Mats Gustafsson-Bengt
Si conocen al alemán Peter Brotzmann, hablarles de Mats Gustafsson no les resultará poco familiar y es que este saxofonista sueco ha seguido fielmente la carrera y el legado del legendario “Bro”, con verdaderas demostraciones prodigiosas de poder a través de su instrumento, una búsqueda instintiva de la expresión y el desacato de limitantes técnicas.
Pero al igual que a Brotzmann, a Gustafsson le gustan las colaboraciones y recientemente aquí en su humilde blog hemos hablado de ellas, tanto con los Fire!, como con los The Thing (que recientemente hicieron un discazo con Neneh Cherry), pero Gustafsson también tiene lo suyo como solista, y su discos solistas generalmente rompen con esquemas pre establecidos, obviamente a estas alturas un disco solista de saxofón no es gran sorpresa, el genial Anthony Braxton nos trajo el primero hace décadas, y bien pues ahora Gustafsson nos presenta un nuevo disco solista, gratamente grabado con la enorme disquera Utech Records, Bengt es un disco explosivo, abstracto y duramente abrasivo, Bengt A, primera parte de este disco “composición instantánea”, o de libre improvisación es un trabajo admirable por parte de Gustafsson, quien se enfoca a generar sonidos de bajo registro y a liberar demonios antiguos a través de su aliento, Bengt A es una pieza desquebrajada, de áspero y asimétrico sonido, durante esta pieza rara vez Gustafsson busca la accesibilidad, la idea fácil o inmediata, se comunica a través de duros sonidos, a través de diálogos no lineares, en los que en todo momento, la apuesta de Gustafsson es a la expresión, al sentimiento, desdeñando la ostentosa técnica, en ocasiones aplica movimientos cercanos al be bop pero jamás se encasilla, poco a poco el diálogo de Gustafsson se vuelve más inmediato, como si encontrara finalmente un camino y lo tomara con un paso más ligero, Gustafsson adquiere inmediata confianza en su composición y se aventura con mayor firmeza y seguridad, las notas disonantes comienza a fluir con mayor fuerza e intensidad, las ideas de Gustafsson se ponen sobre la mesa sin ninguna pena, Bengt adquiere un poder singular, un sentido homenaje a Bengt Nordstrom, considerado el padre del el padre de la escena jazz en Suecia y gran promotor de este genero, que por su fuera poco seria de los primeros en convencer a Albert Ayler de grabar sus composiciones además de producirle su primer disco.
Poco a poco el avance de Gustafsson se vuelve más intenso, su tono más dramático, recapacita en momentos, apenas bajando la guardia y concentrándose en los sonidos percutivos de su instrumento, golpeando las teclas y apenas emitiendo ligeras exhalaciones, Bengt A es una prodigiosa demostración del arte de alto impacto de Gustafsson, quien explora su instrumento de principio a fin, sin complejo alguno.
Bengt B es aún más abstracta que la primera, al tiempo que Gustafsson aplica nuevamente las aptitudes percutivas de su instrumento, un curioso y rítmico sonido emerge de su saxofón, Gustafsson explota a fondo su instrumento y no solo se queda en lo que sabemos de sobra que este sabe hacer, sino que explota todas las posibilidad sònicas de este, Gustafsson le apuesta al experimento, se aleja de estructuras comunes y hace protagonista a su boca y a su garganta, usando el saxofón como un mero catalizador de energías poderosas, dimensionales, las sabiduría de Guastafsson se manifiesta en todo momento, Gustafsson es el amo y creador de este mundo de recuerdos, de este nostálgico y duro paseo a través de su alma, con un singular sonido que la proyecta y que nos hipnotiza convirtiendo esta última pieza, en un canto fúnebre, en un himno oscuro que eriza la piel.
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