Peter Brotzmann Chicago Tentet-Walk, Love, Sleep (2012)

Peter Brotzmann Chicago Tentet-Walk, Love, Sleep (2012)

Aún estamos a semanas del 21 de diciembre, fecha en la que muchos “sabiondos” dicen que se acabará el mundo, ojala que si se acabe el mundo, pero el mundo del capitalismo, nos urge saber que hay más allá, que sigue? Cual es el siguiente paso evolutivo? Como se pueden resolver los problemas del mundo? Cuando acabarán tantas diferencias sociales? Unos dicen que en las turbulencias sociales, fenómenos naturales y conflictos entre naciones, ven símbolos apolíticos, otros dicen hasta escuchar el sonido de trompetas que llenan los cielos y que anuncian el fin de nuestra era, y créanme, yo las he escuchado, las escuche cuando puse play a la nueva grabación del enorme “Machine Gun”, Peter Brotzmann, dueño de un instrumento de destrucción masiva a base de fuerza de pulmones, como pocos se han conocido, Walk, Love, Sleep es esa tremenda grabación.

Esta vez Peter Brotzmann el TREMENDO “Bro”, no viene sólo, viene acompañado y su horda de apocalípticos amigos produce un sonido bestialmente ensordecedor y poderoso, este Tentet, o conjunto de diez músicos, o decena maldita, como le quieran llamar, en verdad se ha decidido a revivir el espíritu de aquellas poderosas sesiones que Brotzmann conjuro en el 68, fecha en la que el mundo también convulsionaba, y en el Brotzmann invocó a la crema y nata de la libre improvisación europea para hacer el soundtrack de lo que parecía el fin del mundo, el mundo no se acabó en aquel año, y probablemente este tampoco, o tal vez si, pero la música quedará por siempre, parece que el Bro si cree que acabará el mundo, así que para esta pieza a reunido a un grupo bastante grande de sus muy reconocidos amigos, Ken Vandermark y Mats Gustafsson, dos saxofonistas nucleares, de un poder destructivo en masa de sobra conocido, ya aquí es notorio ver la diversidad de personajes que acompañan al Bro, Ken, estadohundidense, y Mats sueco, el increíble Joe McPhee, de quien hace poco hablamos en este, su humilde blog, Jeb Bishop en el trombón, Johaness Bauer, otro trombonista, Per Ake Holmlander en la tuba, el violonchelista, bastante reconocido, Fred Lonberg Holm, el bajista Kent Kessler, el percusionista Michael Zerang y el no menos extraordinario baterista Paal Nilssen Love, quien sin duda redondea a la perfección este grupo de 10 poderosos titanes que acompañan a Brotzmann, en lo que pudiera ser el equivalente actual al Free Jazz de Ornette Coleman, o al Ascension de el ENORME John Coltrane.

To Walk In abre este Walk, Love, Sleep de manera por demás gloriosa, la aportación de poderosos pulmones, y puro músculo por parte de los músicos es admirable, en lo que resulta ser toda una declaración actualizada del mundo del free jazz, con los músicos no haciendo concesión alguna a su ataque sònico, en un torrente de sonido impresionante y que sin duda pone el cabello de punta a más de uno, como una estampida de enloquecidos elefantes avanzando ruidosamente y brutalmente arrasando todo a su paso, con unos Paal Nilssen Love y un Michael Zerang proporcionado las grandes pisadas de los furiosos paquidermos capaces de aplastar a lo que se ponga frente a ellos e incluso en ocasiones, Nilssen Love desatando un frenesí salvaje casi en plan de furioso hardcore punk, Last Exit? Parecido pero 10 veces más salvaje!

To Love In pone más énfasis en la parte rítmica, con Nilssen Love y Zerang desatando el caos, la pared sonora del primer tema aquí se abre de manera importante para permitir a las percusiones tomar el protagonismo, aún y que la sección de metales continua tomando turnos liberando un verdadero pandemonio de lenguas de fuego que se retuercen frente a nosotros, ejecutando varios idiomas disonantes a la vez, consiguiendo un muy dinámico efecto que no deja de maravillarnos y con un Paal Nilssen Love demostrando porque es uno de los mejores ejecutantes de batería en el mundo de la libre improvisación.

To Sleep In se inclina por esa fascinación del mundo del free jazz y la libre improvisación de obtener inusuales sonidos de sus instrumentos y esto nos permite recibir una incesante lluvia de rechinidos, llamados animales, caídas, golpes y el equivalente a un montón de cachivaches cayendo sobre nosotros, una pieza no tan rescatable como las primeras dos, pero que permite a Lonberg Holm liberar algo de furia contenida, y nos da una faceta adicional de los metales, los cuales en ocasiones suenan a zumbantes cobras danzando amenazadoramente a nuestro alrededor, esto es antes de que Nilssen y Zerang entren en acción y sacudan el escenario una vez más, para cerrar este buenísimo ciclo sonoro, que es de lo más extremo y fascinante que nos ha traído el prolífico Brotzmann, tal vez en esta semana, probablemente en estos momentos ya tenga alguna nueva grabación.  



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