Ben Chasny & Gala Drop-Broda

Difícil poder resumir tantas cosas en tan poco espacio, y es que este Broda, resultado de la suma de esfuerzos musicales por parte de los Gala Drop y Ben Chasny, en ocasiones resulta un interesante ejercicio de música altamente energizada y energizante y otras pareciera simplemente el deambular de algo que carece de sentido o dirección.

Este curioso disco con portada horrenda la verdad, abre con Positano, con sus ritmos robot y guitarra psicódelica, claro, hay algo por ahí de esos Country Joe & The Fish (mi banda psicodélica favorita) repentinamente se asoma en la guitarra de Chasny, hasta aquí, estos Gala Drop no son más que ritmos de una máquina, sintetizadores muy atmosféricos y algo de ecos dub, pero por lo que sabemos de ellos, las sorpresas y las múltiples percusiones están solamente a la vuelta de la esquina.

Habiendo escuchado algo de los Gala Drop se que lo suyo es una extraña mezcla de psicodelia, con ciertos acercamientos a la época más aburrida de los Pink Floyd, algo de dub, artificial, nada espectacular y algo de esos ejercicios alucinantes de los primeros Ash Ra Tempel, la pieza continúa, la banda podría intentar llevarnos de viaje, pero la verdad la primera pieza, larga, muy larga pareciera carecer de energía y de sentido, si claro, nos entretenemos un poco con la guitarra de Chasny, pero esta también suena adormecida, esto es hasta pasados los 6 minutos y medio, que el sonido se detiene y queda únicamente Chasny con su guitarra haciendo ejercicios muy minúsculos y después la banda se anexa por completo al ritual, si así es, sintetizadores, batería, bajo y congas se materializan y dan un buen empujón a Chasny, quien de inmediato se pone las pilas, no que Chasny pueda hacer mucho ya por sacarnos del aburrimiento, pero cuando le mete la distorsión a su guitarra nos mejora bastante el humor, Chasny será muy folkie pero también sabe hacer ruido y aquí los Gala Drop le proporcionan suficiente espacio para que se relaje, repentinamente el sonido nos recordará a otra banda de esas que estuvieron en Woodstock con los Country Joe, Santana, aunque claro, Santana nunca se metió con el space rock, que estos Gala Drop repentinamente abordan, pero el sabor a algo más allá se vuelve permanente.

Broda es una pieza con volatilidad que se percibe de inmediato, toques latinos en la percusión empiezan a calentar el ambiente, poco a poco Chasny va entretejiendo sonidos con su guitarra, el bajo hace un buen trabajo en combinación con la sección rítmica, es curioso pero difícilmente hubiera podido empatar a Santana con lo que conozco de Ben Chasny o de estos Gala Drop, otro posible referente serían los primeros Mars Volta, si estos jamás hubiesen conocido el hardcore punk.

Brain finalmente introduce algo de funk a la ecuación, sintetizadores elevan el ejercicio a gran altura, el bajo y la batería aparecen con gran precisión, con un juego de ritmos, ágil y virtuoso que en momentos me recuerda esa gran mancuerna que formaban Christian Vander y Jannick Top en los Magma, manteniendo el ritmo compacto, inquieto, pero con virtuosas dosis de precisión, aquí pareciera que Chasny se hace a un lado, en esta pieza el sexteto de origen portugués se convierte en el principal protagonista, con un Chasny volando en el trasfondo, se escucha liberado, se escucha completamente volátil, destrozando su guitarra tras las ejecuciones rítmicas de la banda.

Tres piezas sin muchos pies o cabezas, pero que sirven para que el grupo y Chasny se relajen y liberen algunos de sus demonios, si bien Chasny ya ha hecho “ruido” junto a los Comets On Fire, Rangda y a los Magik Markers rara vez le hemos escuchado en jams tan extensos, improvisando con tanto espacio, y es definitivo que queremos escuchar más de estos Gala Drop que sin duda se convertirán en el futuro en un referente mayor.

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