Las Dictaduras Minimalistas del Blanco y el Negro
Las Dictaduras Minimalistas del Blanco y el Negro
Por: Erreh Svaia
Dispersión Caprina
En la noche es difícil distinguir los colores y sus diversos
matices, ante la escasa luminosidad todo se reduce por lo general a claros y
oscuros, a blancos y negros básicamente, en dichas circunstancias nuestra
lógica se vuelve bastante binaria, es decir, reducida a sólo dos elementos, los
demás colores, sus matices, los intermedios, las opciones, etcétera, son
completamente eliminadas y ese es precisamente el éxito actual del nacionalismo
populista, en la vertiente radical que prefieran izquierda o derecha, ya sin
ideologías reales actualmente y con el único mandato real del poder y del dinero,
las únicas ideologías reales que podemos constatar.
Luego de eventos como el atentado terrorista del 9-11 y de la
crisis mundial del 2008, choques emocionales reales para la población del
planeta, y un sentido de estar indefensos fue fácil de crear, la satanización
de la globalización se convirtió en tarea sencilla, más aún con la creación de
chivos expiatorios o "bogey men" como los judíos, los Rothschild o
George Soros (o en México la llamada “mafia del poder” y el “PRIAN”), pan
comido para la elaboración de una supuesta oposición basada en una narrativa en
extremo simplista y de temática netamente local, carente de propuestas reales y
factibles, consistente en sólo oponerse burdamente a las iniciativas del
aparato en el poder, además de reducir a la restante oposición a meros consortes
del gobierno actual, un mundo de lógica infantil de buenos y malos, de héroes y
villanos, aprovechando la pobreza de fondo de nuestra historia nacional,
carente de la capacidad de explicar a detalle la naturaleza de personajes como Hidalgo,
Morelos, Maximiliano, Juarez, Díaz, Zapata y Villa, entre otros.
La narrativa populista etiquetó de negro a todo aquello que
tuviera relación con el poder, y etiquetó de blanco cualquier cosa en su
contra, por más irracional, equívoca o dañina, si era ajena al poder, en
automático se convertiría en algo “bueno”, como el Brexit, la candidatura de
Donald Trump, el rechazo a los acuerdos de Paz en Colombia y las Reformas
Estructurales en México, además de varios proyectos de construcción como un
aeropuerto internacional, con raíces en afirmaciones bizarras como que la
dictadura comunista de Fidel Castro en Cuba sería preferible a la democracia
liberal, que el autoritarismo de Putin en Rusia sería preferible a la “incertidumbre
del capitalismo”, que el totalitarismo Norcoreano sería preferible al
capitalismo innovador de Sur Corea, que el populismo anti democrático de
izquierda de Hugo Chávez sería preferible a la moderación democrática Chilena, que los abusos autoritarios de Rodrigo Duterte serían prefereibles a la "inseguridad" y el crímen, que la erosión del estado secular por parte de Erdogan en Turquía, sea preferible a la amenaza de Isis, o que el neo Fascismo de Donald Trump sería preferible a las políticas de
centro de Alemania o Francia, así, en México se volvió preferible retomar el
viejo PRI Sistema, autoritario, demagógico y hegemónico, ahora bajo el nombre
de Morena, en lugar de sólo desechar al nuevo PRI partido decadente cada vez
más acotado desde 1994.
Esa visión oscurecida de blanco y negro construye una
realidad alternativa en dónde sólo queda espacio para “patriotas” y “traidores”,
nada en medio que pudiera explicarnos a personajes como Churchill, Ford,
Gandhi, Stalin, Hitler, Reagan, Walesa, Gorbachov, entre otros, que nos daría
pena en verdad si consideramos que incluso las narrativas teóricamente infantiles
del mundo de los cómics, crecieron y maduraron para aceptar personajes como
Hulk, el Príncipe Namor, Wolverine, el Punisher y hasta Venom, que serían prácticamente
inclasificables en el universo de héroes y villanos, nuestros discursos se han
visto empobrecidos al sólo alcanzar a abarcar temas como el nacionalismo, la
corrupción y la honestidad, dándole un consuelo a aquellos que no alcanzarían a
entender una temática más amplia como la economía, la geopolítica, los mercados,
el cambio climático, la disrupción tecnológica, entre otros, así hemos visto
como éstas narrativas minimalistas han impulsado recientemente a personajes
como Alexis Tsipras, Pablo Iglesias, Nigel Farage, Julian Assange, Jeff Bezos,
George Soros, Matteo Salvini, Victor Orbán, Jaime Rodríguez, Andrés López, Cuauhtémoc
Blanco y Jair Bolsonaro, mediante ejercicios minúsculos como las elecciones,
las consultas y las encuestas, en dónde pareciera que sólo pudiéramos responder
a un “si o un no”, a un “verdadero o falso”, etcétera, mostrando nuestra incapacidad
para explicarnos y entender un mundo que requiere de más matices, opciones y
alternativas para no caer en un primitivismo brutal.
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