Joe McPhee and Chris Corsano-Scraps And Shadows (2012)

Joe McPhee and Chris Corsano-Scraps And Shadows (2012)

Un hermoso disco con varias dedicatorias, proveniente de dos veteranos, uno ya de edad madura que de sobra conocemos por su inquietante espíritu experimentador y el otro, una alma joven e inquieta que se convierte en el escenario en un torbellino, en un autentico artesano de su instrumento, y es que aquí hablamos de dos personas en particular, el gran saxofonista Joe McPhee, hombre con inclinaciones considerables al mundo del free jazz y de la experimentación, algunas veces acercándose a músicos de rock potente ya que al igual que otros como Anthony Braxton, se niegan a encasillarse en un genero y frecuentemente colaboraron con otros para volverse más eclécticos y abarcar nuevos mundos sonoros (o como Braxton se unió con los tremendos Wolf Eyes en el legendario Black Vomit!).

McPhee es un hombre que acostumbra sorprendernos siempre, de los pocos inquietos que editan música nueva de manera constante, que aparece en los momentos y lugares más inesperados y esto se le agradece, su conocimiento del instrumento es admirable, así como su capacidad para emitir un sin fin de sonidos, establecer diálogos y producir nuevos caminos de experimentación, que para este Scraps and Shadows, es acompañado por uno de los mejores, sino es que el mejor, de los bateristas contemporáneos, ni más ni menos que el señor Chris Corsano, si, ese que por igual colabora con Bjork, con Richard Bishop o Ben Chasny, quien aquí se une a McPhee en un disco ritualista, repleto de una entrega espiritual poco usual, con un McPhee expresivo y lleno de drama épico, como pocas veces, con el blues casi a flor de piel, saliéndose por su garganta a través de su aliento, los cuales invocan fantasmas mayores como el espíritu del legendario Albert Ayler, cuyo fantasma podemos jurar no tardara en aparecer luego de las primeras notas.

For Fred Anderson podrá ser el primer tema, pero ya podemos escuchar el lamento de McPhee a todo lo que da, con su estilo tortuoso y lleno de solemnidad, al cual Corsano de inmediato se une, aportando su inmensa creatividad en su instrumento, al cual sin duda mejor que nadie, sabe exprimirle hasta la ultima gota de sus posibilidades, aunque aquí Corsano cuenta con poco espacio, el sonido de McPhee es masivo y se derrama por doquier, lo cual resulta en un Corsano que en mucho se mantiene a la expectativa, buscando huecos dentro del ejercicio espiritual realizado por McPhee, el cual resulta tan predominante, que Corsano prefiere destruir el lugar y con sendos golpes en su instrumento se transforma en algo cercano a un huracán que se enfrente de manera directa con McPhee abriéndose paso de manera veloz e intensa.

For Adrienne P., el sentimiento cambia un poco, McPhee se pone aún más expresivo que lo que le hemos escuchado, su canto no es furioso, ni triste, es más bien reflexivo, nostálgico y no es de sorprenderse que Corsano se le una trasformándose en lluvia que cae alrededor de McPhee, esa lluvia que golpea los techos y las cosas, mientras McPhee deambula por las calles de manera meditativa.

El alma de McPhee se retuerce de dolor al iniciar For Jim Pepper, en un ritual por demás fúnebre al cual se le une un Corsano tratando de añadir algo de colorido y contrastar con el gris paisaje que McPhee nos pinta y por más difícil que parezca, la combinación funciona y por momentos se encarrila de manera correcta, el alma de McPhee se fuga a través de su instrumento y sale a correr libre por el campo en compañía de las fuerzas de la naturaleza que comanda Corsano, y es así como dotan de un cierto brillo esta oscura pieza, la cual sin duda hace un guiño a la poderosa espiritualidad del trabajo de un Albert Ayler.

For Muhammad Ali posee una poderosa esencia a blues, McPhee avanza con cierta restricción y después libera una melodía un tanto tortuosa, a la cual se suma rápidamente Corsano llenándola de inesperados giros y “accidentes” sonoros que le brindan una nueva dimensión al tema, For Paul Flaherty muestra variedad en los instrumentos de viento usados por McPhee, su saxofón en el fondo comienza a tomar fuerza en un caprichoso ejercicio de liberación de viento, al que Corsano se suma en su inclinación más abrasiva en un tema que resulta lo más abstracto del disco y un homenaje a uno de los principales colaboradores de Corsano.

For Kidd Jordan y For Han Bennink se encargan de cerrar el disco, la primera una pieza que arranca con paso lento y después es destripada por las intensas entonaciones de McPhee y los toques sutiles de Corsano y la segunda, homenaje intenso y desatado a una de las leyendas de la percusión dentro del mundo de la libre improvisación, tema en que Corsano se desata por completo y se revela como torbellino humano, en un tema dedicado al gran Han, que otra cosa se podría esperar? Gran cierre para un disco intenso musical y emocionalmente.

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