The Melvins "Lite"-Freak Puke
Los Melvins se ponen clásicos? Si eso parecieran indicar los primeros acordes de contrabajo que surgen en este Freak Puke, que nuestros conocidos y adorados Melvins firman con el nombre de The Melvins Lite, es acaso entonces que Buzz y Dale Crover se han puesto dieta o que es todo esto? Pues, si y no, los Melvins se han puesto a dieta, se han deshecho, momentáneamente de su bajista y segundo baterista y se han reunido con Trevor Dunn, fenomenal bajista ex Mr. Bungle y que forma parte junto a Buzz de los Fantomas.
Mr. Rip Off, primer tema de este disco nos presenta una cara nueva en los Melvins, con un Crover y un Osborne de entrada, no tan agresivos como suelen serlo y con un Trevor Dunn dándole al contrabajo fuertemente como si quisiera serrucharlo en dos, la pieza muestra una atmósfera oscura, Osborne hace a un lado (sólo un poco) sus monolíticos riffs y sus gritos a tope de garganta, la banda en un plan bastante introspectivo hasta aquí, pero el aire de malevolencia que siempre los acompaña sigue presente, pero no se asusten, que para Inner Ear Rupture escuchamos de entrada la monumental batería de Crover y los aplastantes riffs de Osborne, Dunn hace un trabajo fundamental aquí aplicando durísimo el arco a su instrumento, los Melvins aquí suenan como nunca han sonado, con estos toques de cuerdas anexándoles un sabor a composición clásica que creo que nunca habían tenido, desatando la agresión nuevamente en el inicio de Baby, Wont You Weird Me Out, los Melvins han vuelto sin duda a sus colosales experimentos, combinando ese punk denso y malicioso que siempre han esbozado con esos toques neo clásicos del instrumento de Trevor, acaso se habrán clavado mucho con la discografía de Apocalytica?, Osborne aquí suena a rock clásico, su voz siempre con el suficiente veneno para cobrar víctima y su guitarra aquí también más ágil que nunca, más decidida a causar agujeros en nuestra mente, que a golpearla como mazo, y Dunn, bueno, maravillará a más de uno y también nos pondrá una enorme sonrisa en el rostro con esta nueva mutación del grupo.
En Worm Farm Waltz Buzz nos lanza temerarios latigazos electrizantes con su guitarra, las vocales en ocasiones se transforman en las más accesibles que les hemos escuchado a los Melvins, todo suena “menos pesado” más enfocado, la banda suena ágil, cambia de ritmo con suma facilidad y nos presenta intrigantes giros musicales, que de sobra sabemos, son disparados por Crover, quien siempre se ha distinguido por ser uno de los mejores bateristas del metal extremo, da gusto escuchar a la banda desmarcándose un poco de su habitual sonido pesado, lento y denso, dándole un singular giro a las cosas, bajando un poco el volumen y la distorsión, dando una cara experimental, una cara diferente, algo así como si los pasáramos al grupo a través de un filtro, y lo que nos quedara sería la pura esencia del grupo, sacada totalmente de contexto, pero de una manera brillante, por el contrabajo de Dunn.
A Growing Disgust es una poderosa descarga de riffs de Osborne y un ritmo macizo, bien expuesto por Crover, obviamente estos dos se conocen de sobra y hacen un trabajo soberbio y dejan buen espacio para las singulares incursiones de Dunn, Leon Vs. The Revolution es la típica magia Melvins sin irse al extremo, con sus guitarras filosas y y un Crover agitando las cosas desde su batería, Osborne se suelta un poco el pelo en las vocales de este tema, le inyecta algo de veneno y Crover responde añadiendo singulares percusiones, hasta aquí nos ponemos a pensar, en verdad alguien creyó que Nirvana tenía algo que ver con el sonido de los Melvins? En verdad alguien pudo ser tan ingenuo para alguna vez asociar estas dos bandas?
No me equivocaría al afirmar que en ningún otro discos de los Melvins nos encontraremos un nivel de claridad como el que esta banda nos presenta en Holy Barbarian, en dónde Crover luce contraído, tímido me atrevería a decir, y Osborne pareciera cantarnos mientras nos dormimos, en un tono muy bajo, mientras Dunn añade un efecto alucinante a su instrumento, los Melvins aquí se han metido directamente en nuestros sueños y sorprendentemente no quieren despertarnos.
Freak Puke nos machaca de entrada, con una combinación de trituradoras guitarras e insistentes baterías, una suerte de hardcore punk bastante compacto que se impacta de frente con el rock clásico, y hasta pudiéramos asumir algo de glam rock, Let Me Roll It se beneficia infinitamente por un Osborne metiéndole verdadero talento a la guitarra, ironía y malicia a sus vocales, mientras Crover le acompaña escuchándose inmenso en la batería y en las vocales de acompañamiento, hasta aquí, los Melvins jamás se habían escuchado tan cercanos al rock clásico, que tanto han parodiado en ocasiones anteriores, cabe mencionar que este tema, claro, es un inusual cover de los Wings del buen Paul McCartney, en el cual la banda aplica unos instintos pop que en verdad, les desconocíamos.
Un genial disco en el cual los Melvins se atreven a ser alguien más, eso si, sin perder mucha de su esencia, dónde Dunn, sin duda les agrega ese extra para hacerlos sonar únicos e inclasificables, se agradece que los Melvins se atrevan a tanto, que se haya arriesgado, no ha hacer su sonido más accesible (ninguno de estos temas será escuchado en radio, se los puedo asegurar), sino dotarlo de una confianza tan enorme, que no requiere de aspavientos o altos volúmenes para manifestarse, un giro completamente inesperado pero que afirma el estatus de los Melvins como uno de los más grandes y exitosos experimentadores de la época, un clásico.
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