Democracia Autoritaria, o Cuando Elegimos a Quienes la Destruyan

Democracia Autoritaria, o Cuando Elegimos a Quienes la Destruyan

Por: Erreh Svaia

Dispersión Caprina

Si identificamos tres grandes olas “ideológicas” del siglo 20, tenemos, de acuerdo al historiador Yuval Noah Harari, al fascismo, nacido después de la Primera Guerra Mundial y en oposición a la primera ola globalizadora, derrotado durante la Segunda Guerra Mundial, después tenemos al comunismo, surgido tras la Segunda Guerra Mundial, derrotado tras la extinción de la URSS y la caída del Muro de Berlín, y acérrimo rival del liberalismo de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, en lo que representaría una segunda ola globalizadora, que coronaría al liberalismo como la ideología sobreviviente y “triunfadora” luego de que Francis Fukuyama declarara “el fin de la historia”, pero en realidad la historia no “terminaba” ahí, y en el 2008 vimos un golpe duro al Liberalismo con una enorme crisis mundial, la más grande desde la “Gran Depresión” que detonara parte de éstas “olas” antes descritas.

Las interrogantes en estos momentos son ¿Qué sigue después del liberalismo? ¿Cuál será el futuro de las actuales democracias? ¿Estaremos presenciando una nueva ola ideológica que pudiéramos describir como “democracia autoritaria”? ¿Pudiéramos ver un evolucionar el liberalismo en una versión 3.0, o de Post Liberalismo? Las señales de rechazo hacia la democracia son evidentes, el triunfo de figuras abiertamente autoritarias como Donald Trump en los EEUU, Rodrigo Duterte en Filipinas, o el ultra derecha Jair Bolsonaro en Brasil implican señales de un apoyo a figuras que abiertamente detestan la democracia y que significan un posible viraje de los procesos democráticos en cada uno de estos países, eso, sumado a los regímenes autoritarios cercanos a movimientos religiosos, como el de Vladimir Putin en Rusia, del PiS en Polonia, de Erdogan en Turquía o del mismo Bolsonaro y los evangélicos en Brasil nos da una muestra de una derecha conservadora que comienza a rayar en los extremos.

Rusia se convierte en un ejemplo clásico de nuestros tiempos respecto a las futuras dictaduras, surgidas de una elección popular, eligiendo una figura relacionada con un régimen autoritario del pasado, rescatado con el fin de proporcionar “seguridad” en un ambiente percibido como inestable, una dictadura postmoderna que no posee una ideología “tatuada” pero que la usa a conveniencia para acumular poder y para ejercer una fuerte influencia al exterior, un Steve Bannon como emisario y conexión entre Norteamérica y Europa en la busca de la creación de un frente integrado por nacionalistas del Reino Unido, Francia, Hungría, Chequia, Polonia, Austria, Alemania e Italia que pudieran crear una suerte de “internacional” de ultra derecha que de inicio suena conveniente para Rusia en el objetivo de destruir a la Unión Europea, pero que después pudiera convertirse en un frente nacionalista que exalte el “estado nación” y que despierte el pasado bélico de la Europa del siglo 20.       

China se convierte en una de las grandes incógnitas para el futuro, si bien su gran época de crecimiento reciente significó el florecimiento del Socialismo del Siglo 21 en América, en la “era Trump”, China parecería decidida a convertirse en el referente número uno de la globalización y el libre comercio, combinado con un autoritarismo que trata de combatir el actual caos global con la búsqueda de un totalitarismo interno y la exaltación de un capitalismo verdaderamente salvaje, todo esto sumado a un gobierno de partido único, hoy China ya no es el monstruo que crecía intensamente hace una década, pero el impulso obtenido parece ser suficiente para convertirlos en el contra peso a los EEUU de Trump en la actualidad, con una propuesta que parecería mostrar lo que sería el futuro de la actual “Democracia Autoritaria” y transformarla en un surrealista Capitalismo Autoritario, ¿Será ésta evolución de la actual coyuntura que vemos que nación en el 2008 y que pareciera llevarnos a ésta conclusión? Pareciera que el deseo de exterminar a la democracia en lugar de hacerla evolucionar podría llevarnos a este escenario.