El Presidente Arrodillado
El Presidente Arrodillado
Por: Erreh Svaia
El Craneoscopio
Primero fue Donald Trump (Trun, para los cuates), quien, con
sus amenazas de imponer aranceles al comercio con México, consiguió (además de
un fuerte empujón para su campaña de reelección), construir su adorado muro sin
pagarlo, si, México terminó convirtiéndose tristemente en un “metafórico muro” (sin
nada del poder de negociación de Recep Tayyip Erdogan que convirtió a Turquía
en un muro contra la migración a Europa), gastando dinero en Centroamérica (Guatemala,
Honduras y El Salvador, países con un mayor crecimiento en PIB promedio que
México) y utilizando a la Guardia Nacional (que supuestamente sería la panacea
en cuanto a la erradicación de la violencia en el país) como una policía fronteriza
que hoy anuncia con bombo y platillos grandes avances en el freno a la
migración (sin decir que ésta se reduce de manera natural durante el verano).
Los gobiernos “nacional revolucionarios”, siempre han
mostrado una doble cara ante las relaciones con los EEUU, internamente manejan
su postura populista-nacionalista, de hacer frente al “imperialismo”, exaltan
valores nacionalistas y de soberanía, y por “debajo de la mesa” se muestran
siempre dóciles y dispuestos a obedecer los designios de Washington, dígase Porfirio
Díaz, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas, y un largo etcétera
que llega hasta los días de nuestro actual presidente, un fanático de ese
nefasto nacionalismo revolucionario, que pareciera querer echar a andar
ansiosamente, esa vieja genética nacionalista revolucionaria que denuncia se
perdió hace más de tres décadas y media, la realidad es que ese México,
nacionalista revolucionario, o por lo menos sus gobiernos, siempre fueron serviles
a Washington, y su ideología, solamente fue una pantalla para subyugar a las
masas.
Ese discurso de la soberanía y de “poner en su lugar” a Trump,
sabemos bien que es mera demagogia y populismo, “atole con el dedo” como
decimos en México, un mero engaño, una pantomima, circo y maroma, engaño para
los ilusos y fanáticos que han rechazado su derecho a cuestionar al gobierno.
Ahora es la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de
la Educación), organismo disidente del SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores
de la Educación), y cuyas medias de presión han rayado en la violencia, quien
le planta frente al presidente y lo doblega una vez más, a través de bloqueos y
protestas callejeras consigue que Andrés López se arrodille ante sus
peticiones, plazas automáticas para los egresados de la normal y la suspensión
definitiva de cualquier tipo de evaluación a los docentes, condenando de ésta
manera, al terrible atraso educativo, nuevamente en los estados del sur, de por
sí, los más atrasados y de mayor pobreza, convirtiéndose en una “autoridad” que
ejercerá una nefasta influencia en los gobiernos de éstos estados y que pondrán
a la niñez del sur, en una condición desfavorable que se hará más grave en los
años venideros y cuyos efectos se sentirán por generaciones.
Un presidente arrodillado, con un discurso hipócrita,
acostumbrado desafortunadamente a contarse mentiras a si mismo y a creérselas,
y peor y más inverosímil aún, con un sólido séquito de seguidores incapaces de
cuestionar cualquiera de sus palabras, ese es el panorama actual de México, en
dónde la popularidad del presidente es más importante que el gobernar
realmente, en el que el presidente es prisionero de ésta popularidad y prefiere
no tomar decisiones para no afectarla, que prefiere esconderse de Trump, pero
envía emisarios a que sigan cediendo a los deseos del mandatario estadounidense,
que habla de no ceder a presiones, pero acepta todas las demandas de un grupo
chantajista y violento, argumentando que las demandas eran iguales que las de
él.
Tenemos un presidente de utilería (con varios grupos de
poder tras de él mal informándolo y manipulándolo), un presidente arrodillado
(servil a Washington como todos los gobiernos del nacionalismo revolucionario) ,
obsesionado con llevarnos a un México que en su mente fue “mejor” (cuando había
un partido hegemónico y una supuesta “democracia” , y que lentamente nos está
arrastrando hacia un pasado y hacia una desconexión de la dinámica global, lo que
sorprende no es la nefasta ideología del presidente, lo que sorprende es que
tantos se dejen embaucar por ésta.
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