Marissa Nadler-The Sister

Me declaro fan de Marissa Nadler, esa canta autora estadohundidense que con este The Sister completa su sexto álbum, lago que hay que recalcar es que este trabajo de Nadler se realizó con fondos donados por parte de sus seguidores, por segunda vez Nadler acude a esta estrategia, luego de dejar sus anteriores disqueras, en las cuales, su catalogo simplemente no tenía cabida, folk? Si tal vez, en parte, dream pop? Mmmh, pues podría ser, hay que señalar que la Nadrler ha sabido tener la habilidad para posicionarse en un espacio único, en un nicho propio para su música intimista y sofisticada a la vez.

The Sister abre con The Wrecking Ball Company, tema en dónde el lucimiento instrumental de Nadler en la guitarra es notable, decir que Nadler es folk, sería como decir que Leonard Cohen lo es, son algo más, me recuerdan a esos trovadores que existían en la edad media, pero a la vez me recuerdan a esos bluesmen que recorrían el sur de los Estamos Hundidos de Amnésica antes de a segunda gran guerra, la batería es potente, aunque no opaca las vocales de Nalder, bañadas con la cantidad justa de eco para darle a su narración un efecto fantasmal, un artefacto del pasado que se aparece ante nosotros, perfectamente ejecutado en el departamento vocal, por una Nadler que sabe imprimir el toque justo de nostalgia y añoranza.

Love Again, There Is A Fire contiene más de esos elemento fantasmales, la voz de Nalder podrá aproximarse en instantes a los momentos más sublimes de una Kate Bush, aunque claro, la Nadler jamás buscará el nivel de extroversión de una Bush, el acompañamiento de piano aquí es justa y ella misma ejecuta las vocales de respaldo, lamentos fantasmales que añade un toque gótico a la pieza, nada que nos sorprenda si tomamos en cuenta que la señorita Nadler participara en un disco con el siniestro black metalero Xasthur en el pasado con brillantes resultados.

En Christine, las vocales de Nadler se “comen” la música, la producción las pone al frente y su guitarra en momentos permanece inmersa por completo en la parte trasera de la mezcla, la Nalder aplica sus virtudes de narradora a este tema, al tiempo que los coros y el acompañamiento de los teclados van transformando una pieza de parca instrumentación en un denso sueño que poco a poco nos va envolviendo, Apostle, la pieza que le sigue pareciera comprobar la formula anterior, ya que nos repite una dosis similar, con líneas de guitarra que siguen una misma línea y la transformación de las vocales en una instrumentación más, de naturaleza onírica casi en su totalidad.

En Constantine, Nadler saca el Leonard Cohen que todos llevamos dentro, nos deja claro el porque Krud Bobain solicitaba un mundo post Cohen, dónde la tristeza ya no existiera, un mundo que la Nadler pareciera evadir, ya que en esta tristeza mañanera la Nalder pareciese sentirse como un pez en el agua, tejiendo cual araña su red, con la delicadeza de sus dedos que arrancan exquisitos y tímidos sonidos de la guitarra, pero que construyen un firme cimiento para sus historias espectrales.

To A Road, Love es una hermosa pieza, con unas vocales por parte de la Nadler que de inmediato crean una fuerte conexión con el escucha, aquí la Nadler crea una poderosa melodía que dota de un brillo magnífico a la pieza, que sin duda posee esa esencia narcótica de las mañanas, ese letargo que poco a poco se va desvaneciendo y ese frío que poco a poco va siendo vencido por los primeros rayos de sol.

Aunque hay que señalar que la Nadler no aporta nada nuevo con este disco, también hay que señalar que los Ramones, Motorhead y AC/DC pasaron décadas haciendo el mismo disco, mejor ejecutado y más ruidoso claro, su minimalismo se convirtió en su aportación artística más poderosa, puede que ahí este el encanto de la Nadler, el tiempo nos dirá, si Nadler se vuelve una mejor narradora, aún mejor de lo que ahora es, si su voz se convertirá en un fantasma más esquivo, o si algún día romperá su coraza y se atreverá a nuevos experimentos, sólo el tiempo lo dirá.


Comments

Popular Posts