¿Tercer país seguro? Sí, ni modo, lo es
¿Tercer país seguro? Sí, ni modo, lo es
Por: Fausto Pretelin
Tomado de: El Economista
México, Guatemala y Honduras fueron doblegados por Trump
Lo llaman acuerdo tercer país seguro y su presencia en el
entorno fonético en México y Centroamérica detona cierta irritación en el
cuerpo social.
Pocos conocen el origen del acuerdo, pero muchos reconocen
sus sinónimos: imposición de Estados Unidos; acción beligerante del sheriff
Donald Trump en México y Centroamérica; violación de soberanía; alteración de
la política migratoria de parte de un tercer presidente violento; certificación
migratoria del siglo XXI; acto racista de elevada intensidad; cierre fronterizo
a seres humanos, y un largo etcétera.
El 14 de julio, el cómico y presidente guatemalteco Jimmy
Morales negó que su gobierno estuviera a punto de firmar un acuerdo de tercer
país seguro con Trump. El 9 de septiembre ocurrió lo que los diputados
guatemaltecos sospecharon ocho semanas antes: el cómico sí firmó un acuerdo de
tercer país seguro y, para lograrlo sin el consentimiento del Poder Legislativo,
violó la Constitución.
Hermano de un narcotraficante detenido por la DEA en
noviembre pasado, el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, viajó a
Washington el 26 de agosto para firmar un acuerdo de tercer país seguro. A su
regreso en Tegucigalpa, no mencionó las tres palabras de horror, “tercer país
seguro”. Se limitó a decir ante la prensa: “Trabajar juntos para mejorar la
seguridad, bla, bla, bla”.
Ayer, el periódico La Prensa de Honduras reveló la
filtración de un funcionario de la Casa Blanca. En efecto, Juan Orlando
Hernández firmó un acuerdo de tercer país seguro para contener la migración
procedente de Haití, Nicaragua, Cuba y de algunos países africanos.
Con México, el presidente Trump se ha cansado en mostrar su
desprecio. En junio amenazó con violar el Tratado de Libre Comercio para
perjudicar el intercambio bilateral de
su país con México, a menos de que el gobierno de López Obrador endureciera su
política de migración. Es decir, Trump estaba dispuesto a darse un balazo en su
propio pie: dañar a los productores mexicanos, pero también a los consumidores
estadounidenses. El gobierno mexicano cedió súbitamente, y defendió a los
primeros e indirectamente a los segundos.
Ayer, horas antes de su reunión que tendrá lugar hoy con el
vicepresidente Pence en Washington, el secretario Marcelo Ebrard reiteró que
México no firmará un acuerdo tipo tercer país seguro con EU.
El término de tercer país seguro surge a raíz de la
Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 estipulado por la
Organización de las Naciones Unidas (ONU). La implementación de este término se
refiere a cuando una persona sale de su país en busca de asilo en una segunda
nación y ésta se lo niega, por lo que el segundo país lo puede remitir a un
tercer país que sea considerado seguro.
En esencia, México lo está haciendo. Pero más allá del
nombre técnico, ayer la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos
Michelle Bachelet dijo estar preocupada por las políticas migratorias
implementadas por México y algunos países centroamericanos. “En particular me
alarma que los niños migrantes continúen siendo detenidos en centros tanto de
EU como de México”.
Lo importante no es el nombre del acuerdo. Lo lamentable es
el giro de la política migratoria de México.
Comments
Post a Comment