La Mala Eduación
La Mala Eduación
Por: Erreh Svaia
El Craneoscopio
Desafortunadamente para el futuro de México, son tiempos de
pagar facturas y de que esas minorías activas, más determinantes en ocasiones
que las mayorías pasivas, reciban su pago por el apoyo dado por décadas al Lopezobradorismo,
hoy representado en el gobierno por Morena, hablamos de la CNTE, parte
disidente y radical del SNTE, al cual parece ir dejando atrás en cuanto a
influencia dentro del gobierno de la Transformación de Cuarta, es la CNTE la
que ha impuesto sus demandas y a postrado de rodillas, como ya lo habíamos
señalado, al presidente y a su partido, bajo la justificación de que las
demandas del gobierno, casualmente, son las mismas que las de la CNTE (no
vayamos tan lejos, basta mencionar a Jesús Martín del Campo, miembro fundador
tanto de la CNTE como de Morena), no podía ser de otra manera, después de que
la CNTE y Morena comparten miembros, incluso fundadores y que gracias a la
organización de la CNTE, en parte, fue que Morena pudo llegar al poder.
No es sorpresa que gracias al arribo del presidente López,
la CNTE cuenta hoy con presencia al interior del recinto de San Lázaro, Adela
Piña, Azael Santiago e Irán Santiago, por mencionar algunos, son miembros de la
CNTE, que mediante negociaciones rumbo a las elecciones, fueron admitidos en
Morena como diputados, ahora, como parte de la bancada de mayoría, pueden
imponer las demandas de éste brazo violento, disidente minoritario, con
presencia en el sur del país, y con dos de ellos, líderes magisteriales en
Oaxaca, varios de ellos acusados de violencia, amenazas y defraudación hacia
los mismos miembros del magisterio, vaya representación del “pueblo bueno y
sabio”, no hace más de un par de años, la CNTE no sólo contaba con miembros
acusados de secuestro incluso, si no que también se daba el lujo de golpear y
cortar el pelo a los maestros que se negaban a participar en sus huelgas en
estados como Oaxaca.
Hoy las demandas de la CNTE prosperan, y se elimina
cualquier indicio de evaluación a los maestros, ¿Para qué? Si ellos mismos son
los más capacitados para saber si son aptos o no, ¿Será?, ¿Será que así se construye
la educación de calidad? Sin evaluaciones al magisterio, y ya incluso pronto,
sin exámenes de admisión a las universidades, muchas de ellas, las financiadas
por Morena, incluso sin reconocimiento oficial de la SEP, aunque ya con Morena
en el oficialismo y al mando de la SEP, el reconocimiento será cosa muy fácil,
casi mágica, no olvidemos las obtención de plazas en automático para los
maestros recién egresados, lo cual abre las puertas para la vieja tradición de
los “aviadores”, reparto de presupuesto y de dádivas a cambio de obediencia, ¿Listos
para que la mafia magisterial haga uso a su conveniencia del presupuesto?
Por si fuera poco, se le cede a los sindicatos el poder para
decidir cuánto ganarán, quién podrá ejercer y a quien se le premiará, dentro
del sistema educativo, reduciendo a los maestros a meros sirvientes de los
líderes sindicales, quienes decidirán las prioridades (politizadas obviamente)
y los criterios (politizados obviamente) por los cuales habrán de progresar los
maestros, considerando la costumbre de la CNTE, de participar más en marchas,
que en los salones de clase buscando la excelencia, ya sabemos que tendrán que
hacer los maestros para ir subiendo en el escalafón sindical…
Si hasta hoy el deterioro educativo en el país, dentro del
sector público ha sido estremecedor, atascado entre la confusión, la
politización, la complicidad y el chantajismo, ¿Qué se puede esperar, cuando
este ha quedado en manos ahora de una de sus partes más retrógradas y
beligerantes? ¿Qué se puede esperar cuando las lenguas indígenas y Marx, se
vuelvan más importantes, que el inglés, visto como un idioma universal, o el
manejo de internet, visto como una manera de encajar en la dinámica global? Tristemente
el nacionalismo revolucionario, la adictiva religión del estado prevaleciente
en México desde épocas de la Revolución Mexicana, y que empezaba a diluirse,
con la caída del PRI, ha recibido una generosa dosis de vitaminas y ha vuelto a
cobrar fuerza, y no para el bien de México, si no para el regreso de ese
nacionalismo que nos aisló por mucho tiempo y nos volvió obsoletos,
incompetentes e inútiles para competir a nivel global.
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