Consulta médica para todos
Consulta médica para todos
Por: Gabriel Zaid
Tomado de: Letras Libres
La atención personal es costosa para el médico y el
paciente. Hay que programar las agendas respectivas para coincidir en un lugar
y momento; con desplazamientos de un lugar a otro que pueden costar más que la
consulta.
Hubo un tiempo en que los médicos visitaban a los pacientes.
En una ciudad de 100,000 habitantes, podían visitar a un buen número al día,
teniendo automóvil. Cuando las ciudades crecieron y media humanidad tuvo
automóvil, empezaron a negar el servicio a domicilio. Ahora son los pacientes los
que pierden el tiempo. Hasta la consulta más breve toma horas, si se incluyen
los viajes de ida y vuelta y la antesala en el consultorio.
Soluciones para reducir el costo:
1. La radical es que el paciente sea su propio médico. En
vez de criticar la automedicación, debería reforzarse con buena información
gratuita y de fácil acceso. Un gran avance ha sido medlineplus.gov/spanish que
busca en miles de revistas médicas y videos temas como Bufferin, chichón,
diabetes, embarazo, gingseng, penicilina.
2. A partir de ahí, se pudiera crear una base interactiva en
la web, consultable llenando un cuestionario. Con las características del
paciente y sus síntomas (presentes y ausentes), daría diagnósticos tentativos
y, en caso necesario, recomendaría el tipo de especialista que ha de ser
consultado.
3. Centros de consulta gratuita por teléfono, como servicio
público, atendidos las 24 horas por enfermeras y médicos del IMSS, el ISSSTE, el
Seguro Popular, la Secretaría de Salud y los gobiernos locales. En los Estados
Unidos, hay empresas que dan esta prestación a su personal, atendida por
contratistas para todo tipo de consultas: qué hacer en el acto, en caso de
urgencia; qué especialista consultar para qué; consejos sobre nutrición;
remedios caseros.
4. Para la población rural, puede haber la mediación de
enfermeras locales. Recibirían entrenamiento, manuales y un celular para
teleconsultas acompañadas de la imagen y la voz del paciente. Se pueden
aprovechar los libros en español de la Hesperian Foundation: Donde no hay
doctor, Donde no hay dentista, Donde no hay doctor para mujeres, Libro para
parteras, etc. Hay versiones electrónicas gratuitas en www.hesperian.org.
5. En las clínicas rurales, la consulta remota mejoraría con
terminales de televisión cerrada conectadas a un consultorio central, como ya
lo hace el servicio de telemedicina del ISSSTE. Así, un especialista remoto
puede observar al paciente, hablar con él y con su médico y recetar.
6. Clínicas transitorias montadas sobre ruedas como
hospitalitos móviles para visitas periódicas (o en desastres naturales); con
médico, dentista, optometrista, laboratorista para análisis de orina y sangre,
enfermera y el instrumental correspondiente. La visita puede aprovecharse para
vacunar, repartir sobres contra la deshidratación, entregar anteojos
pregraduados, aconsejar.
7. Donde hay población concentrada en multifamiliares, tiene
sentido la visita de puerta en puerta para toda la familia, como el programa
Médico en tu Casa del gobierno de la Ciudad de México. Hay pacientes que no
pueden o no quieren salir de su casa. No se puede llevar un quirófano a
domicilio, pero muchas situaciones se pueden atender con un maletín médico, un
celular, una enfermera o un estudiante de medicina que aproveche la oportunidad
de servir y aprender.
8. Los costos del IMSS los pagan los asegurados, sus
patrones y el gobierno. Pero, cuando se trata de simples consultas, millones de
asegurados prefieren no acudir a los servicios que pagan, por el tiempo que
pierden. Cada asegurado está adscrito a una sola clínica y un solo turno,
matutino o vespertino. No puede ir a otra, ni a cualquier hora, ni sábados ni
domingos. Esta rigidez resulta cómoda para la institución, pero onerosa para el
asegurado. Tiene que madrugar para sacar ficha, hacer antesala y esperar
estoicamente (se sienta como se sienta) para que lo reciban diez minutos. Y si
tiene que subir a otro piso con muletas o silla de ruedas, ¡mala suerte! Total:
horas y horas perdidas, suyas y de su acompañante, si no puede ir solo. El IMSS
parece organizado para ahorrarse trabajo desanimando a los asegurados.
Significativamente, tiene el campeonato de quejas recibidas por la Comisión
Nacional de Derechos Humanos.
Entre el abandono absoluto y los grandes centros médicos,
hay que construir opciones intermedias a costos solventables.
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