Nuestro “M-Exit”


Nuestro “M-Exit”

Por: Erreh Svaia

Dispersión Caprina

Como si se tratara de un concepto extraído del llamado “Choque de Civilizaciones" concepto desarrollado en un libro por el politólogo Samuel Huntington, así podría interpretarse la pugna actual para determinar si se realizará el macro proyecto del sexenio, el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, un proyecto que hoy por hoy representa el último aliento de la administración anterior y su transición hacia el siguiente, una suerte de agridulce metáfora que apunta hacia la promesa de un futuro globalizado, interconectado que va más allá de las fronteras nacionales y que no se queda atrapado o reprimido dentro del país, una ventana al mundo que representa su condición como eslabón en la larga cadena del libre comercio global (en el cual por posición geográfica llevamos gran ventaja), no resulta extraño el rotundo rechazo por parte de fuerzas nacionalistas que rechazan todo lo que tenga relación con el exterior y con el futuro, para esas fuerzas nacionalistas y conservadoras, el libre comercio y el mundo moderno son una grave amenaza a su visión del mundo dividido y encerrado en estados-naciones aisladas, para ellos, la movilidad está representada por los trenes, por el viaje al interior, por el viaje dentro de las fronteras, así es como más un tema ideológico que logístico se hace presente, el enfrentamiento entre fracciones a favor del NAICM y a favor del Tren Maya haya surgido, más que un tema de movilidad y de progreso, como un tema político y de disputa entre fracciones, una conservadora y una liberal, más político que económico, más un tema de lucha entre ideologías que de visión hacia el futuro.

Cualquiera de los dos proyectos (el NAICM o el Tren Maya) que se decida, enviará una muy clara señal a mundo, una que dirá si México está a favor o en contra del libre comercio y de la interconexión global, o a la cerrazón del proteccionismo característico de la era Trump, más un chantaje en el cual el gobierno electo en lugar de asumir su responsabilidad y realizar los estudios pertinentes, deja el peso de la decisión en una supuesta “consulta ciudadana”, tendríamos que preguntarnos aquí ¿Cuándo se realizará la consulta ciudadana respecto al Tren Maya? ¿Se cuentan con los estudios requeridos para medir el impacto en esta zona? ¿En manos de quine se estará poniendo la zona? Pensar en que el gobierno electo del país otorgue mayor peso al llamado al transporte en tren será la señal principal al mundo y a la inversión extranjera de hacia dónde apuntan los intereses futuros del país, de un rechazo a todo lo que venga de fuera y una introspección innecesaria que desconectaría a México de la dinámica futura del mundo, en la metáfora moderna, el avión representa la libertad y la globalidad, mientras que el tren representa el pasado y la cerrazón, el atraso, la miopía de aquellos que pretenden ver en el tren el futurismo de la movilización en Japón, sin darse cuenta de la inutilidad de éste medio (adecuado para países pequeños) en países de las dimensiones como las de México.

El "despiste" de un proyecto que a todas luces representa un detonante para la economía nacional y de una demostrada rentabilidad (dado que no es un proyecto de gobierno, sino privado) resulta un evento incluso penoso, cuando vemos como damos un paso atrás de una forma que se antoja incluso irracional, de una forma simbólica, al igual que las Torres Gemelas (símbolo de la globalización y del libre comercio) de Nueva York impactadas de forma terrible durante el 9-11, la cancelación del NAICM significarían ese mismo atentado al mundo moderno en nuestro país, ¿Quién sabe, tal vez hasta podría representar nuestro propio Brexit? Desconectándonos del mundo y sumergiéndonos en nuestra propia isla a la deriva, para un "descarrilamiento" mayor, vemos ya lo que esto ha representado para el Reino Unido, que hoy se aferra y busca a dar reversa a una decisión mal elaborada.

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