Thomas Koner-Novaya Zemlya

Hay de genios a genios y en lo personal tengo al genial Thomas Koner muy en alta estima, y es que en lo particular, con este disco recién editado, Koner está de regreso con lo mejor de si mismo, con esos pasajes oscuros repletos de sensaciones intensas, basta escuchar el atronador inicio de este disco Novaya Zemlya para entender las dimensiones musicales de este retorno, entender la magia de Koner para estremecer y crear estados de ánimos, para alterar nuestra naturaleza interna a través de las densas profundidades de su música.

Koner es un maestro del sonido más gélido, su música pareciera la banda sonora de un documental sobre glaciares y es que el sonido que crea avanza de manera lenta, apenas perceptible y en ocasiones eleva los decibeles a niveles estremecedores, atronadores, monumentales, Novaya Zemlya 1 es un claro ejemplo de esto, el equivalente a una gélida corriente subterránea nos cubre, nos rodea y nos subyuga, Koner procesa con amplia sabiduría y destreza sus grabaciones de campo, les añade esas vibraciones sepulcrales que parecieran adentrarnos en las profundidades gélidas del ártico en dónde se originaron, y es que Koner es sinónimo de oscuridad, frío y desolación, estás características se han vuelto tan propias de Koner que no podemos pensar ya en otra cosa al captar su música.

Novaya Zemlya 2 pareciera provenir del latir de un corazón enterrado entre el hielo, hay un profundo y primitivo sentido del ritmo en esta pieza, Koner se encarga de procesar el sonido y convertirlo en un eco eterno, en un giro incansable, antes de emanar otros nuevos sonidos y mezclarlos todos, en ocasiones una pizca de melodía pareciera emerger, tratara de dominar la pieza, pero Koner la subyuga y la embiste, le permite sobrevivir en momentos, el eco de algo que pudo ser nos llega con singular lentitud y resonancia, como si se tratase de esos sonidos que captamos cuando nos encontramos bajo el agua, y precisamente mitad de la pieza Koner nos impacta con un sonido poderoso, un drone majestuoso que nace de la nada y que poco a poco empieza manifestarse, a estremecer la tierra, a convertirse en el caos que altera el orden y que amenaza con convertirse en el todo, algunas grabaciones de transmisiones marítimas se unen a la mezcla, como intendente, podemos revelar que Koner quiso captar la desolación de los mares recónditos del norte del planeta y lo consigue con singular apego a la realidad, nos hallamos gracias a Koner en una nave que avanza por las gélidas aguas del ártico, tierra inhóspita dónde el silencio una lógica diferente, dónde se manifiesta de manera única y titánica.

Claro que Thomas Koner nos transforma, claro que nos altera y cambia nuestras ondas cerebrales, nos saca en cuestión de segundos del lugar en dónde estamos y nos transporta a su propio mundo, a ese mundo del silencio hambriento que nos devora, a ese mundo de sombras gigantes y de frío que cala hasta los huesos, un mundo inhóspito que Koner sabe robar y encapsular en sus instrumentos de grabación y que después amplifica y profundiza en su propio laboratorio, si, Koner hace una de sus obras más sólidas de los últimos años y miren que este glacial amigo no se anda con juegos.


Comments

Popular Posts