La Otra Felicidad





La Otra Felicidad

Por: Erreh Svaia

El Craneoscopio

¿Pudiéramos decir que nuestro trabajo nos hace felices? Me gustaría decir que si, pero no del todo, claro que mi trabajo hace que me levante por la mañana con muchas ganas de iniciar el día, y ni que decir de mi adicción por resolver problemas cuando me dicen, “eso no se puede resolver”, o “no lo vamos a poder hacer”, es como si algo dentro de mi se encendiera y tengo que hacerlo, aunque no salga como yo quisiera, no pueden decirme que no se puede, no cuando se trata de una negociación, no cuando se trata de alguna estrategia, no cuando se trata de obtener algo; Si, mi trabajo me encanta, pero no es la raíz de mi felicidad, es solamente un medio del que disfruto bastante para subsistir.

¿Podría decir que mis hobbies me hacen feliz? No estoy tan seguro de ello, mi hija dice que su hobby es comer, lo cual no se si sea tan bueno, considerando que si no come bien, se lleva un llamado de atención, o que mucha gente se ha vuelto obesa ya que a través de la comida trata de resolver sus problemas o por lo menos de sentirlos menos, peor aún ahora con la cultura de los “foodies”, para quienes la comida resulta ser casi una obsesión, y terminan pagando cantidades exorbitantes por comidas que yo recuerdo haber probado en fonditas perdidas en el centro de la ciudad, a las que me llevaba mi mamá, si hablara de la felicidad y la comida, tendría que mencionar la época de mi adolescencia en que mi madre me preparaba tacos de carne molida (picadillo) en tortillas de harina de trigo (esas que les decimos “tortillas de harina”), solía comerme más de una decena de tacos, sin sentir ningún malestar o sin engordar, hoy no podría hacer eso, dudo que alguien pudiera en primer lugar, replicar el sazón de mi madre, y en segundo lugar, la harina de trigo terminaría provocándome un malestar estomacal que requeriría mediación para calmarlo.

Mis principales hobbies son escribir, escuchar música, leer e ir al gimnasio, y difícilmente podría afirmar que ellos me hacen feliz, de hecho, me atormentan un poco, la verdad, no siempre tengo el tiempo de escribir, en muchas ocasiones me vienen tantas ideas mientras tomo un baño, y al salir olvido gran parte, y eso me resulta bastante frustrante, ¿Escuchar música? Considerando que éste ha sido un pésimo año para la música, nuevamente difiero en que pudiera ser uno feliz por esto, ¿Leer? Con tantos libros que tengo y que en ocasiones no dispongo del tiempo para leerlos, es más un tormento que un placer, ¿ir al gimnasio? No, menos, llega un punto en que adquieres cierto nivel de fuerza que se empieza a volver un riesgo para tu cuerpo, sigues adelante, pero avanzas con cuidado, no como quisieras.

¿Entonces, qué es lo que nos da la felicidad? Para mí, un poco hacer cosas que tal vez no hubiera pensado que me atrevería hacer, más no sé, si la felicidad es que finalmente lo hice, o que terminé de hacerlo y salí avante, tal vez aprender a hacer algo nuevo, y sobre todo que pueda dominarlo, manualidades definitivamente no, ya que mis manos siempre han sido un tanto torpes, recuerdo haber descendido con cuerda varios acantilados, y la verdad fue una experiencia que disfruté mucho, probablemente no lo volvería hacer, romperme una pierna o un brazo  no sería el tipo de cosas que quisiera padecer hoy en día, pero me hizo bastante feliz el haber vivido tal experiencia, hablar en público me resulta un tanto complicado al inicio, pero una vez que empiezo a hacerlo, me meto en el “FLUIR” como diría  Mihaly Csikszentmihalyi, y termino disfrutándolo mucho, más si es un tema que me gusta y del cual tengo amplio conocimiento.

Y precisamente, para Csiksentmihalyi, ese parece ser el secreto de la “felicidad”, encontrar ese fluir, cuando estoy resolviendo un problema, que se que tengo la capacidad y el conocimiento para resolverlo, encuentro ese fluir, no me lo da leer, no me lo da escuchar música, tal ve encontrar un libro o un disco que estaba buscando y que parecía imposible de encontrar, no escribir, porque enfrentarse a esa página en blanco puede ser una tortura, pero encontrar ese algo sobre que escribir y que fluyan las ideas, que todos los pensamientos se terminen conectándose (A veces es una sucesión de ideas que llegan mientras estoy en la regadera, y cuando salgo se convierten en todo lo contrario si no recuerdo la totalidad de ellas), y que pueda integrar varios temas bajo un mismo concepto, ese es el “fluir” que disfruto, ¡Ah, que difícil es entonces hallar la felicidad!, pero si, ese “fluir” debe ser muy cercano a ella.

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