Piketty, el Capital y la Ideología





Piketty, el Capital y la Ideología

Por: Erreh Svaia

El Craneoscopio

Hay algo que hay que hacer notar respecto a las propuestas de la izquierda más pensante y realmente progresista, y eso es que, el capitalismo llegó para quedarse, en el pasado y como un objeto obsoleto, ha quedado aquella vieja noción de “destruir el capitalismo”, de “abolirlo”, o de que éste se “vendrá abajo en algún momento”, finalmente se ha entendido que el análisis de Marx sobre el capitalismo no deja de ser correcto, pero sus predicciones en definitiva no, y así es palpable en el nuevo libro de Thomas Piketty, Capital e Ideología, otro capítulo monumental (otras mil hojas), en la carrera de Piketty, probablemente uno de los más elocuentes y progresistas de verdad, intelectuales de la izquierda que si propone, y no sólo busca resucitar viejos esquemas Estalinistas o Castristas.

Hay varias observaciones en las que es valido disentir con respecto a la visión de Piketty, ya que en ella, el intelectual francés denomina como “hiper capitalismo” al acula enemigo del mundo, aunque como hemos señalado aquí, en ningún momento nos hemos hallado en bajo ese contexto, por el contrario, el capitalismo tan dañino al día de hoy, es uno corporativista y mercantilista, el llamado “capitalismo de cuates” o “crony capitalism”, que no se puede llevar a cabo sin la complicidad del estado, y que claro, se de en los EEUU, pero si queremos percibirlo en su vertiente más salvaje, tendríamos que voltear a ver de una manera más objetiva a Rusia o a China, en dónde podemos palpar la versión más salvaje del capitalismo, que parece seguir avanzando bajo la aprobación de los nacionalistas populistas que buscan tomar por asalto al poder.

Piketty, al igual que hacía Marx con el capitalismo, anuncia la muerte del “capitalismo salvaje”, aunque éste cada vez toma más fuerza en China y en menor grado en Rusia, a medida que, en occidente, la democracia parece ceder a un modelo populista-autoritario, la clave, probablemente para entender la nueva visión de Piketty, es que ya anuncia el, la creación de un “nuevo capitalismo”, uno que describe en constante estado de transformación desde 1989, tras la caída del muro de Berlín, en un momento que pareciera ser la “gran consagración” del capitalismo, pero que en la realidad, lo dejó sin un punto de comparativa con otro modelo, mediante el cual se pudiera seguir estableciendo una evaluación de sus resultados, es muy posible que Piketty esté utilizando las actuales tenencias hacia el “socialismo” cada vez más presentes en la juventud en países como los EEUU, aunque cabe señalar que el asunto se torna confuso, si analizamos que realmente los millenials carecen del conocimiento real y profundo acerca del socialismo.

“Es más fácil imaginar el fin del mundo, que del capitalismo”, bien señala Piketty, y para él mismo, resulta ahora obvio que será mediante una transformación del mismo capitalismo, que los sistemas económicos pudieran avanzar de una manera sostenida, hacia una realidad más justa e igualitaria, de hecho, gran parte de su propuesta se basa en los que es “justo”, propiedad justa, educación justa, y fronteras justas, esto con el fin de poner un alto, a lo que considera en un exceso y una radicalización de la desigualdad, la cual por cierto, tendría que ubicar Piketty en lugares como Rusia, por ejemplo, uno de los países con mayor desigualdad en el mundo, y que rara vez señalan los intelectuales o los medios, que parecieran conformarse más con los buenos deseos, que con los hechos.

La propuesta más interesante de Piketty, y con la cual hasta cierto punto, muy tangencial concuerdo y que tiene que ver con el llamado “limitarismo”, es la de la fuerte aplicación de impuestos a las herencias, base principal de la más extrema desigualdad, ya señalada y documentada en su primer libro, el clásico El Capital en el Siglo XXI, a fin de cuentas, señalaba Piketty, mucha de la desigualdad se genera a partir de esas mega fortunas heredadas que protegen de por vida e los herederos, que no permiten producir más riqueza y que por el contrario, la concentran de manera irreversible en manos de unos cuantos, que muchas veces, no son quienes la generaron, y carecen de las habilidades para generar más, y aquí es dónde Piketty también se aproxima a esa “fijación de límites”, en la que los super ricos, como un Jeff Bezos o un Mark Zuckerberg, tendrían que empezar a contribuir mediante éstos impuestos, a la sociedad, de manera en que se le pone un tope a la riqueza extrema, y se busca canalizar ese capital, realmente a acabar con la pobreza extrema.

Para la izquierda actual, Piketty impone el desafío de entender como se puede hacer evolucionar al capitalismo, en lugar de destruirlo o de esperar su auto destrucción, y ahí es dónde podremos observar la verdadera esencia evolutiva y pragmática de la izquierda, que trate de escapar de sus dogmas que la han anclado al pasado, a los horrores del comunismo soviético y la mediocridad del sistema comunista cubano, Piketty aboga por el pragmatismo desde el título, no sólo retando a la izquierda, sino también a la derecha, señalando que la pobreza es una cuestión ideológica y política, no económica ni tecnológica, lo cual sin duda apunta hacia el futuro y pretende sepultar el pasado, tendremos que ver como responden ambos espectros políticos y sobre todo la izquierda, que teniendo pensadores de la tal de Piketty, tienen un reto aún mayor de superar a una derecha que intelectualmente carece de éste tipo de propuestas visionarias.

  

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