarda mucho en clamar por atención es entonces en donde nuevamente se desata un veloz dialogo entre trompetas y bajos, el bajo es brutal a más no poder y responde de manera impecable a los intensos cortes de la batería, al tiempo que van abriendo espacios al abrasivo saxofón que pareciera hacer que misma tierra se abriese al paso de los músicos, hasta este momento la pieza más implacable del disco, original e intensa como pocas, de lento avanzar por momentos, pero después desatada a ritmos incansables.
G- Spot a pesar de sus volátiles líneas de bajo, va develando una naturaleza nostálgica que poco a poco comienza a abrir su trama, y es aquí dónde la trompeta va dándole forma, nuevamente a una melodía memorable, de intensa emotividad, nuevamente Milwiw Baron se explaye como una pieza clave en este cuarteto, y aunque en Vinegar Pauper los harmónicos de Mazolewski nos llevan a sitios oscuros en nuestra mente es la sección de metal la que se encarga de hacer que la pieza despegue.
Horse & Power es un disco inesperado, una visión muy personal y salida de las líneas medias que tanto gustan a las masas, una visión a una Europa del este que raras veces volteamos a ver, pero que estos Pink Freud nos dan una cátedra de grandes ejecución y además de tremenda intensidad, su dialogo es congruente, conmovedor e interesante, una banda que evoca un difícil dialogo entre los mundos del jazz, el rock y la improvisación, pero que se las arregla para que el resultado sea de primera línea, vital y para disfrutarse cada nota.
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