Putin Pierde

Putin Pierde

Por: Erreh Svaia

El Craneoscopio

La fórmula se mantiene casi como un dogma, es una clara señal de lo contrario que se quiere mostrar, y ya debiese ser una advertencia importante a tomar en cuenta, unas Olimpíadas y un Mundial de Fútbol, lo vimos en México en los 70s, y fue precisamente el inicio de la debacle del llamado “desarrollo estabilizador”, que sólo generó una gran deuda, que se puso en evidencia durante la “docena trágica”, doce años (dos sexenios) de gobiernos populistas que dejaron quebrado al país, después lo vimos en el Brasil de Lula Da Silva, al que el gobierno del Partido de los Trabajadores trataron de anunciar como el milagro económico y el próximo gran miembro de los países desarrollados en el mundo, la realidad fue una muy distinta, después de unas Olimpiadas y un Mundial de Fútbol, todo se vino abajo, quedó al descubierto la corrupción y las carencias económicas del país, el milagro era sólo un espejismo, de los llamados BRICS y de Brasil como la gran esperanza, no quedó nada.

Y así llegamos a las Olimpiadas de Invierno en Sochi, un burdo intento de promocionar a Rusia como una nueva potencia, cuando apenas a unos kilómetros de Sochi, en la frontera con Ucrania, fuerzas rusas disidentes sembraban semillas separatistas del lado ucraniano, la anexión de Crimea y otras acciones del mismo tipo se suscitaban, después, un Mundial de Fútbol, sin duda Vladimir Putin ardía en deseos de mostrar a Rusia como un país protagonista de la dinámica mundial, además de presentarse a si mismo como un líder a la altura de los grandes dirigentes del mundo desarrollado, el detalle es que Rusia sigue distando mucho de ser un país desarrollado, su crecimiento económico (con una economía apenas del tamaño de la Italia, a pesar de la notable diferencia de territorio, recursos y población) es mediocre, sin alcanzar ni siquiera el 0.05%, los ingresos de su población siguen en declive, y la desigualdad social, continua siendo una de las más marcadas en el mundo.

Para Putin, el modelo de la “democracia controlada” empieza a perder su efectividad, Rusia Unida, su “partido político”, sigue perdiendo fuerza de manera escandalosa, y en las últimas elecciones hace apenas unos meses, mando la clara señal de que Putin y su mafia del Kremlin, deben buscar una nueva estrategia, ya que la que actualmente los sostiene en el poder, ha empezado a hacer agua, y el bote se empieza a hundir, los gastos del gobierno han escalado de manera escandalosa, ha medida que se refuerzan los controles para mantener al Kremlin al frente de todos los candidatos que el gobierno aprueba para que sean “votados democráticamente”, por otro lado, las cantidades estratosféricas, gastadas en “política exterior”, han hecho un hueco enorme en las finanzas que, a pesar de los estables precios del petróleo, van a representar una herida muy grave en la estabilidad del gobierno ruso, si, ser el troll mundial, buscar influir en gobiernos extranjeros a través de las redes y sembrar el caos, le ha salido muy caro a Rusia.

Para solventar todo éste gasto y la falta de crecimiento e ingresos, Putin ha tenido que apretar el cinturón al pueblo ruso, una vez más, los impuestos han subido drásticamente, se ha reformado el sistema de jubilaciones en detrimento del pueblo ruso y los precios de los servicios públicos han incrementado fuertemente, es así, como el descontento social comienza a expandirse, y las protestas en masa han regresado e incrementado en las calles del país, si, Putin está perdiendo la batalla al interior del país, el oportunismo aplicado a la política exterior le ha ganado tiempo, le ha ahorrado problemas al exterior, pero ha puesto las fianzas del país en una situación compleja, el pueblo ruso ya ha cambiado de generaciones, y los más jóvenes ya no se sientes “salvados del caos” por Putin, por el contrario, se dan cuenta y perciben que se ha construido una imagen de Rusia que no coincide con la realidad, y que sembrar caos al exterior, para dar la impresión de bienestar al interior, no es sostenible en el largo plazo, esa trampa del corto plazo es y seguirá siendo un engaño, será muy interesante continuar observando la siguiente estrategia por la que optará el Kremlin para conservar el poder, en medio e condiciones adversas provocadas por un régimen que busca dar una imagen para proteger su prestigio y su estatus, que han convertido a Rusia en una olla de presión, que lentamente va alcanzando elevadas temperaturas, las últimas elecciones y encuestas de popularidad (maquilladas después), muestran que en casa, Putin poco a poco va perdiendo.