James Brown-Live At The Apollo

Los discos en vivo siempre han sido algo difícil para mi, muchos de mis conocidos les tienen un alta estima, ya que consideran algo muy agradable poder apreciar a sus artistas favoritos tal y como suenan realmente, sin la magia del estudio, imaginándose como parte del espectáculo, a mi la verdad siempre se me han hecho algo corriente, algo que demerita el trabajo del artista, algunos errores en la ejecución, mal sonido, gritos del publico, definitivamente algo que no es para mi, pero claro, como en todo, hay sus excepciones, muchos amarán el Kiss Alive!, pero la verdad es un disco sin el cual puedo vivir, muchos amarán el Live At Budokan! de los Cheap Trick, pero prefiero la versión en estudio de I Want You To Love Me, los discos en vivo se me hacen un tanto planos y faltos de gracia, pero hay una notable excepción, como les decía o varias, el clásico ejemplo que siempre uso es el Kick Out The Jams! de los MC5, un discazo en dónde obviamente la energía y el volumen del grupo sirven para que uno fácilmente ignore errores, fallas de audio y al público, las ensordecedoras guitarras de Smith y Kramer suenan al rojo vivo, tal cual, como deben ser, imposibles de replicar en estudio (recordarán que ese nivel de energía jamás lo pudo igualar el grupo), o que decir del Live At Leeds de los Who, con su devastador combo sónico de guitarra y bajo, un disco más, y que causalmente descubriría tiempo después, que sería clave en el desarrollo de los MC5, corre a cargo del maestro del soul, uno de los más grandes músicos de la historia moderna que desde los primeros acordes de intensa guitarra, nos hace saber que estamos ante un clásico de todos los tiempos, y es que este Live at The Apollo, disco grabado en vivo por el SEÑOR James Brown en el año de 1962 y editado al siguiente año es una obra maestra musical, toda esa descarga de energía que señor Brown producía en vivo en esas épocas es captada fielmente en esta grabación.

Brown, entusiasmando cada vez más por la respuesta de su público, sugirió a su disquera la idea de editar un disco en vivo de una de sus presentaciones en la “meca” de la música R&B en vivo, el legendario teatro Apollo, la respuesta de su disquera fue inesperada, negaron la autorización y los recursos a Brown, indicándole que los discos en vivo no valían la pena (misma inteligente respuesta que les dieron los ejecutivos de Kiss a estos cuando les surgió la idea del disco Alive! Prueba fehaciente de que hay que aferrarnos a nuestros sueños siempre, y que los “altos” ejecutivos de las disqueras no saben nada de música) I´ll Go Crazy es una pieza del más puro y vibrante R&B al que Brown imprime un fuerza admirable, que le valdría la admiración de muchos músicos y artistas que después de él, adoptarían descaradamente su estilo.

Baladas como Try o I Dont Mind, arrancan de manera inmediata los gritos de las seguidoras de Brown, hermosas baladas que Brown dota de características dramáticas y de una fuerza interpretativa que dejará a más de uno boquiabierto, si, tal vez Brown evolucionaría y se convertiría en un monstruo del funk, pero antes del funk, señores, estaba el más delicioso soul.

Solían decir los MC5 que este disco era uno de los favoritos de la banda, un mapa musical que como grupo siguieron constantemente, un claro ejemplo de la música de alta energía, concepto que siempre buscaban y que únicamente habían podido encontrar en la música de Brown, de Sun Ra, de Jimi Hendrix y de los Who, y si les queda alguna duda, escuchen la aplastante versión de Think que se avienta la banda, que no nos dejará duda alguna de que Brown era dinamita pura, energía en estado puro, algo en realidad incontenible.

Night Train es un clásico de todos los tiempos, un tema que Brown tomo y que elevó hasta el cielo, una banda con arreglos poderosos y exactos, un estilo que Brown había ido dando forma a base de pura disciplina tiránica y que durante la década siguiente llevaría a la mismísima perfección, un tema que se proyecta con una energía inusitada, precisamente como un tren bala, del cual Brown tiene los controles perfectamente firmes en sus manos.

Brown se aferró tanto a su sueño de captar en vivo la energía de su espectáculo en vivo, ignoró las negativas de su disquera, financió el mismo la grabación y termino con uno de los documentos en vivos más importantes de la música de los últimos tiempos.


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