Ch-ch-changes (Cambios)





Ch-ch-changes (Cambios)

Por: Erreh Svaia

El Craneoscopio

Hace unos 4 meses anunciaron en el gimnasio que cerrarían un par de semanas por motivo de remodelación, no estaba dispuesto a dejar de entrenar por ese período de tiempo, sorprendentemente, un par de semanas antes descubrí un gimnasio a un par de cuadras de ahí, por lo que consideré que cambiar de gimnasio por un mes no sería tan malo, y que pasado ese tiempo, regresaría al gimnasio original, a ese que se hallaba en el sótano de una funeraria (la anécdota del día en que se fue la luz, sigue siendo épica, nunca me asustó el lugar, a pesar de lo que sucedía en el piso de arriba, pero en completa oscuridad cambia la cosa, tuve que usar la lámpara de mi teléfono móvil para guiarme y poder ducharme en las regaderas, típico de la ley de Murphy, tenía casi nada de pila en el teléfono, y justo a mitad de la ducha, empezó a sonar el teléfono, muy insistentemente por cierto, y yo preocupado porque la pila no se terminara).

Lo cambios por lo general me resultan positivos y éste no fue la excepción, empecé con ejercicios básicos y pesados y el mínimo de ejercicios, prensa de banca, pesos muertos y sentadillas, sólo eso, para no perder mucho tiempo en lo que conocía el lugar y el equipo, lo cual me ayudó a entrenar rápido y pesado, lo cual se traduce en intensidad, lo que me ayudó a incrementar fácilmente la fuerza y mi volumen, si tu fuerza aumenta, es señal de que estás haciendo las cosas bien, estás entrenado intenso, estás comiendo bien y estás descansando lo suficiente, mi fuerza aumentó considerablemente, (aunque esto tiene una cierta disonancia y riesgo, tienes que entrenar con más cuidado, ya que la ejecución sube de riesgo con los pesos más grandes, esto a medida que vamos avanzando por terrenos inexplorados de fuerza y pesos), pasó el mes, y me sentí tan a gusto con los avances, que opté por no regresar al viejo gimnasio, el cambio de ambiente me había resultado perfecto.

El siguiente paso fue integrar otros ejercicios, gracias a equipo que me fui dando cuenta que estaba en el gimnasio y que nadie utilizaba, me di la oportunidad de empezarlos a probar, y muchos de ellos funcionaron, en particular el ejercicio para brazos en banca predicador, un aparato olvidado en el fondo del gimnasio y que empecé usar (al día de hoy, es una mezcla de gracia y de sorpresa incómoda, que muchos los estén usando, es raro sentirse una surte de “influencer”, en épocas en que me parece detestable ser algo así.) el siguiente gran cambio fue descubrir los ángulos, mediante la observación y el análisis, percibí que la parte interior de mi brazo, se veía débil en comparación con la exterior, lo cual sin duda restaba volumen total, por lo que me di a la tarea de investigar de que forma podría complementar los ejercicios.

Empecé a usar varios ángulos y varias posiciones para ejercicios como el jalón de barra, las prensas de banca para el pecho, los remos para la espalda y las sentadillas, el resultado fue mayor densidad a la par de mayor detalle, sin duda los cambios de ángulos y de posiciones ayudaron a trabajar partes del cuerpo que no había trabajado nunca, tras más de 20 años de acudir a un gimnasio, lograba cambios interesantes y mejoras, además de lo más importante, aprendizaje en una práctica, que no es precisamente “rocket science”, el siguiente paso, y el siguiente experimento son las cargas progresivas, lejos de esperar al siguiente entrenamiento, procuro subir un poco el peso entre cada una de las series, ya será cuestión de esperar un par de semanas para ver el resultado.   

La única constante es el cambio.

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