La Nueva Incongruencia ¿Sólo Formas Sin Nada de Fondo?

La Nueva Incongruencia ¿Sólo Formas Sin Nada de Fondo?

Por: Erreh Svaia

Dispersión Caprina

¿Que si Cesar Yáñez, colaborador muy cercano (de los más) del presidente electo, y su esposa se pueden casar de la manera que les de la gana?, claro que sí, ¿Qué si Yáñez, buscando realizar su boda ideal está dañando la imagen austera que López hizo bandera de su campaña?, claro que sí, ¿Difícil de entender? No si consideramos que no se están cuestionando los recursos utilizados para realizar la boda, además de los problemas legales de la hoy esposa de Yáñez se conocen sus recursos económicos, tantos como los de la esposa del ex candidato Ricardo Anaya (al cual, por alguna extraña razón, los seguidores de López no justificaron como lo hacen ahora).

Aunque somos de corta memoria, hay que hacer un pequeño esfuerzo para recordar la fuerte campaña de los seguidores de López para normalizar la situación en Venezuela, las acrobacias que realizaron para crear una imagen acentuada de que el país se encontraba en peor situación que el bastante colapsado país sudamericano, hoy, casi por arte de magia, esos mismos seguidores tratan de crear a la inversa, una imagen difuminada de que bodas al estilo de la de César Yáñez, con operativos de seguridad, varios grupos de moda amenizando y banquete con langosta son el día a día para los novios en México, prácticamente nos intentaron convencer de que una boda así la puede tener cualquier mexicano promedio, y ahí nuevamente yace el pecado.

Muchos pensaran que el que “nada debe nada teme” y por eso Yáñez tuvo su boda a la vista de todos y sin esconder nada, y tienen razón, pero más como acto solidario que como acto idealista, Yáñez debió ser congruente con la austeridad pregonada por Andrés López, ya que no sólo López debe ejercer el ejemplo a toda costa, también sus seguidores, de otra forma caeríamos en carnavales al estilo de José Mújica en Uruguay, a quien no se le discute su estilo de vida sumamente austero, pero si cuestionamos a gente como Tabaré Vásquez, antecesor y sucesor de Mújica y real poder detrás de él, que difícilmente podríamos poner en el mismo nivel de Pepe, Pepe se convirtió en una bandera de muchos que no practicaban realmente esa austeridad y pudiéramos inferir que lo usaban.

De igual forma pudiéramos inferir del uso que se le podría estar dando al hoy presidente electo, ya que esa austeridad que tanto predica, no es practicada como ya hemos visto por sus colaboradores cercanos como Marcelo Ebrard, Alfonso Romo, Tatiana Clouthier, Gerardo Noroña, Paco Taibo II y César Yáñez entre otros, ¿Será que nos estaremos encontrando a esos “socialistas de champaña” tan criticados en otros países (no olvidemos al presidente de la pauperizada Venezuela cenando en lujosos restaurantes en Estambul, Turquía), personajes que pregonan un estilo de vida austero para la sociedad, pero que en realidad viven de manera opulenta tras bambalinas? Porque para que ele ejemplo sirva, tiene que trascender, de nada nos va a servir un presidente austero si el resto de sus colaboradores no lo son, y menos que a pesar de sus recursos que en estos momentos no se cuestionan, no son capaces de vivir de forma austera, de la misma manera en que vive la mayoría de los mexicanos.

Nada contra el presidente electo, sólo la petición de que se asegure de que su ejemplo trascienda, esto con el fin de que no se convierta en una mera pantalla de un movimiento más de forma que de fondo, que no le pasé como sucedió con dos de sus colaboradores durante su administración en la Ciudad de México, que a sus espaldas se llenaron los bolsillos de fajos de billetes, además de viajar a Las Vegas a gastar fuertes sumas en los casinos, la austeridad es un valor difícil de practicar, pero quien lo ejecuta y consigue transmitirlo crea una poderosa inercia, confiemos que ese sea el caso y sigamos cuestionando, si de verdad es importante el valor de la austeridad, vivámoslo, transmitámoslo y contagiémoslo, no sólo lo exijamos a los demás sin practicarlo, o lo usemos como una bandera para ocultar otros estilos de vida que alguna vez criticamos.